El 5 de noviembre se define quién presidirá Estados Unidos, si Kamala Harris en la continuidad demócrata o si se consolida un retroceso con la vuelta de Donald Trump. Para los derechos de mujeres y disidencias no es una elección más y las latinas lo saben: se organizaron y presentaron en el estado del sur una iniciativa para proteger el acceso universal al aborto en la Constitución local.
Por Laura Salomé Canteros | Fotos: Latinas en Marcha
Que el derecho al aborto es tema obligado en cada elección post 2018 no es novedad. Tampoco moda. Fue gracias a que miles de activistas feministas se organizaron para levantar la calidad del debate político criticando el alcance de la democracia en el mundo, exigiendo reformas de vida a representantes, jefes, CEOs y patrones.
Es que las olvidadas, las postergadas, las desterradas, las esclavas rompieron el silencio y ya no toleran quedar fuera del banquete del placer y la distribución de las riquezas. El 5 de noviembre es así de clave y se trata de la existencia. Las latinas saben que su decisión como mujeres y disidencias a la hora de ir a votar excede el evento que da continuidad o genera un cambio de gobierno en los Estados Unidos: podría sentar un precedente para blindar derechos en cada uno de los estados del llamado país de la democracia y la libertad.
Es por esto que están en las calles y hasta el 5 de noviembre participarán de las elecciones que el mundo mira con un bonus, juntaron más de millón y medio de firmas para presentar en la boleta la Enmienda 4 que protege el derecho al aborto en La Florida. Una iniciativa feminista para reformar la legalidad constitucional, pero que además tiene el objetivo de despenalizar socialmente el aborto.
La Enmienda 4 dice que “ninguna ley prohibirá, penalizará, retrasará o restringirá el aborto antes de su viabilidad”, y se requerirá un 60% de aprobación que sí, es difícil, pero tiene el objetivo de terminar con el plazo imposible de seis semanas para acceder al derecho al aborto.
Ellas son las Latinas en Marcha, quienes se definen como un programa estatal de mujeres latinas progresistas que buscan cambiar y remodelar la agenda conservadora del gobierno local realizando actividades culturales. Comenzaron a organizarse tras un evento en 2018 en Miami y en 2024 ya realizan campaña en todo el estado. Las movió el deseo de averiguar cuál era “el hambre” por la existencia de un movimiento político centrado en las mujeres latinas. Y acertaron.
Latinas es una coalición de organizaciones y está conformado por mujeres y disidencias, sobre todo en Miami y Orlando, que ansían participar en la toma de decisiones. Trabajan territorialmente diferentes problemáticas como el acceso universal a la salud sexual y reproductiva, el derecho a la vivienda o la justicia climática. Están preocupadas por que la democracia llegue a todas las personas, sobre todo a quienes fueron históricamente marginalizadas como les afrodescendientes, pueblos indígenas y claro, las mujeres latinas.
Para que nos lo cuente, hablamos con Ysabella Osses, directora del electorado latino para Florida Rising, activista de Latinas en Marcha. Un espacio de creación de poder popular que surgió de la mano de Dolores Huerta, histórica sindicalista por los derechos campesinos.
*
¿Qué está en juego en las próximas elecciones respecto a los derechos de las mujeres y las personas del colectivo LGBT?
En este momento, lo que está en juego son nuestras vidas y nuestra dignidad, sobre todo en temas de salud. Tenemos un gobernador, Ron DeSantis, que es una persona que está en contra de todo lo que no sea cristiano y hombre. Está en contra de la salud sexual, del aborto, de métodos anticonceptivos, de la comunidad LGBTQ.
DeSantis ha definido distintas iniciativas públicas, como la prohibición del aborto a las seis semanas o “Don’t Say Gay”, que consiste en que no se puede decir la palabra gay en los colegios o si no pueden despedir a las y los profesores. Además, la currícula que están enseñando en los colegios públicos es una historia revisada de los Estados Unidos donde no se mencionan a la esclavitud o las experiencias que han tenido que pasar las personas latinas o afrodescendientes para llegar donde estamos. No hablan de la falta de igualdad, no hablan de básicamente temáticas de justicia social.
¿Cómo es la situación del derecho al aborto en el país? ¿Cuáles son aquellos estados donde es más difícil acceder a la interrupción voluntaria del embarazo?
Desde julio, en el estado de la Florida tenemos una prohibición extrema del aborto hasta las seis semanas, sin excepciones reales por violación o incesto. Pero para hacer un aborto, primero hay que buscar un turno con el ginecólogo o la ginecóloga, y acá la salud es demasiado cara. Después, en 24 horas, hay que tener la ecografía y allí, sólo se acepta el aborto hasta la semana seis desde el último periodo de menstruación, lo que obviamente no es suficiente para que la persona gestante sepa que está embarazada.
