Las mujeres mapuche de la Lof Lafken Winkul Mapu detenidas hace 7 meses junto a sus hijas e hijos recibieron a un grupo de feministas de distintas organizaciones. Faltan tres días para que el Estado firme un acuerdo con las comunidades mapuche y comience a reparar esta violencia racista y patriarcal. Entre espaldas baleadas y diálogos con interferencias, ¿es posible un feminismo que pregunte por un estado plurinacional?
Por Agustina Paz Frontera * | Fotos: La vaca
Hay un poema muy resonado de Mariano Blatt sobre el asesinato de Diego Bonnefoi, habla de bailar en todos los sótanos del mundo en tributo a su espalda y que la espalda de Diego “esté ahora también/corriendo a la intemperie”. Diego Bonnefoi es un chico que fue asesinado por la espalda en El Alto, la zona más marginada de Bariloche, en 2010. Calles de tierra pelada, casas de color marrón, calefacción a humo, balas policiales. Es un poema doloroso y lúcido, que denuncia la violencia institucional y a la vez nos avisa que hay “flores en la ladera de la primavera”. Léanlo.
Llegar a Bariloche es ese poema. El lago Nahuel Huapi está insistentemente al costado o en la espalda, casi imperceptible hasta que un frescor obliga a mirarlo. La visión de la inmensidad produce cierta compostura. Los mapuche le dicen newen a la energía de la naturaleza que los guía, la expresión yanquee que me resuena es put yourself together, me la traduzco en la cabeza: “ponete toda junta”. Las partes en las que estoy desperdigada fueron recortadas por la cuchilla de un relato que nunca termina. La historia de la violencia estatal y social contra el pueblo mapuche, un pueblo preexistente, empobrecido, perseguido y victimizado. La historia de los ojos llorosos de María Nahuel, madre de la machi Betiana Colhuan Nahuel, detenida desde octubre de 2022 acusada de usurpar un terreno que ella estaba recuperando, y tía de Rafael Nahuel, asesinado por la espalda en noviembre de 2017, cuando corría a la intemperie, esquivando las balas de los prefectos que envió Patricia Bullrich para liberar el predio recuperado. Esos ojos. Y esas espaldas: la de Betiana de hoy apenas 21 años y la de Rafa, que se detuvo a los 22.
Una mirada feminista sobre el reclamo mapuche
En Bariloche el 8M de este año las organizaciones feministas locales decidieron que la marcha partiera desde la casa donde permanecen detenidas tres de las cuatro mujeres y sus hijes desalojados y detenidos en octubre de 2022. Romina Rosas, Luciana Jaramillo y Betiana Colhuan, la machi de la comunidad, continúan en la ruca (casa) comunitaria de Bariloche cumpliendo prisión domiciliaria, y Celeste Ardaiz Guenumil solicitó ser trasladada a Carmen de Patagones, donde está su familia.
Pocos días después del brutal procedimiento organizado en octubre por el ministro de seguridad nacional Aníbal Fernández y coordinado con el gobierno de Río Negro, al que hacen referencia las mujeres detenidas en esta entrevista que realizó LatFem, en la provincia de San Luis se decidió que el Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans de 2023 se haría en Bariloche para apoyar el pedido de libertad para las mapuche. Buena parte del movimiento feminista de todo el país decidió acompañar el pedido de justicia y declarar la defensa de las reivindicaciones de los pueblos indígenas, entre ellos el pueblo mapuche.
La incorporación en 2019 del principio de “plurinacionalidad” en el nombre del Encuentro que desde 1986 se realizaba bajo la lógica de lo “nacional” institucionalizó una línea de militancia dentro del feminismo que fue más allá de las declaraciones de interseccionalidad. El feminismo, no sin fisuras ni sorpresas, produjo con esa nomenclatura un comentario político importantísimo a la historia de la disputa por la identidad nacional. No sólo refrenda lo que ya dice la Constitución Nacional del 94 en el artículo 75 inciso 17 respecto a la preexistencia de los Pueblos Originarios respecto al Estado argentino, sino que confirma la actualidad de la plurinacionalidad en el territorio ocupado por el Estado. La plurinacionalidad no fue ayer, es hoy y es “un hecho de la realidad”, como dice el poema de Blatt en otra parte.
