Se realizó en Santiago, Chile, el segundo Encuentro Plurinacional de las que Luchan, una instancia para definir las demandas del 8 de Marzo. Les jóvenes y estudiantes, están en la primera línea de un levantamiento que exige cambios de fondo como el derecho a la educación y la libre expresión.
Por Carla Perelló y Laura Salomé Canteros / Foto: FOI – Fotógrafas Organizadas Independientes
La apertura del segundo Encuentro Plurinacional de las que Luchan que se realizó en Santiago, Chile se dio en una de las Universidades más combativas. Aunque por estas épocas, todas lo son. Fue además de forma simultánea con una de las represiones más crueles: ese viernes 10 de enero, en horas de la tarde, quienes integran las primeras líneas de los movimientos estudiantil, ciudadano y feminista y resisten a la provocación represiva del gobierno de Sebastián Piñera, fueron rociados en inmediaciones de la Plaza Dignidad (ex Plaza Italia) por el agua de un guanaco que contenía alguna sustancia tóxica que les quemó la piel. Fue uno de los primeros viernes, desde que comenzó el estallido el pasado 18 de octubre, donde nadie fue asesinado enfrentando a los guardianes uniformados del modelo de exclusión neoliberal que pronto caerá en Chile.
El segundo Encuentro Plurinacional de las que Luchan (EPL) se realizó el fin de semana pasado en la Universidad de Santiago, Chile y fue una instancia para definir las demandas del 8 de Marzo, exigencias que representan también a quienes luchan por que se garantice el derecho a la educación. En Chile, al igual que en todos los territorios, les pibis ya no se callan más. Pero por levantar la voz son criminalizades, sancionades o expulsades. Son estudiantes activxs, están en la primera línea de las demandas y el debate social, pero estas medidas expropian el aprendizaje, sus logros y esfuerzos. Per esto les impulsa a seguir porque ante la represión, la rebeldía es mayor.
En un contexto represivo y de pérdida -y reapropiación- de toda autoridad, el paradigma de educación privatizada que rige en Chile no escapa a las reformas y cambios radicales que demanda la sociedad movilizada. Por eso, una de las conclusiones del EPL fue el boicot a la PSU, la prueba estandarizada que define los ingresos a la Universidad con una intención de excluir. “¿Cómo ibamos a rendir la PSU mientras tenemos compañeros/ as presos/as, mutilados/ as, asesinados/ as y familias enteras estremecidas por el dolor de perder a uno de los/ as suyos/as por luchar por una vida digna?”, afirmó en un comunicado la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarixs. La respuesta del gobierno fue de querellar a 34 dirigentes secundarixs tras las movilizaciones que lograron que en varias sedes universitarias se cancelaran estas pruebas de admisión.
“Para ellxs solo somos un número más en su cuenta bancaria”
En la Universidad Andrés Bello, el 2 de enero pasado, decenas de estudiantes participaron de tomas por el derecho a la educación y fueron expulsades. “La Universidad no nos deja contar lo que pasó”, afirman quienes fueron damnificadxs en un video que circula por las redes sociales, que se transformó además en la primera forma de comunicación por la censura en la que incurren los medios empresariales. “Somos mas de 30 les estudiantes sancionadxs, nos informaron mediante un correo que estábamos en proceso de sumario (investigación interna de la Universidad), a lo que debimos apelar, pero la Universidad no tomó en cuenta nuestras declaraciones y siguó con su sanción para todes”, contó Paz, una de las estudiantes expulsadas en diálogo con El Grito del Sur.
“Son responsables todes lxs administrativxs de la Universidad, que se apegan al reglamento de disciplina (que está fuera de la Constitución, cuartando el derecho a libre expresión y el derecho a la educación)”, agregó Paz. “El mensaje que quieren dar es claro, nuestra universidad es de las que más lucra en nuestro país y quieren tenernos con la venda en los ojos, para ellxs solo somos un número más en su cuenta bancaria, no les interesa su comunidad estudiantil, esperan que vivamos con el miedo a las sanciones, esperan que nos quedemos en silencio”.
Para Paz, las autoridades de la Universidad “están en contra de todo tipo de manifestación social” y “nos quieren en silencio porque si alzamos la voz, ellxs son los que agarran miedo”. Durante 2017, les estudiantes tomaron sedes de Universidades a lo largo de todo Chile contra los abusos y acosos de parte de profesores e integrantes de la comunidad académica. El “ya no nos callamos más” es sin fronteras. “El mensaje de la Universidad es tener a lxs estudiantes sumisos, porque rebeldes los podemos hacer caer pesado, por eso su respuesta siempre será la represión”.
