Francisco Suárez presenta su disco A puro bicho, dedicado al público infantil, en un ciclo que brinda en el Teatro La Máscara los sábados de diciembre. Una propuesta basada en ritmos populares, animales autóctonos y costumbres bien nuestras.
La llegada del verano y el fin de las clases seguramente generan un dilema para muchos de nuestros lectores. ¿Qué hacer con nuestros niños todo el día en casa? ¿Dónde llevarlos para divertirnos -todos, ellos y nosotros- un buen rato? Con menos intensidad que en las vacaciones de invierno, los espectáculos infantiles se convierten en una atractiva propuesta en tal contexto. El show A puro bicho lo es, además, por la calidad de su trabajo artístico, tanto musical como coreográfico y actoral.
Con una década de experiencia en obras de este tipo –El remendador de historias, Los Chicos y El Quijote y Los Chicos y Robinson, entre otros–, el músico y actor Francisco Suárez nos brinda en esta ocasión una serie de funciones basadas en su flamante primer disco, cuyo título es homónimo al del espectáculo. Allí recorre en once entretenidos y alegres temas diversas regiones del país a través de nuestros diferentes ritmos folklóricos -chacarera, cueca, chamamé, milonga- en letras que protagonizan distintos animales autóctonos y en las cuales se pone énfasis sobre nuestras costumbres.
Muy lejos de los shows altisonantes “made in USA” que poco dejan más allá de sus efectos especiales y su brillo fugaz -además del agujero que representan para nuestro bolsillo-, Suárez trabaja temáticas cuyo contenido, sensibilidad y capacidad de diversión permiten rescatar lo propio para un público infantil.
La gran mayoría de los temas son de su autoría o realizados en coautoría con su padre, el cantautor Julio Lacarra, y conforman un aporte al cancionero infantil de gran originalidad. Esta propuesta comienza con “Candombe de la tortuga”, canción que nos recuerda la célebre frase de Mario Benedetti sobre el futuro: “lento, pero viene”. Allí las tortugas Libertad y Fraternidad andan morosamente buscando un camino por todo el país, tortugueando, cuánto tardan en llegar, canta Suárez, quien a la vez advierte que, sin embargo –como el futuro benedettiano-, no paran de avanzar. Le sigue la “Chacarera del cuis”, un animalito solidario y cordobés, que entre mate y criollitos trata de dar con el pájaro al que se le cayó una pluma encantada que amiga a los enemigos y aleja los males. La denuncia también se hace presente en “Corre Ñandú”, que al ritmo del tambor llama a la conciencia de los chicos en la defensa de este animal ante la acechanza del cazador. Lo insta al escape, a la libertad y a su bravura.
“Chamamé de la pulga” y “Carlitos el zorzal”, por su parte, aprovechan los apodos de Lionel Messi y de Carlos Gardel para hablar a través de estas canciones de ambos personajes. La pulga rosarina de la zurdita traviesa, encariñada por siempre con su barrio a pesar de la distancia, amaga por adelante y te pica por detrás, es pícara y alegre y se le escapa siempre al rival, además, lleva la celeste y blanca pegadita a su cuerpo, mientras que el zorzal, el morocho del abasto, baja del cielo y ayuda a un mal cantor de tangos -un zoquete que pifia todas las notas- a sacar una linda canción a dúo.
Para cerrar a todo trapo aparece una cumbia, “Los bichos nocheros”, que con un coro de niños enumera a los insectos y animales que salen a trabajar y a hacer de las suyas ni bien nos vamos a dormir, desde los mosquitos, las ranas y los murciélagos hasta las babosas, los escarabajos y las lechuzas. “Milonga del Tero-Tero”, “Chamarrita de los sapos”, “Malambo del Lobizón”, “Ranchera del Yacaré” y “Cueca del puma” completan un álbum que vale la pena que nuestros niños oigan para reforzar, por medio de la asociación, la música y el juego, el conocimiento que poseen de nuestra fauna, geografía y cultura.
Las letras de Suárez y de Lacarra cuentan con la participación de Gustavo López en percusión, Jorge Rabito en bajo, Gustavo Pometti en guitarra, Juan Banuera en bandoneón, Leo Bernstein en piano y Víctor Carrión en flauta traversa y quena, constituyendo una opción de alta calidad y gran entretenimiento.
Para la presentación teatral del disco que puede verse en estos días, la titiritera Ana Wright trabaja con coloridas creaciones creadas por Natalia Franzoso y Ricardo Lista, que interactúan con Suárez sobre el escenario a medida que suena la música.
A puro bicho fue presentado el 30 de noviembre en el Teatro La Máscara de San Telmo -Piedras 736-, y a partir del sábado pasado comenzó un ciclo de tres funciones para cerrar este 2013 en el mismo lugar. Aún restan dos, mañana 21 de diciembre y el próximo 28 a las 17:00 horas, a no perdérselo.