Los argentinos y argentinas no venimos de los barcos… Pero quienes así lo creen, no dejan de hostigar a la “gente de la tierra”, que es lo que significa “mapuche” en mapuzungun. La represión no es solo una respuesta violenta frente a las acciones de las comunidades, que regresan a sus territorios y los recuperan. La represión tiene un objetivo altamente aleccionador: enseñarnos a golpes, que la propiedad privada vale más que la vida. Esto quedó claro en las audiencias en las que jueces racistas, blancos, sabelotodo, impusieron sobre la comunidad de Quemquemtreu una orden de desalojo, del espacio recuperado el 18 de septiembre del 2021, en Cuesta del Ternero. Un territorio recuperado por la comunidad, que además está ensangrentado por el crimen de Elías Garay, joven mapuche asesinado por socios de Rolando Rocco, un empresario mafioso de la región, acostumbrado a tener mano de obra esclava, que utiliza para la siembra de pinos, que forma parte del negocio de las papeleras que abastecen a Clarín.
Las mujeres mapuche, en este contexto de persecución, sostienen a las comunidades en los procesos de resistencia, de recuperación de territorios. Aportan memoria, coraje, dignidad.
En estas notas traemos las voces de tres mujeres mapuche, Romina Jones, judicializada por la justicia racista, Nadia Silvera Nuñez, compañera de Elías, y Soraya Maicoño, una de las voceras de la comunidad.
Entrevista con Soraya Maicoño, vocera de la Lof Quemquemtrew
En esta última entrega charlamos con Soraya Maicoño, vocera de la Lof Quemquemtrew, sobre lo que significa para el pueblo Mapuche la recuperación del territorio, sobre el proceso de resistencia que lleva a cabo la comunidad, el diálogo con los movimientos populares, y lo que significa para ella ser mujer mapuche.
Por Claudia Korol/Foto: Télam
¿Qué significa para el pueblo mapuche en su cosmovisión, regresar al territorio?
No es una decisión fácil, pero es algo a lo que se está volviendo, de una manera cada vez más urgente y necesaria. Hay muchos espacios que son claramente territorio mapuche, que tienen una historia, que tienen convivencia, que han sido zona de paso, que han sido veranada, que han sido invernada, y que en este momento también están siendo castigadas a través de un montón de circunstancias. Entonces hay una gran responsabilidad por parte del pueblo mapuche, de empezar a atender esos espacios territoriales que se encuentran en un estado crítico, porque hay mucha especulación empresarial. Hay que asumir la responsabilidad de que si no se ponen a resguardo esos territorios, vamos a sufrir consecuencias gravísimas como la falta de agua, e tierras aptas y suficientes para la vida, no solo del hombre, de la mujer, de los niños y niñas, sino también de los animales, de las plantas, las lawen (plantas que curan), de los elihuen (los árboles), el bosque, los minerales, de todo lo que compone la naturaleza, arriba, abajo, alrededor, sobre. Necesitamos todos esos elementos para ser, para estar en equilibrio, en cierta armonía, y para poder proyectarnos, no solo como mapuche, sino como gente, como personas, en espacios que todavía puedan tener agua abundante, limpia, pura, que pueda servir la tierra para ser sembrada, espacios amplios para hacer ceremonia. Todo eso implica también el buen vivir, el kumefelen.
Es muy importante desde nuestra cosmovisión, tomar esa valiente decisión de regresar a los territorios. No es sencillo, sobre todo si la persona vivió siempre en la ciudad, porque toca reaprender un montón de cuestiones que quizás ni siquiera fueron enseñadas cuando éramos chicos, chicas, cuando éramos pichikeches. También tenemos que quitarnos ciertos conceptos que están muy instalados, sobre todo a partir de los gobiernos, en donde plantean que si nunca viviste ahí, ahora estarías usurpando tierras, cuando en realidad, el hecho de que mucha gente mapuche viva en la ciudad, en las periferias, en un estado de pobreza -el 90% de la población empobrecida es mapuche-, tiene que ver con que en algún momento sus abuelos o bisabuelos fueron despojados del territorio.
¿Cuál es la respuesta a la justicia racista?
