Siete niños y jóvenes han perdido la vida víctimas de la represión desatada tras el golpe en Perú. Uno de ellos, David, de quince años, pertenecía al Movimiento nacional de niños, niñas y adolescentes trabajadores.
Por Camila Parodi *
Se cumplieron cuatro meses del golpe parlamentario contra Pedro Castillo en Perú y la violación a los Derechos Humanos parece ser la única política visible del régimen de Dina Boluarte. Incluso, su política de muerte la ubica dentro de uno de los rankings más vergonzosos de la región ya que, según el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), es la segunda gestión con mayor número de víctimas desde el 2000 hasta la actualidad. Un régimen con claras connotaciones racistas y patriarcales que ataca directamente contra las poblaciones campesinas e indígenas y que evidencia, también, un fuerte componente de violencia adultista.
Hoy, en Perú, los derechos de las niñeces y juventudes no sólo no son protegidos sino que son vulnerados. Además de la violación de derechos básicos como a la alimentación, al ambiente sano, la educación y la participación cívica, son siete los niños y adolescentes asesinados en contexto de represión desde diciembre. Entre las primeras víctimas del golpe, se encuentran tres escolares que participaban junto a sus comunidades de las protestas tras la destitución de Castillo. Entre ellos, David Atequipa de 15 años y Beckham Quispe de 17 años en la localidad de Andahuaylas del departamento de Apurímac y Bryan Apaza Humpiri de 15 años en Juliaca, Puno, fallecieron por el impacto de perdigones (balas de plomo) lanzados por efectivos de la Policía Nacional con el apoyo de tropas del Ejército.
David es la primera persona asesinada en contexto de represión, su muerte pone de manifiesto la crueldad del desgobierno de Boluarte. El adolescente estaba cursando el tercer año de secundaria e integraba el Movimiento Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores Organizados del Perú (MNNATSOP), él se desempeñaba como lustrador de zapatos y hacía servicio de moto-taxi para ayudar a su familia. El 11 de diciembre mientras trabajaba con la moto vio que una multitud se dirigía al aeropuerto de Andahuaylas y se incorporó a la manifestación. Allí el impacto de un proyectil le destrozó el pecho.
El MNNATSOP tiene una lucha histórica por la dignidad de los niños, niñas y adolescentes trabajadores tanto del campo como de la ciudad de Perú y promueven el protagonismo de las infancias.
Las infancias integran las comunidades y habitan los territorios, no son sujetos aislados del entramado social. Por eso, como explicó Loannys Padilla, educadora del MNNATSOP, “los niños y niñas se organizan porque son parte de una comunidad, de un país, de una cosmovisión”. En Perú, a su vez, existe una fuerte identificación con la cosmovisión andina que no distingue edades ni especies: “todos los seres vivos integran a la Madre Tierra y la defienden” agregó Padilla. Aunque sean invisibilizadas, tanto en las noticias como en las agendas, las infancias participan de los procesos sociales y defienden sus derechos y territorios al igual que las personas adultas.
El MNNATSOP tiene una lucha histórica por la dignidad de los niños, niñas y adolescentes trabajadores tanto del campo como de la ciudad de Perú y promueven el protagonismo de las infancias. Aquí el protagonismo de las infancias no es una mera consigna, las infancias que integran el movimiento participan en las decisiones y son quienes levantan la voz para denunciar la violación de sus derechos. Por ese motivo, esta entrevista fue realizada de manera colectiva con integrantes de la Base de Andahuaylas. Las niñas, niños y adolescentes trabajadores (Nats) se habían reunido previamente en asamblea para pensar las respuestas y practicarlas. Hablamos con cuatro delegadas provinciales con edades que rondan entre los 8 y los 13 años. Las compañeritas de David exigieron justicia y repudiaron el desgobierno de Dina Boluarte que no fue elegido por las mayorías. Las infancias de Perú no son el futuro, son el presente y tienen mucho para decir sobre el proceso actual que vive su país.
¿Qué es el MNNATSOP y cómo se organizan?
