Por Miriam Moreyra. El Proyecto de urbanización para el barrio “Papa Francisco” ubicado en el predio lindero a villa 20, fue presentado por los legisladores porteños Gustavo Vera y Pablo Bergel del bloque Verde/Alameda, Virginia González Gass (PSA), Marcelo Ramal (PO) y Alejandro Bodart (MST).
El mismo consiste ni más ni menos que en el reclamo al gobierno de la Ciudad y sus autoridades competentes, el reaseguro de una vida digna, acceso a la vivienda y los derechos como ciudadanos para los vecinos y vecinas que desde el 2005 y a través de la sancionada ley 1.770, esperan que la villa 20 sea urbanizada.
La presentación de dicho proyecto de ley contó con la participación de 21 vecinos y delegados de las familias que actualmente continúan ocupando parte del predio del ex cementerio de autos ubicado en Pola y Av. Fernández de la Cruz. Y además contó con el asesoramiento del equipo de arquitectos del Taller Libre de Proyecto Social de la UBA, quienes investigaron las condiciones del suelo para su saneamiento y posterior construcción de viviendas.
Consiste en una propuesta de urbanización que no sólo actúe como modificatoria de la 1.770 sino además que considere que el proceso de esponjamiento urbano excluya la relocalización. Esta política de urbanismo muchas veces aplicada por el jefe de gobierno porteño, condiciona la vida de los habitantes y de las familias de la Ciudad, destruyendo lazos comunitarios y hábitos sociales que resultan irremediables.
Marcha y FM Che Barracas, dialogaron con Alejandro Bodart diputado por el MST y con Pablo Bergel, diputado por el bloque Verde / Alameda sobre los objetivos de dicho proyecto.
También dialogamos con Carlos Fernández, integrante del Frente de organizaciones en lucha (FOL) y Diosnel Pérez del Frente Popular Darío Santillán (FPDS), ambos referentes sociales que vienen reclamando junto a los vecinos de la villa 20 y el barrio “Papa Francisco” la urbanización y la mejora en la calidad de vida de sus habitantes.
-¿De qué se trata este proyecto y qué diferencias o modificaciones plantea respecto de la Ley 1.770?
Alejandro Bodart (AB): La idea de elaborar un plan surgió a partir de la ocupación de lo que después se llamó Barrio Papa Francisco. En aquel momento la primera reacción del gobierno frente a la ocupación fue intentar un desalojo violento, y nosotros intervenimos porque entendemos que lo que había motivado esa ocupación era la falta de urbanización de la villa que hacía que un sector prácticamente, no pudiera vivir en las condiciones que vivía (de hacinamiento, pagando alquileres al interior de la villa por una pieza lo mismo que puede pagar uno en el centro de la ciudad, por vivir en condiciones completamente infrahumanas) Entonces había una falta grave del gobierno de la Ciudad que había incumplido con la ley de urbanización. Fruto de esto, y trabajando con el cuerpo de delegados que fue surgiendo y también con profesionales de la UBA que se ofrecieron, surgió la idea de presentar una propuesta por la positiva, que solucionara el problema que no se había solucionado todavía.
Habían empezado a circular otro tipo de planteos como que había que desalojar porque estaba contaminado el predio y no se podía comenzar ningún tipo de obra si antes no se desalojaba. Bueno, se hizo todo un trabajo de campo junto con los vecinos.
Pablo Bergel (PB): La diferencia es que se agrega este espacio que hoy ocupa el barrio Papa Francisco que no existía en la época de la ley 1770. En esa época era un predio que estaba ocupado por la Policía Federal con autos secuestrados, un cementerio de autos digamos, que produjo contaminación en el suelo, y que tiempo después fue liberado de esos autos. Pero la ley 1770 nunca se cumplió desde el 2005, hace 9 años, por lo tanto la villa 20 no sólo no fue urbanizada, sino que creció en densidad de población. Se comenzaron a hacer construcciones para arriba, aumentó los niveles de hacinamiento, y expulsó de su entorno, a una parte de la población que tomó el terreno contiguo que había sido el cementerio de autos. A partir de ahí hubo un intento de desalojo por parte de la Policía que se frenó, porque podía haberse repetido una situación similar a la que pasó en el Indoamericano. Y los vecinos que se quedaron ahí, se organizaron y formaron un cuerpo de delegados.
AB: Es un proyecto más abarcativo que el del barrio Papa Francisco. Plantea que en ese predio se podrían construir viviendas para 3500 familias, que son muchísimos más de las que están ocupando ahí, y precisamente poner esa construcción al servicio del conjunto de toda la villa, es decir, el inicio de un plan de urbanización.