La respuesta a la justicia racista es la que vienen dando todas aquellas resistencias territoriales. La respuesta más clara es la resistencia en el territorio. Nosotros tememos, o quizás yo temo -aunque sé que no está bueno tener miedo-, pero sé que nuestros lagmien están dispuestos a dar la vida por el territorio, porque allí es donde hacen su ceremonia cotidianamente, donde están levantando su ruka, donde están proyectando una convivencia no solo familiar, sino también espiritual. Entonces la respuesta a esta justicia racista es la resistencia, es el quedarse y resistir a costa de lo que sea. Evidentemente al poder político no le interesa correr con ese costo sobre la vida de las personas, porque también está muy instalado que el pueblo mapuche ni siquiera somos personas. No tenemos ese trato digno por parte de los medios hegemónicos, del poder político y del poder judicial, pero tenemos mucha dignidad, y esa dignidad la hacen valer nuestros pu lagmien.
Hace meses que en el Lof Quemquemtrew vienen resistiendo. Hubo días muy difíciles. Los primeros días fueron muy difíciles, sin abrigo, sin comida, resguardándose arriba, en el monte. Pero no en el monte frondoso. Arriba en la piedra. Para evitar ser atrapados, ser baleados, y ser encarcelados. Y bueno, tienen esa capacidad, porque están convencidos, y porque hay una fuerza espiritual que los sostiene. Eso también lo demuestra que el día que mataron a Elías, y que balearon a nuestro lagmien Gonzalo, nadie salió corriendo del territorio. Todo lo contrario. Incluso algunos lagmien llegaron a subirse a un vehículo, pasar por encima del retén del COER, y aún corriendo riesgos de que el COER saliera atrás a los tiros, con balas, en vez de huir eligieron entrar y acompañar. Eso realmente habla de la valentía de nuestros pu lagmien. Lejos de salir corriendo o salir a culpar por lo que pasó, cuál fue el error si lo hubo, fue todo lo contrario. Fue ingresar al territorio a acompañar a los pu lagmien que estaban atravesando esas horas tan dramáticas y tan dolorosas.
¿Qué pedido hacen a los movimientos populares?
Tanto en Chubut como en Río Negro, se está acrecentando cada vez más el número de personas y de conciencias sobre la necesidad de asumir la responsabilidad de cuidar la tierra, el territorio, el agua, el bosque, las raíces.
Las raíces de los bosques nativos son las que sostienen la tierra firme. Una se da cuenta cuando llueve, si está parado en un bosque de pino o en un bosque nativo. Si es un bosque de pino la tierra se lava, y lo único que hace es deslave, al agua no lo absorbe la tierra, y se forman lagunas que finalmente terminan pudriendo el lugar donde se estancó el agua. En el bosque nativo las raíces chupan esa agua, la absorben, le dan alimento a la tierra, y la mantienen firme. El bosque de pino, ese deslave, produce que la tierra se desmorone, que esté ácida. Así como la acidez en la sangre, en nuestro cuerpo, nos puede dar cáncer, lo mismo le produce la acidez del pino a la tierra, la envenena.
Hay muchos movimientos populares que se llaman ambientalistas, ecologistas, contra el saqueo, de todas las formas posibles, que tienen un objetivo que es denunciar los avances mineros, petroleros, hidroeléctricos, en estos territorios. Esto se demostró en Chubut con esa hermosa revuelta, que lamentablemente tiene que caer la gente en situaciones de extrema violencia para demostrar su digna rabia, porque no es escuchada. Después es terrible como los políticos y los medios hegemónicos subestiman la inteligencia de los pueblos, y los ponen en un lugar de vándalos. ¡Qué casualidad! ¿No? Que toda una provincia se ponga de acuerdo en ser violenta, cuando viene hace 17 años diciendo NO a la Megaminería, SI al agua, SI a la vida, y esa actitud pacífica, de marcha constante, sostenida, no fue tenida en cuenta, y finalmente la Legislatura terminó avalando la Zonificación Minera. Cuando eso sucede la gente se cansa y demuestra su digna rabia. Ante esos hechos no le quedó otra al Gobernador que volver para atrás esa Ley. Tuvo que hacer una sesión extraordinaria de la Legislatura, y vetar, derogar esa Ley de Zonificación Minera. Eso es lo que está pasando con los movimientos populares. Es muy interesante porque hay un trabajo en común, donde las comunidades en los territorios son quienes hacen la resistencia y ponen el cuerpo, y son quienes constantemente están viendo qué movimientos nuevos hay, qué camionetas, qué vehículos, entran a los territorios, con qué intenciones, si están ligados a la mega minería, y los vecinos, las vecinas, en los pueblos, están visibilizando esa lucha.
