Adelante marchemos compañeros
avancemos a la revolución
nuestro pueblo es el dueño de su historia
arquitecto de su liberación.
Himno de la Unidad Sandinista, Carlos Mejía Godoy
A 41 años de la Revolución Sandinista en Nicaragua, el repaso de su construcción profundamente internacionalista: la revolución impulsada por un continente.
Por Harold García
Con la declaración de León como la primera capital de la resistencia, el 18 de julio de 1979 inicia la marcha de las tropas del Frente Sandinista de Liberación Nacional hacia Managua, capital oficial de Nicaragua, donde el tercer Somoza en el poder, Anastasio Somoza Debayle, escaparía tras la ofensiva final del la insurgencia, la cual fue convocada por el Frente en mayo de 1979.
La Revolución Sandinista se convierte entonces en el segundo gran salto cualitativo del bloque revolucionario de América Latina, lugar que ocupó tras ser antecedida por la Revolución Cubana de 1959. Este proceso, que fue conocido con el nombre de la “Revolución Bonita” por sus particulares características, sería tomado cómo ejemplo por las fuerzas rebeldes del continente tras la victoria de un frente revolucionario unitario que tenía procedencia en las tendencias católicas de la teología de la liberación, las marxistas-leninistas y las facciones más radicales de la social democracia, pues esta experiencia logró demostrar que la influencia unitaria trae sus réditos.
Ante esta mixta relación política que mantiene el FSLN, nuestro Gabo, en entrevista con el dirigente Orlando Loaiziga, confirma que dicha posición pluri ideológica y poli clasista es una tradición en el Frente, pues expresa que: “la composición es de todo tipo: incluso dentro de nuestra dirección nacional hay un obrero. En toda la organización hay por supuesto elementos de todo tipo, de todas las clases sociales” (Loaiziga, 1979).
Este ejemplo de los centroamericanos hizo que se intensificaran los ejercicios de unidad revolucionaria en el continente, en los lugares donde la lucha armada se hacia presente; muestra de ello es el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional en El Salvador y la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar en Colombia, expresiones insurgentes que en afinidad con los planteamientos del Frente Sandinista, avanzaron por los caminos de la unidad guerrillera.
Los hijos de Sandino y Carlos Fonseca, ejemplos de internacionalismo.
Este ejemplo internacional dado por la Revolución Sandinista, no es más que la reafirmación de los principales núcleos orgánicos de la política del FSLN, los cuales tienen como eje central el internacionalismo proletario heredado de las luchas anti imperialistas y bolivarianas de Augusto Sandino y de la tradición propia del guevarismo que caracterizó al Frente en su desarrollo, así lo expresaría el histórico Carlos Fonseca Amador:
“Vamos a decir a qué clase de consignas internacionales obedecemos los guerrilleros de Nicaragua. Obedecemos la consigna internacional que lanzó Augusto Cesar Sandino desde las montañas de las Segovias. Obedecemos la consigna internacional que desde la cordillera de los Andes, lanzan las gloriosas cenizas de Ernesto Che Guevara. Declaramos que nos tiene sin cuidado el plomo del enemigo y el veneno de los traidores. El inexorable rumbo de la historia universal de nuestra victoria definitiva pertenece a los explotados y oprimidos.” (Fonseca, 1985, p. 335).
Además de sus diversas experiencias guerrilleras, a la lucha de Sandino se suma la hazaña de expulsar a las tropas invasoras norteamericanas en 1933, lo que convocaría al salvadoreño Farabundo Martí, al venezolano Carlos Aponte y a la elaboración de análisis cómo el “Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar”, donde el llamado “General de los hombres libres”, evocando el espíritu latinoamericano expresa lo siguiente:
“Al dejar expuesto el PROYECTO original que el Ejército defensor de la Soberanía de Nicaragua presenta ante esta magna asamblea, con el alto propósito de realizar la alianza de inaplazables urgencias entre los veintiún Estados dispersos de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, nos hallamos plenamente conscientes de la enorme responsabilidad histórica que contraemos con nuestra América y con el mundo. Por ello, no hemos intentado la exposición de un plan fantasioso y aventurado, sino que, interpretando nuestra realidad, nos hemos esforzado por hacer de este PROYECTO alto, efectivo y capaz de afrontar la solución de nuestros problemas más inmediatos afrontando antes que nada la necesidad imperativa de realizar la unánimemente ansiada ALIANZA LATINOAMERICANA, a la que sólo pueden oponerse teorías de un lamentable escepticismo y de escaso alcance en la política interna y exterior de nuestros Estados. (Sandino, 1929, p. 7).”
Es decir que para el proyecto de Sandino y de los sandinistas, la América Nuestra está conjugada en sus proyectos de lucha guerrillera y popular. En este sentido sería impensable la Nicaragua libre sin el acompañamiento de los pueblos pobres del continente, reconociendo en este proceso encabezado por el FSLN, uno de los ejemplos más importantes del combate internacionalista.
Los hermanos y hermanas que acompañaron a los sandinistas en la insurrección popular de 1979.
