Por Héctor Giuliano. Segunda parte del análisis de las medidas económicas en la última etapa de la década kirchnerista. Las garantías de un gobierno que mantuvo la lógica de la deuda eterna.
Como resumen de lo presentado en la primera parte, puede tenerse un panorama preliminar o cuadro básico de situación del gobierno K hoy.
La finalidad expresa de todas estas negociaciones secretas en curso es lograr el objetivo frustrado del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 a través de los pasos de la Hoja de Ruta Boudou: 1. Liquidación del problema de los juicios con holdouts y otros reclamos planteados al país (caso CIADI y Repsol), 2. Arreglo de la Deuda Externa con los países del Club de París, y 3. Habiendo cumplido los dos requisitos anteriores, volver al Mercado Internacional de Capitales para colocar más Deuda.
Esto quiere decir re-estructuración de las deudas existentes y toma de más deuda por vía de la colocación de nuevos bonos para financiar deudas por sentencias en contra y para conseguir nuevas líneas de crédito externas.
Dicho en buen romance: que todo el sacrificio financiero fiscal que significó el traspaso de obligaciones con terceros a Deuda intra-Estado (desfinanciamiento de la ANSES, descapitalización del BCRA, desvío de créditos del BNA y puesta de todas las circunstanciales disponibilidades de fondos de los organismos públicos al servicio del pago de la Deuda) era así, en definitiva, para volver a endeudarse.
Consecuencias financieras y políticas
Teóricamente, cualquier traspié en las negociaciones secretas en curso puede determinar una situación de default pero -como ya lo dijimos- ello parece poco probable: a) el gobierno Kirchner ha estado batiendo récords de pago de la deuda externa (a costa de empapelar a los organismos del Estado con deuda intra-sector público que es impagable), b) todas las variantes que se están discutiendo con los acreedores se refieren a las alternativas posibles de cumplimiento de las obligaciones y ninguna a su desconocimiento, c) la cuestión de la interpretación de la cláusula pari passu sólo toca al reparto o prorrata de los pagos y/o costos financieros de las partes dentro de márgenes de negociación ajustables, d) el gobierno Kirchner protesta por la aparente desatención de su vocación pagadora por parte de los acreedores y los jueces; y solicita seguir pagando, e) la participación de todo el submundo financiero -local e internacional- que opera en estos casos es notoria (funcionarios sin facultades claras de negociación, ex funcionarios que hoy actúan como operadores y/o asesores, bancos, brókeres, consultoras, organismos internacionales y obviamente también los gobiernos de los países de origen de los acreedores involucrados), y f) el paso de un ajuste encubierto a un ajuste declarado y de tipo ortodoxo por parte de la administración Kirchner está en curso de ejecución.
Este último punto, está centrado hoy en una batería de medidas que se vienen ensayando desde el cambio de gabinete de noviembre pasado y que motivan luego el salto aceleratorio a las medidas duras de Enero pasado: 1. Macro-devaluación del orden de un 20 por ciento, llevando el dólar oficial a 8,2. Aumento sustancial de las tasas de interés, piloteado por la colocación de Lebac/Nobac del Banco Central (BCRA) -que fijan el piso de las tasas del mercado- al nivel del 30por ciento anual, 3. Aumento de los Precios y Tarifas de Servicios Públicos derivado de la baja de los Subsidios del Estado, 4. Aumento adicional de la Presión Tributaria de Nación, Provincias y Municipios potenciado por el aumento de la Inflación, 5. Blanqueo relativo de la manipulación de indicadores oficiales – fundamentalmente nuevo IPC NU del INDEC – para cumplir con los requerimientos del FMI y valorizar los Bonos en pesos ajustados por CER, 6. Proyecciones artificialmente altas de la tasa de crecimiento económico para garantizar el pago de cupones PBI, 7. Aflojamiento relativo del cepo cambiario, 8. Aumento de los costos financieros del BCRA por colocación de Letras/Notas (del ítem 2) para compensarles a los grandes bancos sus ventas de tenencias dolarizadas; y finalmente -sobre todo- 8. Política formal de rezago de los aumentos salariales en relación a la inflación, de modo que -unida a la gran devaluación producida- se pueda lograr una baja en los ingresos reales del pueblo argentino.
Todo ello, puesto en función de garantizar el pago de la mayor cantidad de servicios de la actual y futura deuda pública, que es la clave de todo porque lo que se está negociando es no sólo la regularización de la deuda existente sino además la asunción de deuda nueva.
El objetivo fáctico de una “tablita cambiaria” post-devaluación, que sirva para estabilizar la relación entre inflación de precios y tipo de cambio (con un dólar oficial que vuelve a presentar signos de nuevo atraso), está relacionado directamente con el aumento de las tasas de interés, que facilitaría el ingreso de capitales especulativos que aprovechen el diferencial de tasas nacionales e internacionales -con tipo de cambio estable- para tratar de aumentar el stock de reservas internacionales merced a facilitarles una mayor rentabilidad financiera a dichos capitales.
Con todos estos elementos a favor de los actores del sistema de la deuda pública perpetua, con todos los antecedentes, pasados y presentes de una administración que se declara “pagadora serial” a favor de los acreedores y a costa de las finanzas del Estado argentino, es muy difícil que alguien de afuera quiera “matar esta gallina de los huevos de oro” que se allana a sus intereses.
Como agravante, esta postura de base del gobierno kirchnerista está apoyada por la partidocracia con representación parlamentaria, además de los grandes medios de comunicación, oficialistas y pseudo-opositores, que sobre este problema son cómplices del sistema.
Es un capítulo clave dentro de la servidumbre financiera institucional no sólo del gobierno kirchnerista sino también de toda una clase política cuyos pre-candidatos presidenciales rinden examen por anticipado ante la Sociedad de las Américas (AS) y del Consejo de las Américas (CoA) para garantizar al capitalismo financiero internacional la continuidad del sistema de deuda perpetua en la Argentina.