Por Carla Perelló. Los trabajadores de prensa escrita y radial exigen la apertura de las negociaciones para pedir mejoras salariales, pero también para frenar el avance sobre los derechos laborales y la libertad sindical ante el crecimiento de la organización gremial.
Hace casi un mes delegadas y delegados autoconvocados de prensa escrita y radial esperan que el Ministerio de Trabajo convoque a la paritaria de prensa. “Ante la alarmante demora del inicio de las negociaciones y ante la indiferencia de la conducción de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba)”, escribieron en el comunicado entregado a la cartera, al frente de Carlos Tomada. El panorama a afrontar plantea un escenario donde se trascenderán las fronteras de la discusión por el salario. Por un lado, despidos, persecución gremial y precarización laboral como respuesta de las empresas hacia los trabajadores cuya organización va en ascenso. El intento de una conducción enquistada desde hace décadas brega por mantenerse al frente del sindicato, por otro, conforma el combo de intereses a dirimir en los próximos meses.
El pliego y la Utpba
Las negociaciones debieron comenzar el 1º de febrero, sin embargo, la conducción de la Utpba efectivizó el pedido de apertura de la negociación el 3 de abril, en medio de despidos y movilizaciones de los y las trabajadoras de prensa a la sede del Ministerio, en Callao al 100. Así, la situación se planteó desde el inicio bastante diferente a la del 2012 y 2013: “El sindicato tiene una conducción transitoria no elegida por el voto, que decidió cambiar el método porque pretende ir con una comisión elegida a dedo, no con delegados de base”, estimó ante Marcha Mariano Suárez, delegado de Telam. Factores que se suman al contexto económico nacional de ajuste.
Aún así, desde el Plenario Autoconvocado de Delegados decidieron el pliego en el que exigirán a las patronales: 40 por ciento de aumento, aumento de 4 mil pesos para todas las categorías, extensión de la guardería de 2 a 4 años, 2 por ciento por antigüedad y plus por título (5 por ciento, secundario y 10, universitario). Al igual que el año pasado, el reclamo incluye al sector más precarizado del gremio: los colaboradores – o “freelance”– para quienes solicitan 1500 pesos por nota y para quienes son permanentes antigüedad y pago de vacaciones.
El “problema”, indicó Suárez, es que el hecho de hacer a un lado a los delegados implicará “falta de representatividad. Una cuestión que no le conviene a trabajadores ni a empresarios porque significa que cerrar la paritaria puede no ser garantía para clausurar los conflictos”.
Los integrantes de la Celeste y Blanca (C&B), conducción actual de la Utpba, cuentan con suficientes razones como para querer excluirlos de la mesa paritaria. La mayoría de los delegados conforman la oposición que, desde el 3 de septiembre pasado frustró las elecciones en el sindicato desde El frente de unidad para luchar-Lista Multicolor, integrado en la actualidad por el Colectivo de Trabajadores de Prensa, el Movimiento Sindical de Prensa, La Gremial y la Violeta de Prensa. En el último intento por realizar el sufragio, en marzo pasado, los integrantes de la Multicolor, impugnaron a más de la mitad del padrón y la Justicia decidió una nueva suspensión por el término de 90 días hasta que el Ministerio defina la situación.
Fue desde las bases que poco a poco los trabajadores de prensa comenzaron a tener mayor representatividad gremial. El 2012 es muestra de ello: por primera vez en 37 años delegados de diarios porteños reclamaron mejoras ante los patrones. El año pasado, sumaron agencias de noticias, revistas y punto.com. Y la convocatoria llevó a que el 7 de junio pasado miles de periodistas marcharan por el centro porteño y se manifestaran en la puerta de la Asociación de Editores de Diarios de Buenos Aires (Aedba), que nuclea a las empresas de medios más importantes del país: Clarín, La Nación, Página/12 y Perfil, entre otros.
Este año, la intención “es lograr que se cumpla en su totalidad el convenio colectivo de trabajo 301/75 que incluye a los medios de la prensa oral”, manifestó Patricio Klimezuk, delegado paritario de Telam. Según él –que además es candidato a secretario adjunto por la Multicolor–, el contexto acompaña para que al final de cuentas la oposición consiga un saldo positivo y sostiene que “por la correlación de fuerzas que tienen los delegados de base, la conducción (de la Utpba) tiene que mantener el criterio de llamarlos a la mesa de negociación”.
En tanto, planteó que otro de los logros a obtener este año es la de la escala unificada para los medios de prensa escrita, lo que para quienes trabajan en revistas eso sólo significaría un aumento salarial del 25 por ciento.
