Rosalía Reyes fue condenada a 8 años de prisión por “mala madre”. En 2005 padeció un parto extrahospitalario, se desvaneció en el baño de su casa y fue acusada por no brindarle la asistencia necesaria para salvar la vida de su hija recién nacida. Otro fallo que no tiene en cuenta los contextos sociales. Por las presas también gritaremos el 8 de marzo.
Por Laura Guarinoni / Foto:La Tinta
Una vez más un la pespectiva de género está ausente en la justicia. El tribunal criminal de Bahía Blanca condenó a Rosalía Reyes de homicidio por no haberle brindado asistencia a su hija recién nacida después del parto que se desencadenó en su casa. La defensa asegura que no tuvieron en cuenta la situación de vulnerabilidad social y económica en que la mujer vivía, que se desmayó durante el parto y que no tenía las herramientas necesarias para “hacer otra cosa”.
18 de mayo de 2005. Rosalía Reyes llegó a su casa extenuada luego de una jornada de 14 horas en el frigorífico de pollos “La Gleba” de la Universidad Nacional del Sur donde trabajaba. Criaba sola a sus tres hijos y estaba embarazada, pero lo ocultaba con ropas amplias y una faja, porque si sus jefes se daban cuenta que otra vez iba a parir la iban a echar. Era monotributista y si no trabajaba, no cobraba. No tenía ni vacaciones, ni licencia por salud o maternidad. Con su último hijo sólo había logrado quedarse en su casa unos escasos 15 días.
Llegó cansada a su hogar en la localidad bonaerense de Argerich, ubicada en el partido de Villarino, a 30 kilómetros de Bahía Blanca. Le faltaba un mes para parir y la panza le pesaba. Le dijo a su hija mayor, que en ese momento tenía 12 años, que se sentía mal y se fue acostar. A los pocos minutos sintió un dolor muy fuerte, fue al baño y en dos contracciones nació su hija. Se desvaneció y cuando recobró la conciencia escuchó los gritos de sus hijos. Con un cuchillo de cocina llegó a cortar el cordón umbilical, se estaba desangrando. Lo ató como pudo y cuando fue a asistir a la recién nacida ya estaba sin vida. Se acostó abrazada a su bebé un buen rato.
En la madrugada con miedo y angustia decidió sepultar el cuerpo en el patio de la casa. En esos días buscó ayuda psicológica para la hija que la había asistido en el parto. La psicóloga fue quien reportó el caso, la policía allanó la vivienda de la familia y detuvieron a Rosalía. A partir de entonces comenzó un proceso judicial en su contra que duró varios años.
Estuvo presa un año hasta que en 2006 la Cámara de Apelaciones y Garantías de Bahía Blanca le dió la excarcelación extraordinaria. La fiscalía había pedido prisión perpetua. Aterrada agarró a sus cuatro hijos y se fue a vivir a gran Buenos Aires. Nunca más se supo de ella pese a que dictaron un pedido de captura.
13 de junio de 2019. Rosalía viajaba en la línea C de subte, hacia Retiro, cuando en una de las estaciones quedó registrada su imagen en una cámara de seguridad, detectaron que tenía un pedido de captura vigente. La detuvieron y desde entonce permanece en la cárcel bonaerense de Azul.
Habían pasado 13 años en los cuales ella trabajó en blanco, hizo aportes a la seguridad social en la Anses, inscribió a sus hijos en la escuela, votó e inclusive regresó varias veces a Argerich, lugar donde siguen viviendo sus hermanos. Inclusive se enamoró, formó una pareja y tuvo una hija más, que hoy tiene 9 años.
Condenada por mala madre
En 2019 se reanudó el juicio y el 19 de febrero de este año el Tribunal Criminal N° 3 de Bahía Blanca, integrado por los jueces Daniela Castaño, Eduardo D’Empaire y Eugenio Casas, decidió condenar a Rosalía a 8 años de prisión efectiva por “homicidio agravado por el vínculo mediando circunstancias extraordinarias de atenuación”.
Según explicó a minutouno.com su actual defensora Fabiana Vannini el núcleo tanto de la imputación de la Fiscalía, como del reproche la sentencia es no haber asistido a la recién nacida y haberse salvado ella, “de alguna manera le reprochan autopreservarse y no haber podido salvar a su hija”.
Los jueces coincidieron en que Rosalía tuvo “conductas omisivas configuradas por la falta de prestación de los cuidados necesarios para evitar su óbito por shock hipovolémico por hemorragia a través del cordón umbilical”.
El fallo no tuvo en cuenta el shock que produjo en esa mujer el parto a altas horas de la noche, sola con cuatro hijos menores después de una jornada laboral extenuante, así como tampoco las condiciones de vulnerabilidad económica y social que esa mujer vivía. Para la letrada se basa en un “reproche es moral y clasista. Era una mujer pobre, en una situación de vulnerabilidad social y económica que no pudo hacer otra cosa”.
En tanto, la justicia nunca juzgó ni el abandono de los padres a los cuatro hijos que tenía Rosalía, ni la responsabilidad del progenitor de su hija que falleció, ni la falta de presencia del Estado en la contención de esa mujer, su embarazo, y a la niña por nacer -derechos reconocidos a través de la suscripción de tratados internacionales-.
La criminalización de las mujeres por “malas madres” no es nuevo en nuestro país. Varias son juzgadas por la “responsabilidad por omisión”, osea por fracasar en el cuidado de sus hijos, mientras casi no existen casos con la misma condena para los progenitores.
Durante el juicio, el fiscal Jorge Viego aseveró que la Rosalía había ocultado su embarazo “tanto a nivel familiar, social y laboral” y consideró que “tuvo un plan para deshacerse de la criatura”, que culminó con el entierro del cuerpo en el patio de la casa.
“La fiscalía se basó en su ocultamiento del embarazo en el trabajo para concluir que ella tenía un plan criminal cuando la verdad es que ella no podía hacer ostensible su situación porque claramente la iban a echar”, explicó Vannini, quien además sostiene que “en el juicio no se prueba nada que indique culpabilidad alguna”.
La sentencia carece de perspectiva de género pese a que los jueces decidieron atenuar la pena de homicidio. “Entendemos la atenuación es la perspectiva de género que quisieron darle pero es insuficiente, no alcanza. Rosalía no debería haber sido condenada y deberían haber evaluado toda la situación para terminar concluyendo que no había ninguna conducta omisiva para reprocharle”, dijo la abogada.
Además, reveló que el fallo ya fue apelado y que solicitó la detención domiciliaria para Rosalía. Además, el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires adelantó que apoyará la apelación sumando doctrina, jurisprudencia nacional y tratados internacionales de derechos humanos para que la perspectiva de género sea aplicada en su totalidad.