María, 9 años: Es nuestro movimiento nacional de niños, niñas y adolescentes trabajadores del Perú. Es una organización donde aprendemos y defendemos nuestros derechos. Aquí en la base de Andahuaylas, venimos a hacer nuestras tareas y es un lugar donde nos formamos y aprendemos mucho. Hablamos de los derechos, deberes y responsabilidades que tenemos. Aprendemos, también, a respetar a las personas y a respetarnos a nosotros mismos.
Juana, 8 años: Tenemos una biblioteca, impresoras e internet para poder hacer nuestras tareas y para poder investigar. A veces los viernes vemos películas educativas. Para organizarnos hacemos una asamblea y vamos a la radio a denunciar los problemas que pasamos como niños y adolescentes trabajadores. También denunciamos los problemas que están ocurriendo a causa de los maltratos que ha ocasionado el gobierno.
¿Por qué es importante que existan organizaciones de niños, niñas y jóvenes trabajadores como esta?
Belén, 13 años: Nosotros trabajamos, por ejemplo, yo trabajo vendiendo gelatinas y chocotejas. Ella trabaja ayudando a su mamá en el restaurante. También trabajamos en nuestras casas cuidando de nuestros hermanitos y ayudando con la limpieza. Para nosotros el trabajo es digno ya que con él aprendemos. Nosotros trabajamos sin que nadie nos obligue, en nuestras familias hay necesidad y apoyamos a nuestros padres. Nos gusta trabajar porque les ayudamos y así también aprendemos muchas cosas. Eso no quiere decir que no estudiemos, la mayoría de nosotros trabaja en las tardes junto a nuestros padres y por las mañanas estudiamos.
Para nosotros el trabajo es digno ya que con él aprendemos. Nosotros trabajamos sin que nadie nos obligue, en nuestras familias hay necesidad y apoyamos a nuestros padres. Eso no quiere decir que no estudiemos.
¿Cuál es la situación de las infancias en el marco de las masacres y la represión contra el pueblo de Andahuaylas?
María, 9 años: La situación en la provincia de Andahuaylas es muy compleja porque durante las protestas mis compañeros trabajadores estuvieron expuestos a todo tipo de violencias. Trabajaban en las calles y los expusieron al peligro de la policía. La represión fue muy fuerte, todos vivimos momentos de angustia y de mucha tristeza por parte del accionar de los policías y del gobierno que eran encabezados por la presidenta Dina Boluarte. No es justo, porque están atropellando nuestros derechos. El problema se debe a que en el gobierno de Perú agregó a otro presidente que el pueblo no había elegido y que no quería. Aunque Dina fuera la vicepresidenta no la eligieron a ella y así realizaron protestas para que salga.
Laura, 10 años: Yo quisiera decir que no se respetó el derecho al voto que tenían las personas adultas, hicieron presidenta a una persona que el pueblo no quería. Y entonces la situación empeoró cuando la policía empezó a disparar a las personas de frente y a disparar sin importarle nada, comenzó una masacre. Los demás niños que estaban saliendo del colegio, por ejemplo yendo a trabajar o a sus casas, no tuvieron la protección que ellos necesitan. En ese contexto, hubo niños y adolescentes que fueron disparados por la espalda, sin que nada les importara. Estamos desamparados en las protestas por ejemplo, es como que si no hubiera nadie para cuidarte, ni tu padre ni tu madre, es como si estuvieras sólo tú mismo y te están dando a matar.
¿Quién era David y por qué es importante contar su historia?
Juana, 9 años: David fue nuestro compañero trabajador, que apoyaba a su familia trabajando en la chacra los sábados y domingos, de lunes a viernes estudiaba con las mañanas y por las tardes trabajaba manejando moto-taxi en Andahuaylas. David y su familia son de una comunidad lejana en el distrito de Pampachiri, provincia de Andahuaylas. Nuestro compañero David pertenecía a nuestra base desde el año 2019 y nosotros los niños, niñas y adolescentes trabajadores exigimos justicia al Estado peruano porque fue asesinado injustamente por acompañar a sus compañeros trabajadores en la protesta de Huancabamba recibiendo un disparo en la espalda. Él no hacía nada malo, simplemente defendía su derecho a la protesta.
