Por Maru Waldhüter y Laura Salomé Canteros | Foto: Dezetag
En la década de los feminismos, no hay agresión sin respuesta.
En la jornada de ayer, la Cámara de Diputados de Chile rechazó por dos votos, el proyecto elaborado por Corporación Humanas y la Mesa por el Aborto para modificar el Código Penal y despenalizar el aborto voluntario y consentido hasta la semana 14 de gestación.
“Mientras el Congreso rechaza despenalizar el aborto, organizaciones alistan presentación de Iniciativa Popular Constituyente que consagre nuestros derechos sexuales y reproductivos”, tuiteaba “al tiro” de conocerse la noticia Alonda Carrillo, constituyente independiente y feminista, quien integra la Comisión de Participación Popular.
Por eso, este miércoles, 1 de diciembre, desde las 12, la Asamblea Permanente por la Legalización del Aborto convoca a una concentración frente al ex Congreso Nacional y lo hace como parte de las conquistas sin fronteras y por supuesto, con digna rabia.
“Durante las últimas décadas el movimiento a favor del reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos, y en específico, la legalización del aborto, libre, público, gratuito y seguro ha tenido importantes avances”, afirman en su llamada, “tenemos convicción sobre la importancia de que nuevos principios constitucionales sean consignados y respetados por el Estado, logrando así una sociedad más equitativa”, agregan, conforme al tiempo histórico.
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Hace no tanto, Chile ocupaba el grupo de los países más injustos del mundo con las mujeres y personas gestantes, penalizando el aborto en todas sus formas, negando incluso las interrupciones de embarazos producto de la violencia sexual. Fue en 2017, a instancias del Tribunal Constitucional, una norma promulgada por el gobierno de Michelle Bachelet; y rechazada por el entonces candidato presidencial, Sebastián Piñera.
Sin embargo, al igual que en otros territorios donde el neoliberalismo y el control de las autonomías se impuso a fuerza de terrorismo de Estado y genocidios, no siempre hubo prohibición sobre el derecho a decidir en Chile. La penalización total del aborto entró en vigor en 1989, bajo la dictadura de Augusto Pinochet. Un motivo innegable para que la Convención Constitucional abrace con fuerza la posibilidad de una ley feminista y popular de reconocimiento del derecho universal a la interrupción voluntaria de los embarazos.
“Los desafíos son enormes, puesto que para la escritura de una nueva Constitución paritaria y con carácter feminista, es fundamental que sigamos articuladas, movilizadas y logremos por un lado las firmas y por el otro, lograr que las y los convencionales aprueben esta iniciativa, para que quede en el texto de la nueva Constitución”, afirmaron desde la Asamblea Permanente por la Legalización del Aborto en diálogo con Marcha Noticias.
“Decidimos declararnos en un estado de asamblea permanente e invitar a todas las compañeras que quisieran a unirse hasta que el aborto se legalice”, agregaron, “se hizo una convocatoria, que fue respondida por más de 30 organizaciones”. La conformación de la Asamblea se dio en el marco, precisamente, de la discusión del aborto en el Congreso y dada la incertidumbre de lo que ocurría con un proyecto de acceso a la salud integral.
“Nos pareció indignante, más en el contexto constituyente y paritario que se produce luego de una revuelta”, declararon, “la rabia nos movilizó a organizarnos”. En la lógica constituyente, la Asamblea Permanente por el Derecho al Aborto, se organiza en distintas comisiones y la encargada de la redacción de la iniciativa es la comisión “Será Ley”, que está conformada por feministas y activistas de distintas organizaciones.
“Ha sido un largo trabajo, muchos días y noches de redacción, discusión, tomar acuerdos y llegar hoy a tener un texto definitivo que ya estamos en condiciones de subir a la plataforma de la Convención Constitucional para que inicie su tramitación”, informaron. Cómo sigue la historia es quizá algo conocido: “debemos conseguir las 15.000 firmas que se requieren para que esta iniciativa sea discutida en la Convención Constitucional”, respondieron.
La cita es hoy, la lucha es histórica y “Hasta que sea Ley”.