Es un proyecto que por ejemplo plantea ir construyendo de manera alternativa en distintas franjas sin que la gente tenga que desalojar, sino que por el contrario, mientras se va construyendo en un predio, la gente se traslada a otro, y así de manera escalonada: primero se hace el saneamiento, luego se soluciona el problema de contaminación y después se inicia el proceso de construcción.
También incluye pedirle a Nación que ceda el predio que hoy está tomando la Policía Federal, predio que prácticamente no cumple ninguna función social. Esto permitiría que en primera instancia las familias del primer lugar donde se construya, pudieran ocupar ese predio de manera provisoria, después las segundas familias ir allí, y así escalonadamente poder construir. Entonces es un plan que arranca con darle una solución al barrio Papa Francisco, pero ya desde el arranque, incluye darle una solución a un sector muy importante de la villa, que en otra etapa podría continuar con una urbanización total.
Este proyecto se presentó a la Justicia, a la Defensoría del Pueblo y al gobierno de la Ciudad.
-También este proyecto incluye la creación de una mesa de planeamiento participativo para la urbanización del barrio, ¿en qué consistiría el trabajo de esta mesa?
PB: La participación de los vecinos en el armado del proyecto fue central, fueron co-constructores junto con los arquitectos, del proyecto de urbanización; ese fue el primero paso. Pensar un barrio digno. Luego, ese proyecto arquitectónico, urbanístico y participativo lo hicimos proyecto de ley.
La mesa de planeamiento participativo la constituyen los vecinos, los profesionales, y falta que las autoridades se hagan cargo.
AB: Nosotros estamos convencidos de que la única forma de poder llevar adelante el plan de urbanización participativo es de forma participativa y donde la gente se involucre, donde la gente que realmente necesita tome cartas en el asunto, porque dejándolo en manos del gobierno, es evidente que no hay voluntad política para hacerlo.
La mesa tendría el trabajo de fiscalizar el cumplimiento de las distintas etapas del saneamiento general primero del terreno, de la primera etapa de construcción y después de toda la obra. La idea principal es que la gente participe y que vaya controlando lo que se haga, e incluso después que controle que las viviendas vayan a los que tienen que ir.
Porque otra cosa que ha pesado, es que muchas veces fruto de la lucha de la gente se ha iniciado algún plan de vivienda, pero después la adjudicación ha ido a parar a los punteros o a la utilización política del gobierno de turno.
PB: Los vecinos no quieren desocupar un lugar para que sea saneado el terreno, porque no tienen ninguna garantía de que si se van (por los antecedentes) el gobierno, éste o el que vendrá, le cumplan, así como no han cumplido en 9 años. Entonces, en lo único que creen, es en su propia presencia, en sus propios cuerpos puestos ahí; pero al mismo tiempo están conscientes de que para poder construir hay que ir desocupando partes. Estos urbanistas lo que hicieron fue demostrar que se puede ir haciendo lo que ellos llaman “esponjamiento”, pero siempre con la presencia de los vecinos garantizando que el predio no sea olvidado o usado para otra cosa.
-¿Qué recibimiento tuvo, teniendo en cuenta que desde el Pro siempre se plantea primero el desalojo del predio, antes que cualquier iniciativa de vivienda?
AB: Este es un proyecto tiene la intención de mostrar que la gente busca una solución, que está abierta a discutir opciones. Nosotros estamos denunciando que se ha liberado una zona del nuevo barrio donde actúan bandas que fomentan hechos de violencia, se los deja actuar para estigmatizar a los vecinos de la zona y para aislarlos de la gente de la propia villa y de los barrios aledaños; todo para generar un clima que fomente en algún momento la represión.
Estamos denunciando que acá hay una connivencia, incluso de los poderes policiales y judiciales, que en lugar de trabajar en buscar una salida, de buscar la posibilidad de que esta gente se integre a la Ciudad a través de una vivienda digna, está trabajando para buscar una salida represiva.
El proyecto intenta salir al cruce de todas estas situaciones e ir creando un consenso en que si se avanza en un plan de urbanización, es empezar a poner a la vivienda en el centro de la escena de la Ciudad.
