Por Diego Herchhoren. La idea, desarrollada por el experto ruso Valentín Katasónov, fue ideada para los países sancionados por EEUU, pero es aplicable al déficit de reservas argentino. Según el autor, no se acaba el mundo si se prescinde del dólar.
Según Katasónov, presidente de la Sociedad Económica Rusa y ex consejero económico de la ONU, el trueque puede ser una alternativa a los países víctimas de sanciones de EEUU, ya que no haría falta la presencia de registros contables en dólares en los sótanos del Banco Central, sino que bastaría con integrar a los activos nacionales a la contabilidad de reservas y operar en mercados que acepten intercambios de bienes y servicios sin que haya transferencias monetarias.
En las primeras etapas de la historia de la humanidad el comercio se llevó a cabo sin el uso de dinero, es decir se trató de un trueque directo, recuerda el autor al sumergirse en la historia económica de distintos países.
“Surge la sospecha que esta parte de la vida económica de la sociedad fue deliberadamente ‘silenciada’ porque los actuales propietarios de las máquinas impresoras de efectivo sienten la importancia de asegurarse la demanda de los productos de sus máquinas y recibir el llamado ‘señoreaje’. Cualquier transacción de trueque significa una posible pérdida del señoreaje de los ‘propietarios’ del dinero emitido”, explicó en un artículo publicado en la prensa rusa.
“Así que el estudio de la historia económica debe ser abordado con cierta cautela. También puede estar sesgada, [la historia oficial] servir a los intereses de los amos del dinero”, afirmó el economista.
Casos de transacciones de trueque abundan en la historia del siglo XX, poniendo como ejemplo la década de 1930, cuando dejó de existir ‘el patrón de oro’, pocos años antes restaurado por líderes económicos de Europa (principalmente por Reino Unido y Francia ) en la década de 1920. Los manuales de historia dicen de manera muy escueta: el comercio internacional desde mediados de la década de 1930 hasta mediados de la década de 1940 se derrumbó parcialmente. Y que el comercio que quedaba se pagaba directamente en oro o era en su esencia un ejemplo de contracomercio (es decir aquel que se paga mediante el intercambio de los productos nacionales de cada país).
¿Cómo funcionaría el contracomercio en la Argentina?
El contracomercio tiene dos formas principales: el trueque y el comercio de compensación.
El trueque es el intercambio de bienes sin el uso de dinero. Muy cerca de este fenómeno está el comercio de compensación, en que el dinero interviene como medida de valor, pero en este caso en calidad de esta medida podría figurar cualquier moneda que no sea una divisa. Habría una tercera opción inclusive, que es aquella que usara al dólar como unidad de medida.
Por ejemplo, un exportador argentino podría entregar mercancía a un importador iraní y recibe a su cuenta bancaria el importe de la mercancía suministrada en la moneda nacional. Después el exportador argentino compraría en Irán productos por el 100% del valor de los ingresos recibidos (compensación completa) o por un valor parcial de esta suma (compensación parcial). De esta manera, la riqueza argentina quedaría plenamente valorada y pone en evidencia la valoración a la baja que impone el sistema de reservas.
“Los materiales de la ONU indican que el contracomercio involucra a la gran mayoría de los países. Su participación en el volumen total del comercio mundial se estima en 25-40% (datos de principios de este siglo). No hay estimaciones exactas, ya que una parte significativa de las cuentas de trueque se esconde en el sector informal de la economía. En los últimos años, la proporción del trueque, a juicio de expertos, ha comenzado a crecer rápidamente. A ello contribuye el desarrollo de Internet. Hasta hace poco una persona necesitó mucho tiempo para construir una cadena de trueque competente, pero ahora este trabajo lo asumen los programas de Internet y buscadores. Los motivos económicos del trueque son el ahorro de dinero y la reducción de costes comerciales, mediante la construcción de relaciones directas entre productores y compradores, sin pasar por la habitual cadena de intermediarios”, detalló.
La relación del trueque y las sanciones
No solo las ventajas de tener Internet, sino factores políticos, también dan un fuerte impulso al desarrollo del comercio de trueque. El ejemplo de Irán es uno de los más evidentes, país desde hace 35 años sujeto a sanciones por parte de EE.UU. y en los últimos años por la Unión Europea.
Las sanciones contra Irán incluyen la congelación de las reservas de divisas y el bloqueo del pago de los bancos iraníes en dólares estadounidenses. En respuesta, Irán ha comenzado a desarrollar un comercio de trueque con sus principales socios comerciales (en particular con China).
Pero no tan solo China. Rusia e Irán están a punto de cerrar en enorme acuerdo de trueque por el colosal importe de 20.000 millones de dólares al año, que afecta a intercambios de equipos, metales, alimentos y otros productos a cambio de la adquisición de 500.000 barriles al día de petróleo iraní, duplicando el comercio exterior y en condiciones mucho más ventajosas que las que tiene actualmente Argentina, país que formalmente no soporta el peso de ninguna sanción de las autoridades de EEUU.
Si la producción argentina de bienes y servicios fuera canjeada por bienes y servicios de los países compradores, esto permitiría al país no atar su destino al de la moneda norteamericana (una moneda cuya emisión y control no está afectada por ninguna autoridad argentina y que evidencia la ausente soberanía monetaria).
Las amenazas de Occidente a Rusia han derivado en sanciones masivas por su papel en los acontecimientos en Ucrania; esto ha hecho que la importancia de la transacción con Irán crezca vertiginosamente. En el actual estado de agregado de valor de la industria argentina y de sus exportaciones, el trueque internacional es una óptima solución a la escasez de reservas y la única solución posible a la falsa alternativa del ajuste.