El Machi Celestino Córdova continúa con estado de salud grave luego un mes de huelga de hambre en la cárcel de Temuco frente a la indiferencia del gobierno chileno. Asimismo desde la cárcel de Angol se levanta otra huelga de hambre.
Por Vivian Palmbaum |
El machi Celestino Córdova, autoridad ancestral, sostiene su huelga de hambre desde hace más de un mes en la cárcel de Temuco, su salud sufre un deterioro creciente sin que sean escuchadas sus demandas.
Desde la Wallmapu de un lado y del otro de la cordillera las comunidades mapuches expresan su solidaridad. El pasado 4 de mayo, el machi Córdova reinició la huelga de hambre liquida, que había dejado en suspensión el día 20 de marzo. Sus demandas en el contexto de la pandemia son que los presos mapuches, y detenidos por reivindicación social, cumplan sus condenas en sus espacios territoriales. La medida también exige la modificiación del Reglamento Penitenciario 518 que permita adecuar las instalaciones a las prácticas espirituales de la comunidad.
A pesar de su delicado estado de salud, Cordova es víctima de maltrato, la indiferencia y el aislamiento por parte de la Gendarmería chilena, así lo denuncian en un comunicado la Vocería, familia y red de apoyo y responsabilizan al gobierno de Piñera, las instituciones que son parte del Estado, Ministerio de Justicia y DDHH, junto al Ministro de Justicia Hernán Larraín quien no ha autorizado el ingreso de médico como ha sido solicitado en reiteradas oportunidades. Por tercera vez el machi se desmayó lo que no fue suficiente para que acudiera el paramédico de la unidad penitenciaria a revisarlo, vulnerando el derecho a su integridad física y a su salud.
Celestino Cordova se encuentra detenido desde 2014, como autoridad ancestral ha apelado en distintas oportunidades a estas medidas de fuerza “espiritual y física” para visibilizar las distintas demandas de su pueblo.
Desde la Wallmapu (tierras ancestrales) la comunidad mapuche hace un llamado al gobierno chileno para que respete los tratados internacionales, las recomendaciones de la Comision Interamericana de Derechos Humanos y otros organismos, para que se observen los derechos de las personas privadas de su libertad y de quienes además pertenecen a la comunidad mapuche en el contexto de la pandemia. Se quejan de la discriminación que pesa sobre ellos en tanto criminales de lesa humanidad y antimapuches han tenido mayor consideración a la hora de las excarcelaciones.
Laos presos políticos mapuches desde la cárcel de Temuco acusan a la actual administración del gobierno chileno de una actitud en contra de los pueblos originarios y la lucha mapuche. Expresan que hasta un gobierno fascista como el de Brasil ha respetado las recomendaciones internacionales y ha liberado los presos indígenas en el contexto de la pandemia.
La historia de la condena a Celestino Córdova expone la persecución que sufre la comunidad. Fue el único condenado por la muerte al matrimonio Luchsinger-Mackay, luego de sustanciarse un primer juicio donde los 11 imputados fueron absueltos y que fuera anulado por la Corte de Apelaciones de Temuco y recién en un nuevo juicio el machi fue el único condenado. Las únicas pruebas fueron encontradas en la casa de Celestino por carabineros vestidos de civil y si identificación.
Acompañado para las distintas comunidades en resistencia y recuperación territorial, desde la cárcel Celestino expresa: “continuaré resistiendo, asumiendo toda consecuencia que puede significar, si llegase a extenderse dicho sacrificio, porque es parte del cumplimiento del mandato espiritual y parte del servicio espiritual de la vida de Machi”.
Criminalización de jóvenes mapuches
Desde las comunidades en resistencia y recuperación territorial denuncian la persecusión que sufren los y las jóvenes mapuche. La Lof Temucuicui, reconocida por su resistencia en territorio ancestral denuncian que las prácticas de hostigamientos y señalamiento por parte de la policía comunal son constantes.
Dos jóvenes de esa comunidad, que son víctimas desde pequeños de la estigmatización, Anthu Llanca Quidel, de 20 años y Danilo Nahuelpi Millanao, de 18, quedaron involucrados en una causa donde las únicas pruebas son las declaraciones de los carabineros que los detuvieron y torturaron. Ambos se encuentran detenidos en la cárcel de Angol y son quienes se sumaron a la huelga de hambre que realizan los presos políticos mapuche.
Al tiempo que la pandemia se desarrolla, continúa la militarización, el aumento de inversión para la represión contra el pueblo mapuche y el extractivismo no se detiene, tal como denuncian las comunidades. Con un sistema de salud privatizado y excluyente las comunidades indígenas en Chile han hecho un llamado a la autodeterminación organizativa para intensificar la cuarentena territorial que impida el ingreso de personas ajenas a las comunidades.
El pasado 26 de mayo desde el Consejo de Todas las Tierras denunciaron al gobierno de Sebastian Piñera por montar una campaña que en el marco de la pandemia “ha invisibilizado la situación que afectan a los Pueblos Indígenas del país y por lo mismo, ha quedado demostrado que el denominado “Plan Impulsa” y otras medidas anunciadas con los Pueblos Indígenas no fueron más que propaganda”. Anunciaron que harán las denuncias ante los organismos internacionales de protección de derechos humanos, en caso de que el gobierno persista en las políticas de desamparo hacia los Pueblos Indígenas en el marco del Covid 19.
Por la dignidad, libertad de todos los presos políticos mapuche y no mapuche y de todos los privados y privadas de libertad en todas las cárceles del país y del mundo, expresaron en el comunicado.