A eso se le agrega una capa más de dificultad para las mujeres latinas, sobre todo para las que están atravesando un sistema migratorio complejo y desigual: en la última sesión legislativa se aprobó una prohibición de que quienes están indocumentadas puedan pasar al estado de la Florida en auto y quienes no tienen documentos no pueden tampoco viajar por avión a diferentes estados del país.
Entonces, ahora vemos geográficamente que en los Estados Unidos hay una prohibición de seis semanas o en algunos casos total del aborto en los estados del sur. O sea que si alguna mujer que es mamá y latina -porque la mayoría de quienes han recibido servicios de aborto ya son madres-, desea tener acceso a la interrupción del embarazo tiene que viajar a otro estado como Virginia, Chicago o Washington D.C.
Todo un ataque a la clase trabajadora, ya que la que tiene dinero puede viajar a cualquier país y a cualquier estado para tener acceso a estos servicios, lo que significa que básicamente en Estados Unidos una tiene que comprar los derechos humanos que le corresponden.
¿Qué opinan de la “Marea Verde” en otros países y en América Latina? Comenzaron a usar el pañuelo verde, ¿se sienten parte de una lucha que es global?
Estamos muy contentas de tener una estrella, en este caso del sur, como la Marea Verde. Hay referentes como Marta Alanis (Católicas por el Derecho a Decidir/ Incidencia Feminista) que estuvo con nosotras y nos enseñó sobre el movimiento; de los éxitos, de lo que hay que mejorar y que nuestras luchas y éxitos no son permanentes y una tiene que seguir luchando por convicciones y valores.
Eso es lo que estamos tratando de hacer en Latinas en Marcha. El primer encuentro de la Marea Verde en Estados Unidos fue en Washington D.C. el año pasado y ha tomado fuerza. Me encanta ver los pañuelos verdes que acá se ha convertido en uno de los símbolos también de la lucha por derechos reproductivos. Quizás no tanto como en Argentina, pero para allá vamos, y yo sé que lo vamos a hacer real, sobre todo con la campaña de la Enmienda 4.
El 5 de noviembre queremos pasar una Enmienda que limita la interferencia política con el derecho al aborto. Es una Enmienda constitucional y para eso juntamos más de un millón de firmas de diferentes floridianas y floridianos para ponerla en la papeleta electoral de estas elecciones (2024), y hemos estado haciendo campaña, trajimos a la Marea Verde acá a Florida por primera vez.
Hicimos eventos de storytelling donde quienes asistieron hablaron sobre sus historias de aborto y salud reproductiva o de falta de acceso a la salud o la atención médica; sobre los temas de reproducción y asuntos de género también, y hemos estado sacando ese tabú de que es algo nuevo y que no debería ser legal. Acá, en la cuna de la opresión y con las latinas en los Estados Unidos.
Ser latina en Estados Unidos
Para Ysabella, la palabra latina es un término “para ponernos en la misma bolsa”. Considera que es un término que soslaya que “cada país de la región tiene su cultura y diferentes formas de mirar el mundo”. Pero rescata que es un “puente de unidad” ante la tremenda ola de discriminación hacia la comunidad latina en los Estados Unidos.
La reflexión llega mientras corre la noticia de que artistas de Puerto Rico, con millones de seguidores en sus redes sociales, llamaron a votar por la candidata demócrata, Kamala Harris, tras la violencia de un vocero de la campaña de su rival, Donald Trump, en uno de sus mitines. “Trató a Puerto Rico como una isla flotante de basura”, contó Ysabella, y recordó que “cuando se tiró a presidente en 2016 nos trató de criminales, de que mandamos lo peor, de que vivimos en shithole countries o en países de mierda en sus palabras”.
Éste es uno de los motivos por los que las latinas están organizadas como movimiento, sobre todo en el sur del país. “Las personas migrantes no quieren creer que este hombre está hablando sobre ellas. Entonces, hay un fenómeno interesante: las políticas públicas no nos toman en cuenta, pero aún hay gente que lo apoya y lo respalda sin preguntas ni dudas”, contó la referente política.
Ysabella es consciente de los desafíos. “Éste es un momento súper importante”, afirmó, y recordando a la militante por los derechos campesinos que las vio nacer como organización, dijo: “Es un campo de tierra fértil que podemos hacer crecer; aquí y ahora podemos plantar diferentes semillas de diferentes formas dependiendo el país”.
Vuelve a la pregunta que la llevó a pensar en medio de una campaña que está en la vertiginosa recta final. “A mí lo que me gusta mucho de ser latina es que sabemos que siempre tenemos que seguir trabajando para conseguir lo que queremos por la dignidad para nuestras comunidades, familias y amistades”, retomó y finalizó: “Me gustaría ver cómo ganamos la Enmienda 4 el 5 de noviembre y cómo vamos a transformar la agenda de la justicia reproductiva en el estado de La Florida. También crear rayitos de luz para otras compañeras que están en los estados más arriba de nosotras”.