Por Lea Ross. Apoyo empresarial, visitas ilustres, denuncias y un nuevo estudio científico contra las fumigaciones son algunas variantes que se suman a la problemática de la multinacional en Córdoba.
El tema de Monsanto vuelve a estar en foco. Para este mes, se espera que la multinacional entregue a la Provincia de Córdoba un segundo estudio de impacto ambiental para la fábrica que pretende instalarse en la localidad de Malvinas Argentinas. Hablamos de la procesadora de semillas de maíz más grande de América Latina. Hay que recordar que el 10 de febrero del presente año, la Secretaría de Ambiente provincial no aceptó el primer estudio por ser “insuficiente, reiterativo y sin profundidad técnica”.
En estos momentos, el intendente de la localidad, Daniel Arzani, ha aceptado la posibilidad de realizar una consulta popular para que el pueblo de Malvinas decida si quiere o no la fábrica.
En ese panorama, varios hechos han ocurrido en los últimos días que pone a Monsanto como el eje central de la cuestión.
El primero es la visita del periodista Mark Lynas a la Argentina, un divulgador científico que ha publicado libros sobre el calentamiento global. En enero de 2013, Lynas generó una fuerte repercusión al declarar su cambio de postura referido a los alimentos transgénicos. Quien anteriormente era un opositor a su comercialización, hoy asegura que estos mismos son una pieza clave a la hora de enfrentar el hambre en un planeta devastado por el cambio climático. Durante una exposición realizada en la Universidad de Córdoba, el controvertido divulgador científico aseguró que el movimiento ambientalista hace circular alrededor de 2,5 mil millones de dólares en todo el mundo y que muchos de sus referentes son millonarios. “Promueven conspiraciones, hablan de alternativas naturales y están en contra de todos los aspectos de la ciencia”, aseguró. Inevitablemente, distintos convocados se manifestaron en repudio a la charla con las consignas de “Fuera Monsanto” y “Andrés Carrasco Presente” entre otros. En una entrevista exclusiva al portal ECOS Córdoba, Lynas declaró lo siguiente: “La comunidad científica es la que tiene que estar en el centro de éste debate. Y los gobiernos que tienen algunos problemas de credibilidad es muy poco probable que puedan liderar este debate en un camino que sea útil. Monsanto tiene un problema de credibilidad enorme. Y la corporación fue arrogante y en una cierta medida yo también odio a Monsanto. Está en el camino del desarrollo de los cultivos transgénicos en los países en desarrollo. Les pido que salgan del negocio de los agroquímicos y que se dediquen al negocio de semillas y vayan disminuyendo los agrotóxicos”.
Mientras tanto, el establishment cordobés mantuvo sus reuniones con el intendente Arzani. Se trata de la organización llamada G-6 o Grupo de los Seis, que reúne a las filiales cordobesas de La Bolsa de Comercio, La Cámara de Construcción, de Comercio, de Comercio Exterior, la Federación Comercial y la Unión Industrial. “Nosotros apoyamos toda inversión productiva que genere empleo, siempre atado al cumplimiento de las normas”, señaló uno de sus voceros al diario Comercio y Justicia. Allí, los referentes empresariales plantearon al jefe comunal sus deseos para que la multinacional Monsanto logre instalarse en la localidad cordobesa, en base a los beneficios de atraer inversiones extranjeras.
Por otra parte, la Asociación Abogados Ambientalistas de Argentina (AAdeAA), se presentó ante el Ministerio de Ambiente de Córdoba para entregar un dictamen que afirma que Monsanto no puede presentar un segundo estudio de impacto ambiental y que debe retirarse de Córdoba. Esto se refiere a lo que estipula el artículo 20 de la flamante Ley de Convivencia Ambiental, que fue aprobada hace unas semanas atrás con una fuerte represión policial y cuyo texto generó distintas interpretaciones. “Allí se dispuso que todo proyecto para iniciar el procedimiento no debe tener un rechazo o desestimación por la Autoridad de Aplicación con anterioridad. La aplicación inmediata de este artículo genera el cierre de la discusión de la instalación de la Planta de Monsanto en Malvinas Argentinas al no existir caminos institucionales para que Monsanto pueda conseguir el certificado de aptitud ambiental de su proyecto, necesario para el inicio de las obras y el funcionamiento de la actividad”, se transcribe en dicho dictamen. Sobre la posibilidad de que se haga un plebiscito, el abogado Enrique Viale, uno de los redactores del texto del AAdeAA, aseguró ante ECOS Córdoba que “Monsanto no puede llegar a la instancia de la consulta. Cualquier intento de conseguir el aval ambiental seria ilegal. Ya lo es por las inconsistencias en la ley de usos de suelo. Entonces no se puede plebiscitar lo ilegal”.
Hay que aclarar que una de las irregularidades que posee el emprendimiento es que permanece instalado en una zona donde solo se permite la actividad agropecuaria no contaminante y/o recreativa, según la Ley de Uso de Suelos, lo cual se contradice con las características que posee una fábrica de semejantes características.
Y finalmente, un nuevo estudio científico de la Universidad Nacional de Córdoba ha puesto en jaque a la actividad agropecuaria hegemónica. Se trata de un trabajo de campo realizado en Morrison, un pueblo rodeado de campos de soja y maíz, que como todo cultivo transgénico las pulverizaciones con agroquímicos están a la orden del día. En el informe piloto, se asegura que a mayor cercanía de los campos fumigados, mayor será el riesgo de padecer síntomas relacionados con enfermedades infecciosas. La mayoría de los vecinos encuestados viven cerca de 150 metros de los campos, de los cuales el 41% padecen alguna clase de síntoma, a diferencia de los que viven a 500 metros donde solo lo padece un 8%. E incluso el 39% reconoció haber visto un avión fumigador pasar por encima de sus casas. “Lo más importante, más allá de los números, es la toma de conciencia. Ahora el pueblo comenzó a cuestionarse. El intendente ha cambiado de actitud sobre este tema y los vecinos comenzaron a organizarse”, resalta Cristina Arnulphi, directora de la investigación, al autor de esta nota.
Hoy en día, la planta de Monsanto sigue paralizada. Y el estado provincial está esperando la presentación del segundo estudio de impacto ambiental. Todo un pueblo está atento a cómo continuará está historia. Y no solo el pueblo de Malvinas.