Son muchas las experiencias que se pueden contar de militantes internacionalistas que se vieron por los campos de batalla ad portas de la victoria sandinista del 19 de julio de 1979; pero el presente se encargará de enunciar algunas de las principales acciones continentales y de sus protagonistas colectivos e individuales que demarcan un variopinto grupo de jóvenes y de militancias de la plural y nutrida izquierda latinoamericana.
Para iniciar, se puede hacer referencia a las múltiples brigadas compuestas por colombianos y colombianas que arribaron a Costa Rica para poder ingresar de manera clandestina a las guerrillas del Frente Sur, comandado por Edén Pastora y los hermanos Ortega, en donde se encontraban células y comandos de las insurgencias de las FARC, el ELN y el M-19, así como la llamada Brigada Simón Bolívar, compuesta paradójicamente por integrantes del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), jóvenes que en su mayoría veían en la revolución liderada por el FSLN, una esperanza plausible para la revolución continental.
Esta realidad no solo se presentaba en Colombia. De Chile partirían cientas y cientos de jóvenes que buscando formación militar para combatir a la tiranía militar impuesta en 1973, encontraron en el país centroamericano un lugar para lograr dicho objetivo; de esta forma militantes socialistas, comunistas y miristas, jugaron un papel clave en este ejercicio. De esta experiencia internacionalista se van a conocer nombres como los de Raúl Pellegrin, también conocido como Comandante José Miguel, fundador del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, organización guerrillera orientada por el Partido Comunista de Chile durante largo tiempo y que realizaría la operación Siglo XXI, en la cual una estructura guerrillera rodriguista, estuvo cerca de abatir al dictador Augusto Pinochet.
Las y los argentinos tampoco se quedarían atrás, puesto que muchos de estos perseguidos por el General Videla y la Triple A, fueron obligados a pasar al exilio o a la clandestinidad y optarían por Nicaragua como lugar de acción revolucionaria; tal es el caso de una parte de la estructura del Partido Revolucionario de los Trabajadores- Ejercito Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP), que, comandada por Enrique Gorriaran Merlo, pasaría a conformar las filas del FSLN. Un año más tarde, exactamente el 17 de septiembre de 1980 en Asunción, Paraguay, dicha estructura daría de baja al dictador nicaragüense Anastasio Somoza Debayle, el cual había huido de la insurrección popular de los sandinistas, el 18 de julio de 1979.
Así fue la Nicaragua de finales de los 70´s, en donde hasta un “ñangara” venezolano, de nombre Alí Gómez García, enfrentó a la guardia somocista y según se le cita en el texto de Gonzalo Armúa, sentenció: “Así como los Generales José Martí, Sandino y Farabundo, que a pesar de ser ahorita mismo unos esqueletos, tienen al imperialismo con el culo en dos manos, inventando bombas de neutrones para acabar con los guerrilleros con todo y familia”, esta revolución estuvo llena de múltiples poetas, de revolucionarios/as profesionales, de hombres y mujeres de armas tomar, que fueron recibidos por el pueblo sencillo de Sandino como herederos de una lucha internacionalista por la justicia y la dignidad.”
Historias cómo éstas se pueden encontrar por millares en Nuestra América y el mundo, cómo las que constituyeron las brigadas de alfabetización o las de recolección de café, en las que muchos jóvenes aprendieron la escénica de la educación popular y el trabajo voluntario. Esta es una de las tantas anécdotas que nos deja la REVOLUCIÓN BONITA, la sandinista, cristiana y marxista, como la nombra Giulio Giraldi; la revolución que hizo de la América en la década de los 80`s epicentro de la esperanza mundial.
Consideraciones finales.
Aunque podríamos contar un sin fin de historias del FSLN, de sus insurrecciones, de las resistencias, de sus divisiones; con este se pretende compartir el valor más alto que las y los revolucionarios del continente pueden tener, que es el del internacionalismo, acto de desprendimiento total, de convicción y certeza; pues el mundo necesita más que el simple chovinismo burgués que los ata a una bandera y a una canción. Estos relatos que anteceden estas últimas palabras, son las de valerosos revolucionarios y revolucionarias que dejaron todo atrás para salir de su patria y con una simple mochila al hombro, asumir los riesgos que conllevaba ir a concluir una revolución.
Sandino y Carlos Fonseca ya habían abierto las puertas de su pequeña patria para que esta se convirtiera en América y la gesta victoriosa de los sandinistas y las brigadas internacionalistas lo demostraron: ¡Si Nicaragua venció, América vencerá!
Bibliografía
Loaiziga, O. (junio de 1979). Garcia Marquez entrevista a los sonadinistas. (G. G. Marquez, Entrevistador) Bogotá, Colombia: La oveja negra Ltda.
Fonseca, C. (1985). Bajo la bandera del sandinismo. Tomo I. Managua, Nicaragua: Nueva Nicaragua.
Sandino, A. (29 de Marzo de 1929). Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar. Obtenido de Fundación Madres de la Plaza de Mayo: http://www.elortiba.org/old/pdf/Plan_de_Realizacion_del_Supremo.pdf