Se está haciendo un trabajo bastante integrado, bastante interesante. Queda todavía mucho por hacer. Una de las cosas que nosotros siempre pedimos, es que más allá que estemos todos en la misma vereda, hay mucho trabajo que hacer todavía sobre el racismo, pero confiamos que empecemos a asumir que hay personas que tienen una forma de vida y que se respeta, y que habemos morochos y morochas mapuche que tenemos otra forma de vida, que somos pre-existentes al Estado, y que tenemos una conexión distinta, real, antigua, ancestral con el territorio. Si nos permiten sostener esas prácticas, vamos a poder darle la fuerza que necesita la tierra. A la tierra se le pide, se le pide, se le pide, pero nunca se le da. Hay que saber devolverle. Eso es algo que el blanco no hace. Toma, toma, toma para sí, pero no hay una reciprocidad. Nosotros en nuestras prácticas espirituales lo que principalmente hacemos es la reciprocidad. Es la posibilidad de devolverle a la tierra todo aquello que nos brinda, en todos los sentidos, no solamente lo que está ligado al alimento. Es importante que los movimientos populares también puedan tener una apertura, y entender que no nos sentimos especiales, pero sí somos diferentes, y que si confiaran en nuestra forma de conexión, y nos dejaran hacer, la tierra va a enriquecerse, va a nutrirse, no solo para nosotros, sino para todos y todas los que convivimos en esta zona.
¿Qué se plantea ante el proceso judicial, desde la Lof Quemquemtreu?
La Lof Quemquemtreu desde el principio estuvo abierto al diálogo, y desde un principio evidenció que Rolando Rocco no tiene realmente ningún papel que determine que él es el propietario de esas hectáreas. Hay una historia, hay vecinos mapuche jóvenes y no tan jóvenes, que cuentan sobre ese territorio que ha servido de paso para llegar de una comunidad a otra. A partir más o menos de hace 30 años, el gobierno de Río Negro empezó creando una empresa entre privada y estatal que se llama EMFORSA (Empresa Forestal Rionegrina SA), y a través de esa empresa empezó a otorgar espacios territoriales, mal llamados fiscales, con la intención de desmontar el bosque nativo, para dedicarlo al monocultivo de pino.
En estos años se vienen sufriendo situaciones de incendios gravísimos en la Cuesta del Ternero. Lo que produce que se extienda el fuego, es el pino. El pino está generando un daño gravísimo a la tierra y al agua. Por todas esas circunstancias la Lof Quemquemtreu decide recuperar esa zona territorial. Porque allí hace más de cuarenta años que no vive nadie, porque allí lo único que se hace es enriquecer a una persona a costa del territorio mapuche, porque esa persona lo único que ha invertido son 12.000 pesos por 2.500 hectáreas. Hoy por hoy no comprás absolutamente nada por ese dinero, ni medio metro de tierra. Porque está en una zona territorial que comunica con otras comunidades, porque tiene un montón de fundamentos que atañen a lo espiritual, a la cosmovisión, a la necesidad de empezar a levantar trabajo mapuche.
Cuando digo trabajo mapuche, me refiero a ceremonias. Esa zona es reconocida como mapuche ancestralmente, incluso hay piedras pintadas en la entrada de la comunidad. Hay pintura rupestre. Eso habla de alguna antecedencia importante con respecto a lo que fue el pueblo de El Bolsón, a la provincia de Río Negro, a la República Argentina. Se hace muy necesario tener un espacio territorial en donde hacer trabajo mapuche antiguo, que restablezca la armonía, la conexión con la naturaleza. Nosotros sabemos por nuestro feientun, por nuestra creencia espiritual, que eso da la posibilidad de que se despierte nuestro kimün, nuestro conocimiento, que volvamos a reconectar con la tierra, que se pueda volver a tener la posibilidad de hacer llover en las ceremonias, restablecer el equilibrio para que vuelva a salir de una manera natural la planta que cura, el lawen, que vuelva a reaparecer el alihuen, el bosque nativo, que vuelva a tener un caudal importante el río Quemquemtreu. Todo eso es lo que pretende el Lof Quemquemtreu al momento de haber recuperado su territorio, y eso es lo que exige de alguna manera. No solo le exige al Estado. Se exige a sí mismo también. Se recuperó ese territorio por esa gran responsabilidad de retornar a una práctica ancestral que en ese lugar, en esa zona de la Cuesta del Ternero, de este paraje mapuche se ha perdido. Y se ha perdido porque el estado rionegrino hace casi cuarenta años, estratégicamente, viene despojando y entregando territorios y sumiendo a la gente en un miedo por los movimientos mafiosos con los que se maneja. Allí ya han matado a la abuela Lucinda Quintupuray, para sacarle la tierra. Luego su hijo también apareció muerto. No hace tanto desalojaron a una familia. Es la misma familia que Rocco, en sus propuestas “superadoras”, pretende que el Lof Quemquemtreu se traslade a ese lugar donde ya fue desalojada una comunidad mapuche, y que después él mal vendió a otra persona. También tiene que ver con que tendrían que terminar esos negociados, esa mafia con la que se manejan impunemente en esta zona. Entonces se exige a sí mismo la responsabilidad de poner a resguardo este territorio, y le exige al Estado que cese con estas ventas fraudulentas. Que cese de presionar y de generar opresión a todos los habitantes de este paraje. Se está defendiendo también el agua del río Quemquemtreu.
