Al tiempo que la pandemia se extiende, asistimos al reconocimiento cotidiano hacia las y los trabajadores que realizan tareas esenciales en esta crisis. Entre ellos, la de las y los trabajadores de la salud. Sin embargo, el gesto simbólico no es suficiente.
Por Vivian Palmbaum / Foto Archivo
Las y los trabajadores de la salud hace pocos días empezaron a hacer circular sus demandas: más allá de los aplausos, necesitan trabajar con las imprescindibles medidas de protección para que no sean ellas y ellos los primeros afectados del contagio. “Si no están los elementos de protección completos no atendemos, basta de pedir solamente insumos”, expresó una trabajadora de la salud en una asamblea en un hospital porteño. La situación se repite en distintos nosocomios y centros de salud de todo el país. “El primer derecho es nuestra vida, necesitamos elementos de protección diaria, de la cabeza a los pies, y no solo para los de la guardia, porque lo que no dicen es que de los asintomáticos nos podemos contagiar, tenemos derecho a no morirnos”´, exigió la misma trabajadora.
En diálogo con Marcha, María Fernanda Boriotti, Presidenta de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FeSProSA), hablo sobre la situación crítica que atraviesa el sector de la salud en medio de la pandemia
¿Cómo es la situación de las y los trabajadores de la salud en relación a la protección laboral?
Los trabajadores de la salud estamos con una gran preocupación, mucha angustia y temor frente a lo que vamos a enfrentar. La situación que se da es que hay faltantes de elementos de protección y eso de esperar que llegue algo a cuenta-gotas genera mucha ansiedad, sumado a la falta de la reposición adecuada de insumos frente a los picos de la pandemia. Esa es una de las cuestiones que más preocupa a los profesionales de la salud, en todas las provincias del país. No hay excepciones, esto se da en el primer y segundo nivel de atención. Los hospitales han sido más equipados, ya que son los que van a tener los equipos de terapia, las camas con respiradores, todo el equipamiento necesario para atender a los pacientes que van a estar en estas unidades intensivas. El primer nivel de atención es el que tiene menos protección a nivel país.
Los equipos de salud están conformados en un 70% por mujeres, por lo que esta pandemia las afecta sin duda mucho más en lo que se refiere a la salud física y psíquica. A esto se le suma el tema del cuidado del hogar, el cuidado de los hijos, el levantamiento en muchas jurisdicciones del cuidado de hijos con la suspensión de las clases y la angustia que generó en un principio. Sin duda, como en todos los procesos de crisis, son las más afectadas.
¿Cómo son las condiciones laborales a partir de la demanda de más puestos de trabajo y la compensación salarial que decretó el gobierno?
Los bajos salarios y la precarización laboral son una constante. Los trabajadores de la salud tenemos salarios bajos que no están acordes a la responsabilidad que tenemos y la situación de la pandemia pone más de manifiesto estas condiciones de trabajo en negro, con bajos salarios, cuando uno está exponiendo su salud y, en algunos casos, la vida; sabemos que han muerto trabajadores de la salud en otros países. La compensación que ha dado el gobierno nacional es sin duda insuficiente: 20 mil pesos en cuatro veces, en negro, y no para todos los trabajadores que están afectados a la pandemia. Se genera una gran disconformidad, los trabajadores dicen “¿esto es lo que vale mi trabajo?”.
Otra cuestión es que el decreto que otorga esta suma no remunerativa habla que es una compensación por la mayor exposición, por el riesgo al que nos sometemos. Nosotros decimos claramente que no cambiamos nuestra salud ni nos exponemos a un mayor riesgo por plata. Nosotros necesitamos un salario digno, que nos permita vivir dignamente, pero no negociamos condiciones de trabajo, salud y protección por plata.
Se está convocando a personal para ampliar las plantas de trabajadores y trabajadoras para hacer frente a la pandemia. ¿En que condiciones serán incorporados?
Ante la necesidad de mayores recursos humanos se están abriendo convocatorias en todo el país y en todos los niveles, en la mayoría de los casos contratos temporarios mientras dure la pandemia, trabajo como monotributista. Hay mucha variedad también en el tema de la remuneración.
Nosotros estamos planteando que el personal que está afectado a la pandemia debe cobrar por lo menos 70 mil pesos, es lo que decimos desde nuestra Federación (FeSProSA) y obviamente el que ingrese en esta condición de monotributista tiene que tener las mismas condiciones y seguro.
¿Cómo es la situación en cuanto a la protección de riesgos de trabajo que cubren las ART?
Estamos planteando que el Covid-19 tiene que ser considerado una enfermedad profesional por las ART y los autoseguros profesionales, no puede ser que los trabajadores estén expuestos a enfermarse sin poder trabajar, sin ingreso, y no estén protegidos con el seguro. Estas son cuestiones elementales. Tendríamos que tener en Nación una uniformidad para las contrataciones de todo el personal que va a reforzar las plantas de los hospitales y de los centros de salud durante la pandemia.
¿Qué nos puede decir en cuanto a la capacitación del personal?
Para las terapias y las unidades de cuidados críticos se está habilitando que distintas especialidades tengan una formación extra que están brindando algunas instituciones y el Ministerio de Salud de Nación para que puedan estar ocupándose de trabajar en las terapias intensivas pero hace falta personal especializado y con una capacitación previa para poder ocupar estos lugares. Estamos enfrentándonos a una pandemia, una situación desconocida para todos, nunca hemos pasado por esta situación, ni por el aislamiento ni la cuarentena obligatoria.
Todas estas demandas se están negociando con el Ministerio de Salud de la Nación, con los ministerios de cada una de las provincias y también a nivel regional y local en cada hospital.