En este momento Paz y el resto de les estudiantes sancionadxs, emitieron la última apelación que la Universidad acepta y el 23 de enero serán notificados por si todo sigue igual o les reintegran. “Si seguimos expulsades tendremos que emitir un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones para exigir nuestro derecho”, contó. Es la última carta que les queda, apelar a la Constitución -la misma que se debe reformular- y el derecho a la educación. “Si la Corte de Apelaciones falla a nuestro favor, la Universidad tendrá que reintegrarnos aunque ellos no quieran”, finalizó.
“La juventud forma parte de la primera y segunda línea”
Male Briones es integrante del espacio de Feminismo Popular en Argentina. Viajó a participar del EPL en Santiago, Chile, y considera que es “notable cómo el movimiento feminista chileno está siendo potenciado o dinamizado por el sector juvenil”. En diálogo con El Grito del Sur, contó lo que quedó en su memoria producto de esta experiencia. “En el estallido social, fueron los movimientos estudiantiles quienes dieron el primer golpe político y no con una reinvindicación concreta sino diciendo ´no son 30 pesos, son 30 años´ y con una mirada antipatriarcal, anticapitalista y antiimperialista”, analizó. “Eso se notó en el Encuentro, se discutió el adultocentrismo, el poco lugar que tiene la juventud -no en la acción- sino en la discusión política”, agregó.
Durante el Encuentro la participación de las más jóvenes no fue muy visibile y para Male, eso se debió a que “están en plena movilización porque la juventud es parte de la primera y segunda línea del estallido”. Sin embargo agregó, “se notó en las instituciones la importancia que ese sector dinamizador está teniendo para tener un lugar político en la sociedad para discutir la integralidad. Que no es solo un gobierno el responsable, sino una forma en la que está compuesto el Estado y el poder, y la juventud no apuesta por un movimiento secundario o la educación gratuita, está apostando para hacer un cambio de raíz y constituir otro tipo de sociedad”. “Sin la juventud y todos los cambios que están produciendo en Chile en este momento, el Encuentro no hubiera sido igual, el movimiento feminista tampoco ni estuviera avanzando como lo está haciendo”, analizó Male, “y es un sector que va a tomar cada vez más lugar en las discusiones políticas”.
Durante el Encuentro, el eje de Educación arrojó también sus conclusiones producto de los debates y seguramente se transformarán en demandas concretas en la Huelga General Feminista del próximo 8 de Marzo. Dejar de lado la supremacía de “lo privado”; generar espacios de encuentro entre los diferentes sectores de la educación; que sea pública, laica y no sexista, anticolonial, antirracista y con perspectiva de Derechos Humanos y ortientada hacia el Buen Vivir de los pueblos fueron las principales. Además se exigió el fin del Estado subsidiario de las escuelas confesionales, una reforma universitaria, la creación de protocolos contra el acoso, el fin a las evaluaciones estandarizadas, el cese de las criminalización a estudiantes y profesorxs que apoyan el levantamiento social y la reuncia de la Ministra de Educación, Marcela Cubillos.
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El uso del lenguaje inclusivo y les niñes jugando son posiciones políticas de los feminismos en Chile y en todo territorio. Lejos de sostener una “guardería”, las coordinadoras del EPL propusieron para elles un espacio donde el juego y la reflexión tuvieron el mismo lugar. “Les niñes deben aprender de política porque no pueden estar encerrados en sus casas pensando que afuera todo está bien”, dijo Felipe de 8 años frente a una aula magna colmada de activistas feministas. “Estamos mal con todo lo que está pasando, nos están traicionando”, dijo Mauricio de 10 años, “no están sacando los ojos y cuando eres niño te queda muy marcado eso”. “Queremos que les niñes y grandes marchen juntos”, dijeron, “que todas las personas puedan jugar todo, porque hay que compartirlo todo”. “¡Que renuncie Piñera”, gritó una niña. Y todes aplaudieron. El reconocimiento de les niñes y les jóvenes como sujetos políticos es parte del cambio de un Chile que se refunda para ser mejor.
*nota publicada originalmente en El Grito del Sur