Las redes feministas surgen cuando el Estado no da respuestas ante la violencia patriarcal de todos los días. Hoy, en “La pandemia desde el pie”, Gessica cuenta cómo se vive el aislamiento en la Villa 31 con la presencia, nunca grata, de la policía.
Por Gessica Britez / Foto Pablo Elías
Soy Gessica Britez, vecina del barrio 31 y estudiante del Bachillerato Alberto Chejolán de la CTA Autónoma.
La relación con las fuerzas de seguridad en este contexto de crisis y de pandemia se ha vivido como situaciones en las que hubo abusos hacia compañeros y madres que tienen que salir a buscar un plato de comida a los comedores y a retirar las viandas escolares. Hoy en día aumentó la necesidad de salir a buscar algo para traer a nuestras mesas.
Muchos vecinos hemos sido retenidos a pesar de declarar que salimos para buscar alimentos para nuestros hijos, sufriendo abusos, chicanas por parte de las fuerzas de seguridad en una situación que tampoco tenemos vacantes escolares para nuestros hijos que producto de eso muchos quedan excluidos de los comedores y no pueden acceder a una copa de leche o a lo que manda el gobierno para que se puedan sobrellevar estos días. Muchas somos madres solas o con vínculos violentos que hoy estamos al acecho de los agresores.
A todo esto nos preguntamos, ¿dónde está la Secretaría de Integración Social y Urbana (SISU) para ayudar con la emergencia alimentaria? En este contexto nos preguntamos, ¿dónde está para ayudar con la emergencia sanitaria?
Estamos en constante articulación con organizaciones y redes feministas del barrio para poder estar en alerta y ayudar en los casos que van surgiendo, siempre sin muchos recursos pero acompañando las situaciones de violencia y generando redes entre nosotras.
Hoy las organizaciones de redes feministas del barrio exigimos un comité de crisis para una garantía de los derechos básicos, emergencia sanitaria, emergencia alimentaria, contra las violencia institucionales y de género.
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La pandemia desde el pie