Se realizó el último debate presidencial rumbo a las elecciones en el Chile plurinacional. Mientras avanza el proceso constitucional, el próximo domingo se definirá si el gobierno acompañará las reformas que impulsa la voluntad popular tras la revuelta y el Apruebo.
Por Redacción Marcha
El debate fue organizado por la Asociación Nacional de Televisión (Anatel) y fue el último antes de las elecciones del próximo domingo 19 que definirán la presidencia del país y si habrá nueva Constitución. Durante más de dos horas los candidatos debatieron en torno a temas como gobernabilidad, cultura, impuestos, pensiones, seguridad, narcotráfico, derechos de las mujeres y comunidad LGTBIQ+ y la gestión de la pandemia.
Te dejamos un resumen de los puntos más importantes por si te lo perdiste…
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Durante el debate, Boric confirmó que se reunió con la ex presidenta Michelle Bachelet y con el ex presidente Ricargo Lagos y sus intervenciones estuvieron centradas en dos mensajes: demostrar que será un presidente que generará acuerdos con diferentes -y hasta opositores- sectores políticos y que brindará estabilidad para amplios sectores sociales.
Buena parte de la energía de Gabriel Boric se enfocó en señalar y desarticular la estrategia de desinformación que el candidato pinochetista replica como guión del elenco estable de la ultraderecha en la región y el mundo. “Cancelación ideológica” y llamar “dictadura” a todo lo que implique avances en materia de derechos forma parte de sus ataques. “José Antonio, ya tenemos la dictadura gay, la dictadura sanitaria, refiriéndose a Daniel Matamala hablaba de la dictadura mediática progresista. Entonces, ¿en cuáles dictaduras crees y cuáles no?”, interpeló directamente a Kast quien apoya públicamente al dictador Augusto Pinochet.
Los momentos más tensos se dieron en torno a temas como el narcotráfico, la gestión del orden público y el control de Carabineros, el sistema de pensiones y la utilización de problemáticas de las mujeres con fines electorales por parte del candidato del Frente Social Cristiano. “No se puede instrumentalizar a las mujeres para una causa en la que además no crees”, arremetió Boric.
A la hora de la diferenciación, Boric atacó fuerte: “Kast y sus diputados son un peligro”, afirmó, “que nunca más en Chile haya un presidente que le declare la guerra a su pueblo“. En la semana, el candidato a presidente por el frente Apruebo Dignidad se reunió con la senadora electa Fabiola Campillai y con el referente social Gustavo Gatica, víctimas de trauma ocular producto de la represión de las fuerzas del Estado contra el pueblo que se levantó tras el estallido de octubre de 2019. “Mientras Kast se reunía con el carabinero que dejó ciega a Fabiola, nosotrxs nos reunimos con ella”, dijo Boric desde su atril, “queremos justicia, reparación y no repetición”. A lo que el candidato antiderechos respondió, “soy un demócrata”, dibujando una sonrisa de costado; sinónimo de impunidad represiva.
En las últimas semanas, el candidato nazi moderó sus intervenciones mediáticas, y si bien no resiste un archivo, intentó mostrarse cercano a lo que llama “temas de la mujer” e incorporó a su virtual programa de gobierno “ítems ambientales”. Sin embargo, durante el debate de anoche, la intolerancia se volvió a mostrar: “la ciudadanía tiene derecho a protestar”, el resto son “vándalos”, dijo. Y para seguir sosteniendo su tesis de enemigo interno habló en reiteradas ocasiones de “cancelación ideológica” (sic) y jugó al “cuco del comunismo”, atacando las gestiones de los gobiernos locales de Irací Hassler y Daniel Jadue del PC lo que demuestra que no respeta la voluntad popular. Del “cuco” no se salvaron ni los personajes de la serie de títeres 31 Minutos señalados por una concejala del sector de Kast, el Partido Republicano, porque “promueven ideologías de violencia y extrema izquierda”.
Gabriel Boric encontró -algunos pocos- momentos para sonreír y logró, sobre todo en el eje de seguridad, imponer respuestas claras y transformar las constantes interrupciones de les presentadores del debate en propuestas. “Protocolo de reparación de las víctimas y un fuerte control de armas”, dijo en este eje más que picante, “el narco en nuestro gobierno no va a tener espacio”. Mientras que en otro de los temas que más interesa, salud, explicó: “tiene que haber una fijación de precios para igualar… Haremos eje en acortar las listas de espera y en mejorar la atención en la salud mental”, y afirmó que el objetivo de su gobierno será que “deje de haber una discriminación entre ricos y pobres”.
Los cruces más tensos se dieron en relación a la administración de las pensiones, qué hacer con un sistema tan cuestionado como de las AFP que formó parte de las demandas centrales del estallido social en 2019 bajo la consigna “No + AFP”. En ese sentido se expresó Boric: “El objetivo es subirle la pensión a los chilenos y chilenas porque no alcanza para vivir”, y habló de un sistema autónomo, que tenga criterios de inversión para aumentar las pensiones ponderando en todo momento los posibles ingresos de las personas. Mientras que Kast habló sólo de un “sistema de competencias”, enfocando en la rentabilidad para las empresas expropiadoras y la desconfianza en la administración en manos de un ente público Para Boric, el acceso universal a la salud y las pensiones dignas son dos de sus cuatro reformas estructurales, “nuestro compromiso es ir paso a paso: reforma tributaria para mejores pensiones y mejorar el sistema de salud”, dijo. Los otros ejes prioritarios son: sistema educativo público y la conformación de un gobierno ecologista.
Cuando tuvieron oportunidad de dirigirse a quienes votarán el domingo, el candidato nazi eligió decir que “vienen tiempos difíciles” y que “se requiere un gobieron que ejerza la autoridad”. Mientras que Boric empatizó y con gesto de abrazo dijo: “pueden contar conmigo, me la voy a jugar por reencontrarnos”… “La estabilidad se logra con justicia social”; “si quieren una transformación profunda, les invito a ser parte de este proyecto colectivo”.