Por Leonardo Candiano. Yamila Cafrune -hija de Jorge Cafrune- y Facundo Ramírez -hijo del pianista Ariel Ramírez-, presentan Folklore, un disco en el que recorren clásicos de nuestra música popular. La herencia cultural bien conservada.
El jueves 29 de mayo Yamila Cafrune y Facundo Ramírez cierran sus fechas iniciadas la semana pasada en el Club Atlético Fernández Fierro – CAFF (Sánchez de Bustamante 764, C.A.B.A). Allí presentan, a partir de las 22:00 horas, Folklore, un disco poblado por una precisa selección de clásicos de nuestra música popular. Los acompañará, como lo hace en todos los temas del disco, el guitarrista Fabián Leandro.
Llevar esos apellidos y dedicarse a la música no es tarea fácil. Pone la vara muy alta. Cafrune es la hija del Turco, uno de los máximos exponentes de nuestro folklore durante el siglo XX. Ramírez es el hijo de Ariel, el autor de la “Cantata Sudamericana” entre otros verdaderos himnos populares, y uno de los compositores y pianistas más emblemáticos de la música autóctona. Sin embargo, Yamila y Facundo son Cafrune y Ramírez con identidad propia. Están a la altura y se le animan a temas que sus propios padres hacían volviendo presentes letras y músicas que en más de un caso mantienen suma actualidad.
Patrimonio valioso de nuestra cultura, los temas que conforman el disco encuentran en la dulce voz de Yamila una nueva energía, gracias también a la labor de Facundo, que otorga con su piano una frescura original a los temas de antaño.
Ellos vienen tocando juntos desde hace casi dos años. El disco fue grabado en vivo en sus presentaciones en “Clásica y Moderna” y ahora sirve de excusa para nuevos encuentros. De esta forma conjugan las carreras artísticas que ya poseen por separado: Yamila con su más de decena de discos a cuestas y casi veinte años ininterrumpidos sobre los escenarios; Facundo con una eximia formación musical en nuestro país y en Europa que lo convirtió en un prestigioso pianista, primero acompañando a su padre y luego en un extenso camino propio con álbumes de gran valía, como Ramírez x Ramírez y Nosotras, nosotros.
Folklore arranca con uno de los temas que hizo célebre Jorge Cafrune, la zamba “Cuando llegue el alba”, de Figueroa y Belloso. La voz de Yamila Cafrune despunta solitaria en un tierno inicio con un suave acompañamiento de Fabián Leandro en guitarra durante la primera estrofa, antesala del piano de Facundo Ramírez, noche adentro. Sigue con la potente “Chacarera del tiempo”, un tiempo de lucha y esperanza para América Latina: “Es el tiempo de ser libre, con más libertad que el aire… Es el tiempo de la siembra, es el tiempo del coraje, donde crece la esperanza antes que la fe se acabe/Quien podrá parar el tiempo, quién podrá parar el aire, quién podrá parar al pueblo sólo por querer ser alguien”, se oye de parte de una voz que afirma: “Soy el hombre, soy el grito, soy de América la sangre”. La canción de Kelo Palacios y Alma García parece escrita ayer a pesar de sus más de 40 años de existencia. El compromiso social, siempre presente en la guitarra del Turco Jorge Cafrune, se extiende sin obstáculo hasta la voz de Yamila, y aquí tenemos, por si aún hiciera falta, una clara evidencia.
Con otra zamba, “La viajerita”, nada más y nada menos que de Atahualpa Yupanqui, sigue su curso Folklore, bajando desde los cerros, por sendas de arena y tarcos floridos, todo frescor y aroma, ranchito, soles, lunas, montes y río. Una cueca, “Corazón”, antecede a la vertiginosa chacarera “Campo afuera”, donde se destaca particularmente el protagonismo del piano de Ramírez.
La muy cuidada versión de Yamila Cafrune de “Zamba de Usted” se interpone entre dos canciones, “Esta es La Pampa” y “Azul provinciano”. Las dos primeras, composiciones de Ariel Ramírez que su hijo recorre con madurez. La música litoraleña se presenta con uno de los chamamés más tocados en nuestro país, “Merceditas”, y se acrecienta en la canción “Los inundados” (nuevamente, de Ariel Ramírez), que recuerda la lucha contra el río de quienes viven a orillas del Paraná y la queja del yerutí, parte de la mitología ribereña de la zona.
El gato “El 180” inicia la parte final del disco, que se cierra con la excelsa “Angelito arcabucero”, compuesta por Facundo Ramírez, y con una encomiable versión de “La tristecita”, una de las zambas más conocidas de su padre.
De esta forma pasan por la voz de Yamila y el piano de Facundo (sin olvidar la gran labor de Leandro en guitarra) las composiciones de Don Ata, Kelo Palacios, Andrés Chazarreta, Pancho Cabral, Carlos Di Fulvio y el propio Ariel Ramírez, entre otros.
Con estos temas, más otros que no formaron parte del disco, desandan durante las casi dos horas que dura el espectáculo en el siempre acogedor Club Atlético Fernández Fierro. Así lo hicieron el jueves 22 y volverán a hacerlo seguramente este jueves, cuando el público podrá observar en vivo la experiencia previa de ambos en la firmeza y la soltura de sus interpretaciones sobre el escenario. Y podrá observar, además, que están lejos de la impostación, que mamaron de niños guitarreadas nocturnas en vela por los caminos juntos a sus padres, que ellos son la voz actual de una tradición viva. Así, se adueñan del repertorio más clásico de nuestra música popular, un repertorio que siempre tuvieron al alcance de la mano, bien cerquita, que les es -literalmente- familiar. Por eso la elección de los temas parece una decantación obvia de sus peregrinajes vitales y artísticos, de sus herencias mancomunadas. No hay canciones que a Yamila y a Facundo los representen mejor que estas. En ellas se mueven como en casa. Y por eso en Folklore brillan.