La Brigada de Médicos y Médicas cubabas “Henry Reeve” una experiencia histórica e internacionalista sin precedentes.
Por Nuria Barbosa León
Cuando aquel 19 de septiembre del 2005, el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, anunció al mundo que 1586 trabajadores de la salud de la Mayor de las Antillas estaban listos y listas para partir a socorrer a las víctimas del huracán Katrina en la ciudad estadounidense de Nueva Orleans, que dejó alrededor de 1336 fallecidos y pérdidas valoradas en 75 000 millones de dólares, la población sintió un respeto solidario hacia aquella sabia decisión.
Justo en ese momento nació el contingente internacional de médicos especializados en situaciones de desastre y graves epidemias “Henry Reeve”, que adoptó el nombre de un combatiente del país del norte, capaz de entregar su vida por la independencia cubana en las filas del Ejército Mambí en las luchas contra España en el siglo XIX.
Lo triste vino después cuando, el gobierno de la Casa Blanca no aceptó el ofrecimiento cubano y prefirió dejar morir a su pueblo, necesitado de asistencia médica. En los meses posteriores ese mismo contingente viajó primero a Guatemala luego de una inundación de grandes proporciones y a Pakistán a socorrer a las victimas ocasionadas por un gran terremoto. Hasta la fecha se han articulado 71 brigadas, capaces de movilizarse en menos de 48 horas para ir a cualquier lugar del planeta, en sitios apartados y de difícil acceso.
En 46 naciones y cinco territorios no autónomos, los más de 9000 profesionales de la salud de Cuba han curado a 4 millones de personas de los daños de huracanes, sismos, el cólera, el ébola y más reciente la pandemia por Covid 19. Ellos son capaces de transportar un hospital de campaña con la tecnología necesaria para consultas y quirófanos y con sus propios esfuerzos organizar una estructura de trabajo para acompañar los servicios médicos del lugar.
En el equipamiento trasladado incluye farmacias, equipos de rayos X, laboratorio bacteriológico, esterilización y vestuario adecuado para cubrir emergencias, incluso el personal escogido tienen experiencias de otras misiones fuera del país y varios años de trabajo en las instituciones cubanas. A ellos se les instruye antes de partir sobre el lugar donde van a trabajar y dan su consentimiento formalmente de ir voluntariamente a cumplir con esa tarea. El gobierno cubano se encarga de la atención a sus familias, con la garantía salarial a cobrar por una persona designada por el colaborador durante su permanencia fuera de casa.
El principal mérito en ellos resulta ser la experiencia adquirida, al enfrentarse a situaciones de difícil manejo, con sistemas de salud precarios por años de abandono de las autoridades políticas y con la interacción más humana de esas 89 000 personas agradecidas por ser salvadas.
Para atender la Covid en los últimos seis meses han salido 52 brigadas del Henry Reeve en 39 países, de ellas se mantienen activas 43 brigadas en 33 naciones, que han atendido a 28 737 personas, con 12 285 vidas recuperadas de la muerte. A petición de las autoridades médicas también se han aplicado tratamientos con terapias novedosas en Cuba, como es el medicamento Interferón Alfa 2b Recombinante, capaz de levantar las defensas del organismo y evitar complicaciones que puedan requerir de una terapia intensiva.
Un ejemplo a destacar es la ayuda brindada a Guinea Conakry. Al regresar el grupo a la patria el 18 de septiembre, divulgó que en el Hospital Nacional Donka, donde trabajaron fueron hospitalizados con signos graves 501 pacientes, de ellos 64 recibieron el medicamento y ninguno tuvo que ir a los cuidados intensivos y no se reportaron fallecimientos. Igualmente salvaron a 496 del coronavirus con otros métodos.
Por todo ello, vale la pena recordar al Comandante en Jefe Fidel Castro cuando dijo: “Nosotros demostraremos que hay respuestas a muchas de las tragedias del planeta. Nosotros demostraremos que el ser humano puede y debe ser mejor. Nosotros demostraremos el valor de la conciencia y de la ética. Nosotros ofrecemos vidas”.