Durante la tarde del sábado, el recuerdo del joven se hizo eco en un acto realizado en Camino del Buen Ayre y Debenedetti. Sus familiares volvieron a pedir el esclarecimiento del caso.
El sábado pasado se contaron diez años desde la desaparición de Diego Duarte. Con un acto realizado en Camino del Buen Ayre y Debenedetti, integrantes de organizaciones sociales, curas villeros y familiares de víctimas de casos impunes se reunieron junto con la familia del joven para pedir el esclarecimiento del caso y justicia sobre quienes son culpables.
“Fueron muchos años de que la Justicia diera vueltas y ya se está cumpliendo una década sin saber qué pasó con Diego, porque la justicia para la gente de bajos recursos no existe”, sentenció ante los medios de comunicación Alicia Duarte (hermana de Diego), quien lejos de bajar los brazos lleva adelante desde hace ya varios años un centro cultural que lleva el nombre de su hermano, en el Barrio Costa Esperanza. Allí no solo se mantiene intacto el recuerdo del adolescente sino que además se trabaja para contener a los niños y niñas que a diario van a juntar basura en busca de algún objeto que pueda ser intercambiado por dinero.
A diez años, quienes siguen la misma lucha por la identidad y la necesidad de que se haga justicia acompañaron a quienes este caso toca más de cerca. En esa línea, a lo largo del sábado se acercaron a la jornada familiares de víctimas de violencia institucional; la integrante de Madres de Plaza de Mayo- Línea Fundadora, Nora Cortiñas; y el cacique de la comunidad Qom La Primavera de Formosa, Félix Díaz, entre otros.
El último día
Diego Duarte desapareció el 15 de marzo de 2004. Tenía quince años. Había nacido en Formosa. Con su hermano Federico llegaron a Buenos Aires para vivir con su hermana Alicia. Ambos adolescentes tenían la idea de estudiar.
Ese día Diego había ido junto con su hermano a la Ceamse, ubicada sobre el Camino del Buen Ayre, en José León Suárez, para buscar objetos de valor que luego venderían para comprar lo necesario para sobrevivir. Su final, según lo conocido hasta el momento, llegó cuando fue aplastado por una montaña de basura que volcó un camión (según lo relatado, bajo la orden de un policía). Federico, que logró escapar, relató días después que su hermano se había escondido porque policías que custodiaban el lugar los perseguían.
Aunque la causa judicial se encuentra casi detenida, años atrás en la Ceamse se encontró un cráneo que podría pertenecer a Diego. En la actualidad, el Centro de Antropología Forense de La Plata tiene en su poder los datos genéticos del padre de Diego y los estudios genéticos para verificar si se trata del joven, los cuales se encuentran en proceso. Los resultados de ese estudio podrían reactivar la causa, como lo reclaman los familiares de Diego, ya que en la investigación no hay imputados.