Por Miriam Moreyra. Marcelo Saín hoy es Legislador de la Provincia de Buenos Aires, y trabajó activamente en el proyecto de creación de la Policía comunal. Primera entrega del análisis sobre la nueva fuerza pronta a crearse, el problema de su composición y los intereses políticos de la oposición.
Después de que la legislatura bonaerense viera frustrada en cinco oportunidades el debate que le permitiera crear las policías municipales, el gobernador de la Provincia Daniel Scioli aprobó finalmente por decreto la creación de esta fuerza para las ciudades con más de 70 mil habitantes.
Marcelo Sain es Diputado provincial por Nuevo Encuentro e impulsor del proyecto de ley de conformación de las policías municipales. Dialogó con Marcha y FM Che Barracas sobre la situación.
-¿Por qué el recorrido del proyecto fue ese?
-Bueno, en primer lugar no tenemos ley de policía municipal porque el massismo pactó con la derecha, que son los principales retractores de esta iniciativa, porque de alguna manera pone en tela de juicio la vigencia del manejo de la seguridad pública en las principales ciudades de la provincia de Buenos Aires. El gobernador no tiene alternativa, porque frente a la necesidad de iniciar un proceso de municipalización, sus facultades administrativas le imponen apenas la competencia de reordenar, dentro del sistema de la policía de Buenos Aires, el sistema de seguridad en favor de una suerte de centralización municipalista, pero quiero ser muy claro al respecto, no es que se va a emitir una resolución o un decreto, que todavía no conocemos su contenido en la letra chica que va a reemplazar el contenido de la ley. Es decir, no se va a crear una nueva policía como la estábamos creando legislativamente, una policía nueva, paralela e independiente de la policía de la Provincia de Buenos Aires a través de un decreto, porque no es así, sino que dentro de la policía de la provincia de Buenos Aires se va a crear un proceso de descentralización.
-¿Pero no es sumar más problemas?
-Nosotros vemos esto con una mirada crítica, pero no en función de la posición del gobernador, porque el gobernador bancó fuertemente el consenso de todos los sectores kirchneristas en favor de este proyecto de ley, que después Massa impidió que se convierta en ley. Sino por el hecho de que la policía bonaerense es parte del problema, y no de la solución. Hoy se había abierto la discusión de la posibilidad de crear una policía municipal en función de la crisis de la bonaerense, que está atravesada por corrupciones, por abusos, por ineficiencias en el control del crimen, y que eso repercutía en una demanda social, principalmente sobre los gobernantes locales, los intendentes y concejales, porque esa policía estaba despreocupada del control del crimen y estaba ocupada en sus negocios ajenos a estas cuestiones. Este es el contexto, nosotros no ciframos una esperanza de que esto se trate de una alternativa análoga a lo que estábamos haciendo, es lo que el gobernador puede hacer, o pudo hacer en el marco de sus competencias.
-Uno de los puntos centrales que se había plateado en la discusión en la Legislatura es que si esta policía podía estar o no armada las 24 horas, que fue un punto resistido por el massismo.
-Esa fue una de las excusas que se tomó para no aprobar el proyecto. En eso incurrieron el Frente Renovador, Sergio Massa, como el mismo Ministro (de seguridad, Alejandro) Granados, que coincidió en todo sentido con el Frente Renovador. El Frente Renovador construyó una oposición, porque inicialmente había admitida la posibilidad de que haya, y así lo demostró en la firma de los dictámenes iniciales, que haya una suerte de limitación del estado policial, o de las obligaciones funcionales de los policías a lo largo del horario de desempeño de sus funciones. El propio gobernador, pero a través del proyecto elaborado por el ministro, remite el proyecto oficialista, ahí ya contempla la no portación de armas fuera del horario de servicio, así que el ministro cambió de opinión en medio del río; porque el proyecto que él había hecho, mejor dicho (Hugo) Matzkin había hecho y él había tomado como propio, era un proyecto que ya contemplaba el estado policial limitado tal como lo habíamos desarrollado en la versión original de este acuerdo de todos los sectores del kirchnerismo, entonces esta fue una excusa. Nosotros obviamente somos partidarios de un estado policial limitado, en primer lugar porque consideramos que los policías son trabajadores, y los trabajadores sólo tienen responsabilidades laborales durante del horario de trabajo, y no fuera de este, laboralizar el trabajo policial es humanizar el trabajo de la policía. Pero además porque la mayor cantidad de policías muertos en enfrentamientos armados se produce durante el horario de franco-servicio, porque van a comprar el pan con el arma en la cintura, o porque resisten el robo de un auto a través de su propio homicidio, es decir, se previene un delito contra la propiedad a través de su propia vida. Ellos no tienen problema culturalmente en arriesgar su vida a cambio de que no sean robados, lo cual me parece una aberración sostener esto. Y esto es lo que sostiene la derecha argentina. La derecha que plantea que el policía tiene que tener obligaciones funcionales durante las 24 horas, pero les paga sueldos sudafricanos, sueldos de miseria que obligan a los policías al doble empleo. Entonces esta ingratitud de la derecha nosotros la habíamos superado, no somos partidarios de ello, pero fue una excusa. Tenés que pensar que de un proyecto de ley, de 150 artículos, tomar como excusa dos artículos que son absolutamente negociables para no aprobarlo demuestra claramente que era una excusa.
