El pasado 16 de junio, se estrenó en los cines el ensayo documental “Apuntes desde el encierro”, un documental que se centra en los primeros meses del Aislamiento Social y Preventivo, y que nos invita a reflexionar en una realidad que parece va quedando atrás, pero que, la llevamos marcada en lo más profundo.
Por César Saravia. Fotos/Prensa del documental
¡Con qué deleite, con qué entusiasmo habla de los pájaros que divisa a través de la ventana de la cárcel, y en los que antes, en sus tiempos de ministro, no había reparado nunca!… ¡Claro que ahora, que está otra vez en libertad, ha vuelto, como antes, a no reparar en los pájaros!… Antón Chéjov
Con ésta frase de Antón Chéjov arranca el ensayo documental, dirigido por Franca González, que se estrenó el pasado 16 de junio en el teatro San Martín y el Cine Gamount.
El documental, premiado en el Festival Documental de Buenos Aires, aparece narrado en formato diario con una voz en off, profundizando en los detalles de los primeros meses de cuarentena hasta una primera etapa de reapertura. Si bien es un documental que se centra en la primera etapa de la pandemia, su foco no es la enfermedad, sino una mirada a lo que pasa adentro y afuera, a cómo los objetos cotidianos, lo que tenemos frente a la casa, para a tener relevancia, en cómo fuimos reencontrándonos con ese mundo interior, con eso que hoy parece que quedó atrás pero que modificó muchas de las formas en que nos relacionamos.
¿Es este un documental de memoria? Quizás podría pensarse así, un proceso social que todavía no terminamos de duelar pero que nuestra sociedad debe asumir, sobre todo, de forma autocrítica y alrededor de la salud mental. Sobre los detalles de la producción y el mensaje del documental, Marcha Noticas charló con Franca González.
¿Cómo fue el proceso para grabar en el contexto de encierro?
Cuando se declaró el confinamiento obligatorio en la mayor parte del planeta pensé en algo muy simple: guardar para nuestra memoria colectiva algunas postales urbanas que – suponía – en el futuro nos parecerían trucadas. Entonces convoqué a amigos reales y virtuales de diferentes partes de mundo para que me enviaran imágenes, sonidos, situaciones de sus propios encierros. En paralelo me planteé registrar mi propio encierro y buscar un relato que me permitiera unir esas experiencias que, de tan personales, se volvían universales. Unos meses después, nació la idea de transformar todo eso en una película.
¿Cuánta gente participó y en cuántos lugares, ¿cómo fue esa logística para recuperar el material?
Llegué a juntar unas 200 grabaciones de situaciones y atmósferas muy diversas que testimoniaban sobre esos tiempos casi apocalípticos. Es un material interesantísimo, que obviamente, no quedó todo en la película. Una vez que la película concluya su paso por salas y festivales, mi idea es dejarla libre en la web a través de un sitio interactivo que permita ver en un mapamundi todo ese material recibido, haciendo click en cada lugar o nombre distribuidos a lo largo y ancho del planeta. Hay imágenes de España, Canadá, México, USA, varias provincias argentinas, Chile, etc.
Me pasó viendo la peli que me recordó muchas de las sensaciones que tuve durante la cuarentena y me di cuenta de que algunas todavía están. Ahora que pareciera que ya pasó, aunque sobreviven cosas como el barbijo y que la enfermedad sigue ahí, ¿cómo creen que nos cambió esto? ¿Le sigue ganando el miedo al deseo?
Creo que hoy la película se nos presenta como un espejo distópico. Si bien tenemos la sensación de que esas atmósferas y vivencias ocurrieron hace muchísimo tiempo, al enfrentarnos a ellas, la emoción está a flor de piel. Como si no hubiera distancia entre ese momento y el actual. Nada ha sanado. Simplemente hicimos todo lo posible por alejarnos de las turbulencias a las que nos expuso el aislamiento y por retomar una vida que dista muchísimo de ser la que teníamos antes de la pandemia.
Creo que actualmente el miedo y el deseo compiten de igual a igual. Al menos en mi caso.
En el documental se habla de los olores, en línea con uno de los síntomas del covid, pero también muestra un cambio en los sonidos de la ciudad, ¿cómo sienten que modificó la percepción de esos sentidos durante y después de la cuarentena?
Creo que, en consonancia con la cita de Chéjov que abre la película, el encierro nos permitió exacerbar la mirada y el resto de nuestros sentidos. Prestarle atención a olores, sabores, colores, sonidos, luces, sombras y voces interiores a las que nunca nos habíamos enfrentado. Para algunos, eso puede producir terror. Para mí, fue alucinante. Hubo ciertos sonidos, como los de una mujer gritando en medio de la noche, que serán inolvidables para mí. Sólo fueron perceptibles gracias al silencio absoluto que reinaba en la oscuridad. Pero al mismo tiempo, era imposible saber de dónde provenían, como para pedir ayuda. Si bien no tiene que ver con la pregunta, el aumento de la violencia doméstica hacia mujeres y niños fue uno de las tantas consecuencias horribles de tener que convivir tanto tiempo bajo un mismo techo con les agresores. Ojalá no nos pase como al personaje de Chéjov, y podamos seguir reparando en el universo que nos rodea, por más chiquito e insignificante que parezca.
Funciones confirmadas:
En El Cultural San Martín, Sarmiento esquina Paraná, CABA:
Jueves 16 y sábado 18 de junio, a las 19hs
Viernes 24 y domingo 26 de junio, a las 19hs
En el Complejo Gaumont, Av. Rivadavia 1635, CABA:
Del jueves 16 al miércoles 23 de junio, a las 19.30hs
En Cine.AR Estrenos para todo el país:
Desde el 16 de junio