Por Lucas Abruzzese. Lesionados que se lo perderán, que estarán por contrato o por negligencia; ausentes porque sus selecciones no clasificaron; otros que no participarán por decisiones de sus entrenadores… El fútbol pierde, también en un Mundial.
El jueves arrancó la Copa del Mundo. El espectáculo (fuera de la cancha, claro) está garantizado, aunque sobre el verde césped,durante los 90 minutos, las dudas acerca de su brillo y buen trato de pelota,están en duda. El Mundial será esa cruda consecuencia de lo que está sucediendo hace décadas en las temporadas: calendarios agotadores, futbolistas tenidos encuentra como piezas y no como humanos, el negocio por encima de todo…Mientras tanto, Joseph Blatter, el presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), sacó a relucir el miércoles su deseo por continuar al frente del ente corrupto que se transformó en una transnacional. Poco importa el juego.
Las AUSENCIAS. El fútbol es de los jugadores. Los futbolistas son los verdaderos protagonistas. Ellos marcan la época, las formas y las tendencias. ¿Cómo va a ser posible disfrutar a pleno cuando entre muchas selecciones se quedaron sin torneo figuras de enorme talla, con habilidad,talento y buena salud para el espectáculo en el rectángulo?
El calendario futbolístico, ese impuesto por los popes que están sentados en sus oficinas y a los que solo les importa permanecer en el acto mercantil, es cada vez más agotador. Partidos entre semana, cada vez más invento de copas y supercopas, jugar hasta romperse todo. Para peor, la preparación para esos desafíos aumenta su peligrosidad. ¿Por qué? Porque durante las pretemporadas, en vez de practicar todos los ejercicios con la pelota, el elemento esencias de este deporte, los preparadores físicos se dedican a hacer correr los jugadores en montañas, en médanos, hacerlos cargar decenas de kilos de pesas en sus hombros. ¿Para qué? ¿Alguien sabe el fin? ¿O será que piensan que mientras más corpulentos y rápidos sean los intérpretes,mejor van a desempeñarse? Las mancuernas no enseñan conceptos del juego.
¿Cómo entender entonces que Cristiano Ronaldo, Arturo Vidal, Luis Suárez, Samir Khedira, Gundogan, Thiago Alcántara, Ribery, etcétera, etcétera lleguen en malas condiciones a la competición más importantes a nivel de selecciones? ¿Por qué juegan? La deshumanización del deporte es cada vezmayor. Ni los futbolistas, ni los entrenadores, menos los dirigentes operan para cambiar la situación. ¿Cómo entender, si no, que los jugadores no se rebelen contra los amistosos previos a la Copa del Mundo, esos que continúan atentando contra el físico? Montolivo, Reus son ejemplos claros de pérdidas para los cotejos oficiales que causaron esos mamarrachos de encuentros para“despedir a la gente”.
Para peor, y todo para peor, nada para mejor, los directores técnicos, esos que eligen quiénes jugarán, cooperan con el no fútbol. Atentan contra la alegría, la habilidad y la picardía. Uno de ellos,como el de Francia, dejó afuera a Samir Nasri. Uno de ellos, como el brasileño,se dio el lujo de no convocar ni a Ronaldinho ni a Kaká. Otro de ellos, el argentino, pensó que Tévez no era compatible con Messi y lo dejó sin Mundial.Ese mismo, este último, tiene en claro y decidido que ante rivales difíciles desarmará el póker ofensivo (Messi-Di María-Higuaín-Agüero) para priorizar lo defensivo y armar una línea de 5. Francesco Totti e Isco también son víctimas en esta lista, aunque el entrenador que dejó afuera al español, Del Bosque,optó por otro talento.
Para peor, y todo para peor, claro, se encuentran en esta lista fea y lamentable, los futbolistas que no participarán de Brasil 2014 porque sus selecciones no clasificaron. Sería otra la alegría de la copa si estuviesen en cancha hombres como Gareth Bale, Zlatan Ibrahimovic, Arda Turan, Alaba, Hamsik, Lewandowski…Pareciera que todo está confabulado en contra del fútbol, ese que cada vez es más tomado para ganar sin importar las formas.