-Mencionás que el massismo tuvo un rol muy importante para que la discusión de la ley no avance en la legislatura, pero también la UCR y el FAP se opusieron.
-Pero ellos nunca se mostraron partidarios, de movida se negaron al proceso de municipalización policial. Ellos no cambiaron de posición, como sí lo hizo Sergio Massa. Sergio Massa fue municipalista siempre, durante dos años dijo que el mejor proyecto que se había presentado en la legislatura y que estaba dispuesto a votar a libro cerrado fue el proyecto de Marcelo Sain. Pero cuando nosotros acordamos en la base de ese proyecto una posición entre todos los sectores kichneristas, inclusive entre el sciolismo, los sectores del Frente para la Victoria, la Cámpora, el Movimiento Evita y Nuevo Encuentro, ahí ya no le sirvió más, porque en frente tuvo un consenso importante y ellos lo que están haciendo es lo que hace el pavo real, mostrar las plumas. Trabajan con la encuesta en la mano, hacen videopolítica. Entonces mientras tuvieron el protagonismo central, y mientras Sain era un férreo opositor a las políticas de seguridad de Scioli, apoyaban el proyecto de Sain, cuando Sain entre en el consenso dentro de un frente kirchnerista, no trasvistiéndonos, porque reitero nosotros construimos sobre la base de nuestra posición ese proyecto. Claramente ellos cambiaron rápidamente, inventaron una serie de excusas.
-El proyecto que vos presentaste fue el que Sergio Massa eligió durante dos años, y ya contemplaba la limitación del estado policial al horario de trabajo de los policías.
-Así que eso fue una sobreactuación absolutamente innecesaria, por eso lo señalo. Pero en esto también incurrió el propio ministro Granados. Porque Granados envió el proyecto de ley aquí a la Legislatura con la prescripción de la limitación de la portación de armas al horario de trabajo. Es más él hizo una reunión con algunos legisladores y miembros del gabinete provincial con unos expertos que él trajo, conocidos de él, españoles, que nos policías retirados pero que han estado en el proceso de municipalización español, y estos policías decían que claramente los policías no podían portar armas durante las 24 horas, y que ellos las dejan en un gabinete, en la comisaría o en el destacamento de pertenencia cuando terminan su horario de trabajo, y que no hay una tracción cultural o un atractivo cultural a que porten armas fuera del servicio; que no se sienten policías fuera de servicio. Esos mismos policías que él trajo decían eso. Después los escondió a estos policías, no los mostró, porque decían cosas que iban a contramarcha de lo que le terminó armando en posición. El posicionamiento de Granados se dio vuelta porque Matzkin lo dio vuelta, Matzkin le dijo lo que se podía decir y lo que no se podía decir, y Granados repitió a pie de letra lo que Matzkin imponía.
-Mencionabas que no va a ser una policía paralela, que va a depender de la policía bonaerense, ¿Considerás que es riesgoso teniendo en cuenta las lógicas y practicas que tiene la bonaerense?
-Es más de lo mismo. Ganaron los conservadores y va a seguir la Bonaerense al frente de la seguridad pública de la provincia. Todos los problemas que se generaron como antecedentes para este tipo de iniciativa se van a profundizar, porque la Bonaerense no se convierte en la policía sueca la semana que viene. Va a seguir siendo la Bonaerense la semana que viene, con municipalización, sin municipalización interna. La solución estaba afuera de la Bonaerense, y nosotros coartamos la posibilidad de crear un sistema nuevo, completamente nuevo. Lo que va a haber ahora es una suerte de centralización. A Frankenstein le pintas los labios y le ponés una canasta y no se convierte en Caperucita roja, y esto es así, la Bonaerense es Frankenstein y por más que lo afeites un poquito, por más que le maquilles un poquito las heridas sigue siendo Frankenstein, así que no va a haber solución por ese lado.
-En relación a los intendentes de estos municipios con más de 70 mil habitantes donde se van a crear estas policías locales, estos desprendimiento de la Bonaerense.
-No es un desprendimiento de la Bonaerense, lo que va a haber es que las comisarias se van a llamar “Policía Local”. Se quiere hacer creer que se trata de una policía nueva, pero es que le cambian el cartel a la comisaria del lugar y le dicen al intendente usted dele orden (al comisario) que él va a ver si las cumple, porque él sigue dependiendo del Ministro de Seguridad, pero lo vamos a escuchar a usted señor intendente.