En sintonía con estas definiciones políticas feministas un grupo de organizaciones nacionales decidió producir otro hecho de la realidad y convocar a diversas referentas de organizaciones (del campo nacional y popular y en general provenientes de AMBA) para visitar a las mapuche detenidas y llevar solidaridad. La comitiva estuvo conformada por referentes del Frente Patria Grande como Victoria Freire y Noelia Figueroa, en representación de la Dirección de Acceso a la Justicia, la diputada nacional Natalia Zaracho, la legisladora porteña Ofelia Fernández, la diputada provincial Lucía Klug, todas por Patria Grande, la diputada (MC) Araceli Ferreyra, integrante de Movimiento Evita, la socióloga Lucía Cavallero, representante del colectivo Ni Una Menos de Buenos Aires, la Secretaria General de Ammar, Georgina Orellano, la Secretaria General de la UTEP, Dina Sánchez, Majo Venancio del CELS, entre otras organizaciones, entre las que se encuentra LatFem.
El mensaje de solidaridad incluyó una expresión de deseo: “Somos compañeras”. Algunas de nosotras, a caballo de las condiciones de vida que nos vuelven privilegiadas en sociedades desiguales como las que habitamos, no conocemos en primera persona la crueldad como la conocen las mujeres mapuche, les trabajadores excluides, las que trabajan en la calle en labores estigmatizadas como el trabajo sexual o la venta ambulante, no conocemos el desprecio por el tipo de piel, el tipo de ropa, el tipo de cultura. Pero queremos ser sus compañeras por la vergüenza y asco que nos da el uso discrecional de la violencia que hace el Estado. Discrecional quiere decir acá racista, clasista y misógino también. María Nahuel, con esos ojos, me dijo que le da vergüenza ser argentina. No le da vergüenza por vos o por mí, no le da vergüenza por tu papá empresario o por tu mamá jubilada, no le da vergüenza por Messi o por el dulce de leche, por los pibes de Malvinas o el tango, le da vergüenza por lo que le hicieron quienes administrar la fuerza del Estado. Que es el gobierno.
Una mesa con el diálogo entrecortado
La comitiva feminista planeó su visita a Bariloche para un día antes de la reunión pautada por la mesa de diálogo que busca encontrar una solución pacífica al conflicto de la comunidad Lafken Winkul Mapu, las mujeres detenidas y los hombres prófugos desde octubre de 2022. La mesa está conformada por funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos, con Horacio Pietragalla a la cabeza, del Ministerio de Ambiente, con Juan Cabandié a cargo, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, el Ministerio de Mujeres, organismos de Derechos Humanos y representantes de organizaciones indígenas, entre otros actores nacionales y provinciales. La propuesta de conciliación es que de las casi 30 hectáreas en la zona de Villa Mascardi recuperadas por la comunidad Lafken Winkul Mapu en noviembre de 2017 (que se llevó la vida de Rafael Nahuel a manos de una bala de un prefecto) sean cedidas 7 hectáreas en las que se encuentra el rewe (espacio sagrado signado por un símbolo tradicional y marcado por la machi) al Pueblo mapuche en su totalidad y que otras 10 hectáreas, ubicadas en la zona del Lago Guillelmo sean cedidas para que habite la comunidad Lafken Winkul Mapu. Entre uno y otro punto hay cerca de 5 kilómetros de distancia. Además, la propuesta incluye, según el artículo 34 del Código Procesal Penal Federal, firmar un acuerdo de conciliación entre quien inició la denuncia como damnificado, la Administración de Parques Nacionales (dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible) y la comunidad Lafken Winkul Mapu, victimaria en este proceso, por el cual el juicio quedaría suspendido y las mujeres recuperarían la libertad. Pero la reunión del 9 de mayo en la que las partes se iban a poner de acuerdo sobre la restitución de tierras y la libertad de las detenidas se suspendió sin motivo a pedido de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, según algunos rumores esta suspención tendría que ver con el inminente cambio de gobierno en la Provincia de Río Negro, cuyo gobernador electo no querría “quedar pegado” a una conciliación con la comunidad mapuche.