Vemos que el tratamiento de los medios de comunicación así como los discursos de funcionarios apuntan directamente contra la participación de las infancias en las protestas y su derecho a expresarse ¿Por qué creen que pasa esto?
Laura, 10 años: Durante la represión el gobierno y las noticias hablaban que los niños no podían estar en las protestas. Pero los niños y las niñas no desconocemos la situación que vive el país, nuestros padres también lo están pasando mal. Es un reclamo al gobierno ya que no está respetando el voto que ellos han dado, entonces lo que hicieron los medios de información fue decir que los niños estaban yendo a la protesta para acusar a nuestros padres y decir que no saben lo que hacen. Sin embargo los niños y los adolescentes sabemos cuáles son nuestros derechos y los estamos defendiendo. Entonces, cómo se vivieron estas circunstancias extremas contra nuestro pueblo salieron a protestar con sus familias.
Belén, 13 años: Los medios no informaron con la verdad, como el gobierno les está pagando cifras millonarias ellos no dijeron lo que estaba pasando en el pueblo ni en las regiones. Nosotros queremos justicia porque no están cumpliendo y el gobierno no nos está cuidando. El trato de los medios de comunicación no fue adecuado porque en ningún momento dieron apoyo a las comunidades, simplemente apoyaron a los grupos de poder porque ellos recibían dinero para estar en contra de los manifestantes.
Los niños y niñas trabajadores buscamos y luchamos por la justicia social donde todos seamos respetados. Con participación y protagonismo de todas las infancias otro mundo es posible.
¿Y porqué es importante que las infancias defiendan su derecho a la protesta?
Belén, 13 años: Porque somos ciudadanos y ciudadanas de nuestro país, luchamos para hacer conocer nuestros derechos. Tenemos una Convención que nos ampara y, supuestamente, el Estado peruano reconoce el interés superior de los niños y de las niñas que se encuentra en el artículo 32 de la Convención Internacional donde menciona la protección de los niños, niñas y adolescentes. Nosotros y nosotras levantamos la voz en las protestas para decir basta: No queremos más este tipo de atropellos, porque no queremos una sociedad injusta, los niños y niñas trabajadores buscamos y luchamos por la justicia social donde todos seamos respetados. Para que se reconozcan nuestros derechos y se elimine todo tipo de violencia. Con participación y protagonismo de todas las infancias otro mundo es posible.
Además de las violencias en las calles, la actual situación de Perú desató otro tipo de violencias y violaciones a los derechos de las infancias ¿Cuáles identifican desde el movimiento?
Loanys Padilla, acompañante: Muchas cosas se han modificado en este corto tiempo, como por ejemplo la información y los métodos anticonceptivos. Bueno, el ministro de Educación no quiere difundir información porque dice que es incentivar que las niñas y niños tengan relaciones sexuales desconociendo los números de abuso. Otro tema más es el hambre, el derecho a la alimentación, en este momento hay una crisis de hambre y no están dando respuestas. Además del derecho a un ambiente sano, nos preocupa bastante que no hay condiciones dignas para la vida de las generaciones futuras.
María, 9 años: La violencia es de todos los días, en los mercados donde están las señoras y las niñas vendiendo, sin motivo los policías se enojan y les botan sus cosas y eso las afecta en su trabajo. A veces creo que la policía no realiza bien su trabajo y se creen que son los dueños de todo, pero sin embargo, eso es mentira porque todos somos iguales. También cuando trabajamos no nos sentimos seguros si está la policía y pensamos que están en contra de nosotros. Ellos no nos defienden, no nos ven como personas. También, como infancia y adolescencia trabajadoras queremos que desaparezca la minería que también continúan destruyendo todo. Están contaminando la tierra y el agua, los cerros están desapareciendo. Cuando no tengamos qué tomar, se van a arrepentir de haber destruido las montañas.
* Publicación conjunta entre Marcha y El Salto