El juicio comenzó en 2018 y Horacio Luis “Pantera” Ferrari es uno de los nueve acusados que están siendo juzgados por primera vez por delitos de lesa humanidad. Se trata de un contraalmirante retirado de la Armada que integró el Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA desde marzo de 1977 hasta enero de 1978.
Por Luz Ailín Báez
Desde 1979 los sobrevivientes venían denunciando a Ferrari. Su apellido figura en una lista de 1978 con 81 condecoraciones, otorgadas por el almirante Emilio Massera por los “hechos heroicos y acciones de méritos extraordinarios, individuales o de conjunto”. Horacio Luis Ferrari siguió desde ese entonces haciendo carrera en la Marina hasta ser ascendido a contraalmirante en 2008. En mayo de 2019, tras las bambalinas del “No al 2×1” y en pleno juicio por la Megacausa ESMA, el genocida fue liberado por el Tribunal Oral y Federal Nº 5, integrado por Daniel Obligado, Adriana Palliotti y Gabriela López Iñiguez e increíblemente sigue en su condición de excarcelado al día de hoy.
En la audiencia anterior Ferrari había afirmado que las planillas presentadas por la querella a modo de prueba deberían haber sido incineradas, según el modus operandi de los militares en ese entonces, y criticó las declaraciones de los sobrevivientes que lo mencionaban, deslizando que parecían todas “guionadas”. De igual manera se refirió respecto de algunas anotaciones presentes en su legajo personal, objetando que estaba siendo confundido con otra persona de igual apellido que había prestado servicios en los mismos años en la Armada.
La pantera no estaba en el buque, estaba en la ESMA
Este lunes 2 de marzo se realizó una nueva audiencia en Avenida Comodoro Py 2002, donde la fiscal del Ministerio Público Fiscal, fiscal Ángeles Ramos, otorgó más datos sobre la nueva documentación que pone en jaque al genocida.
Se trata de un libro de partes mensuales -remitido en noviembre de 2019 por el Ministerio de Defensa de la Nación- que abarca los años 1976 a 1982. En el mismo, consta que Ferrari dejó de trabajar en el buque Ara Rozales el 28 de Enero de 1977 y figura su pase a la Escuela Mecánica de la Armada hasta el 6 de febrero de 1978, fecha en la que figura, nuevamente, su retorno al Ara Rozales.
En el transcurso del juicio, las declaraciones de Ferrari fueron cambiando. Inicialmente, había sostenido que “la única oportunidad en que estuve en la ESMA en mi vida” había sido en 1974 para hacer el ingreso a dicha escuela. Tras la prueba presentada, sostuvo que había salido del Ara Rozales para asistir a una charla que dio por vez única a los ingresantes de dicha escuela y que la falta de información acerca de su desempeño en el buque de la armada era “un error”. En relación a esto, la fiscal Ramos sostuvo en la última audiencia que, en dicho caso, “no está consignado por la Dirección de Personal Naval el regreso de Ferrari al buque” y que, además, consta en los últimos folios que la totalidad del libro en cuestión había sido perfectamente auditado por el personal a cargo de los movimientos de personal militar de la Armada, con las correspondientes correcciones necesarias debidamente consignadas. La “ausencia” de Ferrari durante el año 1977 no figuraba entre dichas salvedades.
Para la Fiscalía, resulta una obviedad que todo lo dicho por Ferrari apunta a mejorar su situación procesual para evitar vincularse a los crímenes de los que se lo acusa: secuestros, torturas y desapariciones de personas, asesinatos, robo de menores y abuso de un menor, entre otros.
Desde que inició el cuarto tramo de la Megacausa ESMA, la querella fue reconstruyendo la verdad respecto de lo que hizo Ferrari en el período comprendido mayormente en 1977. Libros de partes mensuales, boletines navales y hasta los recibos de sueldo del imputado (donde figuran sus trabajos en el buque Ara Rozales y en la Dirección de Armamento del Personal Naval (DIAP), institución subordinada a la ESM) se sumaron a los ya existentes testimonios de ex detenidos desaparecidos que habían reconocido a Horacio “Pantera” Ferrari en fotografías del sobreviviente y testigo Víctor Basterra y al listado que allá por 1987 reveló Ricardo Coquet -otro sobreviviente que estuvo recluido en la ESMA entre marzo de 1977 y diciembre de 1978- describiendo a Ferrari y a otros tantos militares de la ESMA con nombre completo y su cargos.
La contundencia probatoria de los archivos oficiales de la Armada donde constan las designaciones y pases de Ferrari del Ara Rozales a la ESMA conforma un cuadro irrefutable respecto de la responsabilidad de la “Pantera” en su accionar en el Grupo de Tareas 3.3.2. La próxima audiencia será el lunes 16 de marzo a las 9.30 horas en los Tribunales de Comodoro Py. Desde H.I.J.O.S Capital esperan que este nuevo tramo de la Megacausa llegue a su fin pronto, con Ferrari y los otros ocho genocidas en cárcel común, con la solicitada condena a perpetua, para que se haga, finalmente, justicia.