Una sola doctrina de seguridad
El relato del desalojo y la detención de las mujeres mapuche y sus niños es escalofriante y recuerda a los relatos de las peores vejaciones llevadas adelante por el terrorismo de Estado que conocemos gracias a los y las sobrevivientes. Las prácticas violentas desde el Estado contra los pueblos indígenas, con especial encarnizamiento contra el pueblo mapuche, no reconocen discontinuidades partidarias: la doctrina Bullrich que tiró a matar por la espalda a Rafael Nahuel y que propició el asesinato de Santiago Maldonado, brevemente interrumpida durante la gestión de Sabina Frederic en el Ministerio de Seguridad de la Nación, goza de renovada salud gracias al Comando Unificado que creó Aníbal Fernández especialmente para controlar lo que los medios de comunicación llaman “el conflicto mapuche” en el sur. El presidente Alberto Fernández se comprometió en diciembre de 2022 a trabajar para que las mujeres detenidas sean liberadas, pero no ha dicho ni una palabra en público al respecto y la prueba de la desidia es que las cuatro mujeres mapuche y sus hijes siguen detenidas en una casa sin calefacción, hacinadas, sin asistencia alimentaria ni sanitaria, perseguidas, vigiladas permanentemente.
La comunidad Lafken Winkul Mapu espera la resolución de la mesa de diálogo, reprogramada para principios de junio, y convoca a dos días de actividades: el 20 de mayo realizarán un trawun (encuentro) mapuche y al día siguiente un encuentro abierto a toda la comunidad para definir los pasos a seguir.
La familia mapuche amenazada
Una comunidad mapuche es una gran familia. Lo más parecido que tenemos en la cultura occidental a ese concepto es el de familia. Una familia donde no hay distintos roles según el género, una familia que hace parentesco con los elementos de la naturaleza. Donde los mayores son respetados por su pensamiento y sabiduría y los niños cuidados y admirados por su energía. Cuando el Estado ataca a una comunidad, lo que produce es la ruptura de lazos familiares y comunitarios, deja personas desmembradas, colapsadas, con los ojos tristes. Cómo no tener vergüenza de este Estado, cómo no querer ser argentina. Por más paradójico que parezca, aquellas comunidades que para algunos amenazan los valores de la sociedad tradicional son justamente los que la defienden. Como nos ocurre a las feministas y a las diversidades sexuales, perseguidas por una supuesta perversión del afecto, el amor y los lazos familiares, las comunidades mapuche atacadas con odio se fundan en vínculos de respeto y compromiso familiar. El problema no es su forma de vida, el problema es la tierra que reclaman, pero lo que destruyen negándoles la tierra y la libertad son familias enteras. El único sostén de las mujeres detenidas es la solidaridad de algunas organizaciones sociales (como el MTE, que se comprometió a mejorar la infraestructura de la ruca con mujeres electricistas y albañiles) y el vínculo entre ellas mismas. María Nahuel, madre, suegra y abuela de los habitantes de la ruca, sostiene el hogar, viaja a reunirse con funcionarios, se le llenan los ojos de llanto y sigue. Lo que las feministas llamamos cuidados y sostenibilidad de la vida.
Las espaldas de Rafael y su madre
Mientras las mujeres mapuche están detenidas por un delito excarcelable (nadie en todo el país atraviesa una prisión preventiva por tomar o recuperar un terreno), los cinco prefectos del grupo especial Albatros acusados por un delito contra la vida, el asesinato por la espalda de Rafael Nahuel, esperan el juicio en libertad. Fueron 114 disparos que produjeron un muerto y varios heridos y sembraron terror en niños que debieron correr entre las balas. La primera audiencia del juicio está pautada para el 31 de mayo, se llevará a cabo en la ciudad de General Roca, a 600 kilómetros de Bariloche. Apenas días antes del desalojo de octubre pasado, una marcha de vecinos que acompañó la precandidata presidencial por el PRO Patricia Bullrich mostró carteles que recuerdan ese nombre: “Volvé Roca, no terminaste tu trabajo”. La crueldad continúa, la madre y el padre de Rafael Nahuel deben trasladarse a una ciudad extraña para acompañar el proceso con el que el Estado les propone obtener justicia para su hijo. Es una vergüenza. Y es también un abuso de la fuerza de esas madres que sostienen la búsqueda de justicia y reparación para sus familias.
Por todo esto es que los feminismos apoyan la lucha de las comunidades mapuche y así producen una novedad histórica que augura una gran discusión: la posibilidad de pensar un feminismo que interviene en la definición de la nación y del Estado plurinacional. Mataron a un pibe por la espalda en Bariloche y también hay flores en la ladera de la primavera.
* Publicada originalmente en Latfem