Por Juan Manuel De Stefano. Mientras un desfile interminable de jugadores se sucede, Angelici mete todo en el chango. Para colmo Bianchi está desconocido y Boca es un barco a la deriva.
Nombres, nombres y más nombres, eso es lo único que parece ofrecer el mundo Boca hoy en día. Grandes cantidades de jugadores que llegan, que pueden llegar, o que llegarán. Pero más allá, o más acá de todas las incorporaciones, hay un trasfondo que encierra muchísimas contradicciones.
Y están bien a la vista, no se crea que es algo oculto ni que hay que convertirse en un gran observador para demostrarlo. Angelici habla de cuentas en orden, caja para comprar jugadores y futuro asegurado en cuanto a las inferiores. ¿Es cierto?. Para empezar habría que delinear a qué nos referimos con el término refuerzos, o más bien, exponer y aclarar las diferencias entre refuerzo e incorporación. Y en el caso de Boca…¿Trajo una cosa o la otra?.
Ahora bien, el Real Diccionario del Fútbol nos brindará las respuestas deseadas. Incorporación: dícese del jugador que llega a un club para dar una “ayudita” a sus compañeros, cuerpo técnico y dirigentes. Pueden ser, en muchos casos, apuestas, jugadores juveniles u otras yerbas. Son de relleno o llegan para ponerse la camiseta y jugar (porque no queda otra). En ocasiones se utilizan para completar el plantel.
Refuerzo: Llegan, justamente, para robustecer al equipo. Son de jerarquía. Incorporados para ser titulares y con una historia importante que los respalda. Son jugadores que llegan para ponerse la camiseta y jugar. Sin pruebas ni interrogantes. Fuenzalida, Gonzalo Castellani, Federico Carrizo, César Meli, Jonathan Calleri y Andrés Chávez ; ¿En qué casillero aplicarían? ¿Incorporaciones o refuerzos?. Si bien es cierto que todos son jugadores importantes dentro de lo que es el fútbol argentino (unos por proyección y otros por actualidad) no parecen ser los indicados para el momento que atraviesa Boca.
Dejando de lado “el caso Riquelme”, Bianchi cuenta con un plantel que tiene poca categoría. El Virrey hace más de un año y medio que está en su cargo, trajo nombres de todos los colores y posiciones, y no le encuentra la vuelta. Suena inverosímil el poco ojo de Bianchi para elegir jugadores, precisamente porque se destacó en toda su carrera por traer poco pero bueno. Ejemplos sobran. Tanto en Vélez como en Boca se cansó de potenciar jugadores de inferiores y de incorporar con ingenio y buen tino.
Pero es evidente que éste no es el mismo Virrey de otros tiempos. Las inferiores del club, ¿en qué estado se encuentran? No parecen gozar de la mejor salud. De lo contrario no se comprende cómo en las divisiones menores no puedan encontrar un central, algún volante medianamente talentoso y ni que hablar un delantero de peso. Grana, Chiqui Pérez, Ribair Rodríguez, Cangele y Riaño (por nombrar algunos) son nombres que un club de tal jerarquía no se puede dar el lujo de reclutar. “La intensión de Barcelona y de Boca es posibilitar que el chico se desarrolle lejos del desarraigo que implica estar en Europa desde edades muy pequeñas, como pasó con el proceso de Leo Messi.
La idea es que el jugador se desarrolle y juegue acá, para demostrar que tiene las condiciones de estar en el fútbol europeo primero hay que tener éxito dentro de Argentina. Estamos seguros que si sumamos, la metodología, el lugar, la organización en las divisiones superiores, seguramente vamos a poder desarrollar un proyecto superador”, aseguraba Coqui Raffo el coordinador del fútbol juvenil luego de firmarse en 2012, el convenio con el Barcelona. Los catalanes se aseguraron por medio del acuerdo, una prioridad ante los jugadores que le agraden, para realizar una oferta económica en el futuro. Se nota la carencia de un proyecto serio y de ideas renovadoras.
El “modo Barcelona” trae adeptos y la sola mención acerca de un trato entre ambos equipos puede llegar a engañar. En los hechos es casi una utopía. Sociedades distintas, países incomparables y realidades opuestas. Lo verdaderamente insólito del compromiso radica en la poca participación de los chicos en la primera división. Otro punto a tener en cuenta es el estilo de juego de las inferiores. ¿Qué dirá Raffo por estos tiempos?.La realidad, es que en Boca se juega a lo que salga. No hay estilo, plan determinado u alguna idea revolucionaria que cambie la ecuación.
Otra muestra de ello dio Angelici en el momento en que le aseguró a Falcioni que le renovaba el contrato, y a los dos minutos luego de una Bombonera en llamas que clamaba por Bianchi y Riquelme, se dio vuelta y fue a buscar al Virrey. No es ético ni serio, No se sabe hacía qué rumbo apunta el empresario del juego y actual presidente del club. Se lo conoce como un ejemplar con pocas luces (la mayoría apagadas) y una cabeza de patrón de estancia en todo momento.
Para sintetizarlo y aclarar las responsabilidades de cada uno; Bianchi pide lo que se le ocurra y el bueno de Daniel se lo trae. El armado del plantel es, por lo menos, llamativo. Meli, Ledesma, Castellani, Erbes y Fuenzalida son los candidatos para el puesto de volante derecho. ¿No es demasiado?, así en otros puestos. En la delantera llega Calleri, aparece Chávez, más Martínez y Gigliotti pelearan palmo a palmo por ser titulares. En la defensa, que era el puesto clave a reforzar, no hay novedades. Angelici, Bianchi, Boca, Barcelona, Coqui Raffo…. El Reino del revés, la licuadora boquense.
Nombres, nombres y más nombres. Sobran jugadores, plata e historia…Pero falta lo esencial: un proyecto serio. Mientras tanto siga siga, que sea lo que Dios quiera….Bienvenidos al no proyecto de Angelici.