PB: Tuvimos una conversación ayer con la jefa del bloque Pro, a instancias de ella, y no le pedimos que le pongan la firma al pie así no más, le pedimos que lo lean con respeto y que se sienten a discutirlo. Así como se había podido llegar hasta ahí, se puede llegar más lejos. Les pedimos que cese la amenaza de desalojo, de cohesión y de imposición de una autoridad y que haya un respeto que no hubo en todo este tiempo por los vecinos de los sectores más vulnerables de esta sociedad. Ahora esto tiene que pasar por la Comisión de vivienda. La alternativa sino, es el desalojo por la fuerza, que puede tener costos fuerte, y que todos queremos evitar.
– Esto puede ser un buen antecedente para el resto de las villas de la Ciudad…
AB: Sí, pero también para los sectores medios que hoy se ven imposibilitados de tener una vivienda, porque hoy se ha hecho inalcanzable. Acá hay una política del gobierno de que los terrenos públicos sirvan solamente para la especulación inmobiliaria, no para que viva la gente, sino como reserva de valor para los grupos económicos y se están quedando con las tierras en función de eso. No hay ninguna política de vivienda, no sólo para las villas, sino tampoco para los sectores medios, entonces un plan como éste, es poner en el centro una política de vivienda que se va a derramar después a otras villas. Sería un paso muy importante que podamos discutir un problema que afecta a medio millón de personas.
PB: Lo que estamos tratando de demostrar es que acá no hay cucos, que los vecinos están defendiendo un derecho y que quien ha incumplido la ley fueron las instituciones y los gobiernos. Si los vecinos se vieron obligados a ocupar estos terrenos, es porque los gobiernos han incumplido la ley. Entonces que cada uno se haga cargo, otorgando el derecho a la vivienda que marca la Constitución.
El proyecto es un modelo de gobernabilidad y de relaciones Estado-sociedad del que el Pro y toda la corporación política en general, plantean habitualmente. Es un proyecto participativo en que los soberanos son, en última instancia, los vecinos.
Como se vive hoy en villa 20 y Papa Francisco
Carlos Fernández integrante del FOL y Diosnel Pérez integrante del FPDS mencionaron que el impacto del proyecto de ley que presentaron los legisladores porteños, busca “incluir a un gran número de familias y actualizar la situación del barrio (integrando el barrio Papa Francisco” señaló Fernández. “El objetivo es correr el eje de la discusión desalojo sí o no, sino atender a la problemática de la urbanización y de los años de incumplimiento por parte del Estado de un derecho elemental, que es la posibilidad de acceso a una vivienda digna a todos los habitantes de la ciudad de Buenos Aires” reafirmó.
Mientras que Diosnel Pérez vecino y referente de villa 20, señaló que“en la manzana 31 (ahora conocida como barrio Papa Francisco) las familias están dispuestas a pelear por su porción de tierra, porque el problema de vivienda no da para más. El ánimo de la gente ya cambió. Al principio era desesperante, porque el miedo al desalojo era constante. Hoy las familias están decididas a pelear. Todos los vecinos hicieron un sacrificio enorme, hicieron rifas y comidas para ir juntando plata y mejorar el lugar. Hoy se hicieron cloacas, se levantaron columnas de hormigón y están haciendo del lugar, un espacio vivible”.
La situación actual delas familias según Fernández es preocupante. “Hoy están viviendo en condiciones miserables donde no tienen provisión de ningún servicio básico por parte del Estado ni de las empresas de servicios básicos como luz, agua, etc. Estan viviendo en humildes casillas y ranchadas donde las fuerzas de seguridad han liberado la zona favoreciendo el ingreso de mafias y redes delictivas”.
Fernández asegura que aún resulta un problema que “tanto Macri como Berni siguen insistiendo en sus intenciones de desalojar, sin dar respuestas o soluciones al problema habitacional”.
Diosnel Pérez por su parte menciona que la sensación en el barrio entre los vecinos, es la de dar una lucha digna por los derechos aún no alcanzados. “Diego, uno de los vecinos, decía que quería morirse sabiendo que sus hijos iban a tener su vivienda. Diego tenía cáncer y falleció hace una semana. Unos días antes le dijo a los médicos que quería morir en su casa, en el barrio Papa Francisco. Lo llevaron allá y murió una mañana, a eso de las once. Desde esa hora hasta las cinco de la tarde, no apareció ni una ambulancia ni la morgue. Cuando la hermana de Diego comentó a los gendarmes que están fuera del barrio la situación, se le rieron en la cara. Y le dijeron, todos van a salir así de acá, muertos.
A los poderosos no les pasan estas cosas, sólo a nosotros. Pero las familias hicieron un gran sacrificio por su tierra y allí se van a quedar”, concluye covencido.