Despidos, persecución gremial y precarización laboral
“Pedimos la rápida apertura de las paritarias porque consideramos que la empresa no va a poder, en ese contexto, avanzar contra los trabajadores como lo hace ahora”, exclama Marcelo Rodríguez, periodista despedido y recientemente reincorporado por resolución Judicial a la Editorial Perfil. Desde la asamblea de la empresa de Jorge Fontevecchia denuncian que se trata de un “plan sistemático de ajuste”. Los hermanos Alejandro y Raúl Olmos, del Grupo Crónica, van por el mismo camino. Los y las trabajadoras de prensa de los diarios Crónica y BAE Negocios se encontraron con que un corte de luz los convocó a asistir a una nueva redacción. El inconveninte: ambas comisiones internas e integrantes activos de las asambleas quedaron en los viejos lugares de trabajo, relegados, y con escasas tareas.
La lectura de Klimezuk es que “las patronales de medios se anoticiaron del proceso de organización…El mayor logro de la paritaria del año pasado no fue la pelea por el salario, sino que fue la movilización que permitió ver en la calle la participación de los y las trabajadoras, un fenómeno que no se veía desde la vuelta a la democracia”.
Asamblea permantente en Perfil
Lorena Tapia Garzón es una de las despedidas de Perfil, lleva en su pecho una foto de los ojos del reportero gráfico asesinado José Luis Cabezas: “No a la persecución gremial en Perfil. Reincorporación de todos los despedidos”. “Fontevecchia es el precursor en este tipo de maniobras, es el que marca el camino”, dice mientras reparte una carta a los lectores del diario donde explica la situación que viven allí dentro trabajadores y trabajadoras.
El derrotero para ella y otros doce trabajadores –Rodríguez entre ellos– comenzó el 7 de enero. Tras medida de fuerza en la planta de impresión en Barracas, la empresa los recibió con telegramas de despido. Movilizaciones, pitadas en la puerta del edificio, la instalación de la carpa durante casi un mes, logró la reincorporación de seis trabajadores, pero a diferencia de lo que dictaminó la Justicia sólo uno tiene tareas.
“Siempre tienen alguna razón para despedir. Sino te obligan a que te vayas ofreciéndote el retiro voluntario o mandándote al fondo editorial”, explica Rodríguez. De hecho, ayer una trabajadora se encontró con que no pudo ingresar al edificio. Al cabo de unos cuantos días de hostigamiento Perfil decidió deshacerse de ella: “Contó llorando que desde que quedó embarazada por segunda vez empezaron a darle tareas que nadie quería hacer y que no la trataban bien”, relató el periodista. La mujer, madre de dos hijos de 2 y 5 años, se había negado a que le cambiaran los días de trabajo, ya que por contrato asistía de lunes a viernes y no los sábados. Ante esta situación los trabajadores se encuentran en asamblea permantente hasta el viernes, día en que la empresa debería pagarle la indemnización correspondiente.
Convergencia de Crónica y Bae
La lenta reacción por parte del sindicato al mando de Lidia Fagale ante la alerta encendida hace unas semanas en Crónica pareciera abonar a la efectivización del avance sobre los derechos de periodistas. “El único antecedente de algo similar es lo que sucedió en el 2000 con Clarín, cuando AGEA despidió a toda la Comisión Interna”, retrata Emiliano Gullo, uno de los delegados de Crónica. Y sostiene que se trata de “despidos encubiertos”. La muestra de que esa es la intención de la empresa surgió esta semana cuando intentaron incentivar la elección de una nueva comisión interna para poder tener representación en la paritaria. Hay unos cien trabajadores afectados en total.
El conflicto se agrava aún más cuando dos activistas de otros medios gráficos fueron golpeados y corridos por “patovas” cuando pegatinaban afiches denunciando el conflicto laboral. Por eso, el 16 de abril en la audiencia conciliatoria los Olmos deberán dar cuenta de cuáles son las funciones específicas del personal de seguridad y deberá presentar una lista de las personas que trabajarán en las respectivas “viejas” redacciones. “Nosotros sabemos que no van a mantener dos empresas. La lista que presenten es para que den cuenta que no van a quebrarla y dejarnos en la calle”, explicó Gullo.
La convergencia entre ambos medios implicará indefectiblemente “flexibilidad laboral, ajuste y superposición de tareas”, sostiene David Núdelman, delegado de BAE. Pero esa no es la única consecuencia. Núdelman insiste en que la violación del Estatuto del Periodista será peor: “Va a ser el inicio de la tercerización en los medios de comunicación, se va a trabajar para un grupo económico y no para un producto”.