Quemquemtreu es una palabra en mapuzungun. ¡Vaya si es antigua esta zona! El río nace en Cuesta del Ternero y desemboca en Lago Puelo, que tiene un recorrido por toda la Comarca Andina, y que de secarse, también afectaría a la población de la zona de Los Repollos, una parte de Mallín Ahogado, del barrio Luján, del barrio Usina, del pueblo de El Bolsón, de toda la zona de la Loma del Medio, del paraje Entre Ríos, que ahí justamente se une con otro río en Lago Puelo. Tiene un recorrido importante y muy valioso, que se pone a resguardo. No es solamente la tierra. La Lof Quemquemtrew exige que se respete ese recorrido, que se respete el caudal, que se deje de entregar la tierra a personajes mafiosos como Rolando Rocco, que se lo conoce y mucho en la Cuesta del Ternero como una persona que contrata personas para trabajar y las convierte en mano de obra esclava. Hay un montón de circunstancias, porque esta persona ya hace años viene haciendo uso y abuso de esta zona territorial. Ya se lo conoce y bastante. Lamentablemente se maneja así de la manera que se manejó, mandando sicarios al territorio, quedándose con la vida de nuestro lagmien, Elías Garay iem, e hiriendo de gravedad a nuestro lagmien Gonzalo Cabrera. Por lo mismo mucha gente no se atreve a denunciar quién es, a contar qué cosas ha padecido trabajando para él, pero cuando te ponés a conversar entre vecinos y vecinas, te das cuenta de que es una persona nefasta, y que eso está demostrándose a nivel provincial y nacional. Pero todos los nefastos tienen el apoyo del poder político, mediático, y jurídico.
¿Qué significa para vos ser mujer mapuche?
Ser mujer mapuche hoy implica acompañar a otra lagmien en este dolor, que en este caso Nadia está atravesando. Todas en el lof Quemquemtew, en el Puelmapu, en las lagmien que están acompañando este proceso, vivimos con mucho dolor un nuevo asesinato. Todas estamos muy pendientes de nuestra lagmien Nadia, porque eran una pareja de dos personas jóvenes, que estaban en un camino que habían elegido caminar juntos para aprender y para fortalecer su identidad. En ese andar asesinaron a su compañero, así que en este momento para mí ser mujer mapuche va cambiando dependiendo de los acontecimientos. En este momento es buscar la empatía y el apoyo amoroso, moral, espiritual, a nuestra lagmien y a las pu lagmien que están dentro del territorio, y a las pichi zomo, a las pu lagmien que vienen con roles espirituales muy importantes. Evidentemente cuando se recupera, ya el Estado no se anda con chiquitas. Cree que mandando a matar nos van a aleccionar, y lejos de acobardarnos, nos fortalece, aunque por supuesto llevamos con nosotros esa tristeza, y vamos a llevarla por siempre.
Es muy duro lo que pasó. Es muy triste. Estamos convencidas que ahora hay un motivo más concreto para seguir acompañando este proceso de recuperación, porque ahí se derramó la sangre de nuestro lagmien Elías, la sangre de nuestro lagmien Gonzalo, que por suerte él sobrevivió, pero entonces ahora con más razón, a ese territorio hay que resguardarlo. No solamente por todo lo que ya mencioné. Hoy por hoy ser mujer mapuche implica acompañarnos entre las pu zomo, y mantenernos firmes, aún en la tristeza, aun en semejante circunstancia tan dramática, porque en este momento nuestras papay, nuestras abuelas ancianas, necesitan de nuestra firmeza, de nuestra claridad, y nuestra lagmien Nadia necesita de nuestro acompañamiento. Eso es hoy. Quizás hace unos años eran otras cosas, y quizás dentro de unos años menciones otras, pero eso es hoy, porque es hoy lo que estoy viviendo.