El Olga Vázquez en el 2007 luego de que se aprobara la ley de expropiación
El centro social y cultural Olga Vázquez cumplió diez años de vida en La Plata y lo festejó a lo grande. A continuación, un repaso por la historia de uno de los lugares con más referencia cultural y social de la capital provincial.
El centro social, cultural y político Olga Vázquez (de ahora en adelante Olga) se encuentra en la calle 60 de la ciudad de La Plata, un lugar tan céntrico que desde sus comienzos siempre tuvo la mirada de los negocios inmobiliarios que van colmando de edificios la capital.
En la década del 90, funcionaba en el edificio una escuela privada que quebró y dejó el lugar abandonado. Luego de varios años de abandono, el lugar empezó a ser ocupado por distintas organizaciones populares. Así mismo, el nombre “Olga Vázquez” se eligió en memoria de una compañera que trabajaba en un comedor barrial, que murió por hantavirus.
El Olga en sí, no es sólo un espacio de actividades culturales. El carácter que enmarca la participación política de las distintas organizaciones sociales, agrupaciones que desarrollan actividades barriales, estudiantes secundarios y universitarios organizados, organismos de derechos humanos, entre otros, dan vida a un espacio que vive por precio propio.
Durante los diez años acumulados de trabajo, quedan en evidencia las distintas perspectivas que se plantean a la hora de construir poder popular, como dicen las paredes del Olga. La construcción de distintas herramientas de participación colectiva llevaron al Olga a ser uno de los lugares con más referencia en ese sentido, dentro de la ciudad y de la región.
En el invierno del 2007 llegó un aviso de remate por una gran deuda que venía desde la escuela privada que antes funcionaba allí. La lucha para visibilizarse y dar cuenta a la comunidad de la situación se hizo esperar y se salió a las calles, interviniendo la ciudad y luchando por un reclamo genuino ya que el Olga era algo concreto, un espacio de cultura y organización que se había instalado para quedarse. Finalmente, el gobierno provincial promulgó la ley de expropiación en diciembre de ese año, quedando anulado el remate judicial.
En diciembre del 2012 la Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires aprobó el proyecto de Ley N°13764, que extendió por cinco años más el plazo para que el Estado Provincial efectivice -vía pago a acreedores- la expropiación definitiva, con el fin de evitar el remate judicial que transformaría al inmueble de 60 entre 10 y 11 en una encrucijada inmobiliaria. El reclamo de las organizaciones y trabajadores del espacio ya lleva más de cinco años, donde el gobernador Daniel Scioli aún no efectiviza la expropiación.
El 2013 trajo nuevos desafíos. Luego de las inundaciones del 2 y 3 de abril que dejó a la ciudad devastada, el Olga se transformó en uno de los lugares con más referencia a la hora de participación popular. Miles de personas pasaron por allí para acopiar, separar y llevar donaciones que venían de distintos puntos del país para llevar a los barrios más lastimados por la incoherencia política y la falta de reacción de un municipio ausente. Pero no solo quedo allí, si no que en los sucesivos días la participación de las organizaciones, vecinos y vecinas de la comunidad, dejaron entrever el verdadero anclaje que se gestó en la solidaridad durante esas jornadas de dolor e incertidumbre.
Trabajo sin patrón
En el Olga existen y conviven distintos emprendimientos autogestivos que dan cuenta de una manera distinta de percibir el trabajo y las nociones pre-establecidas; esto es poder desarrollar un trabajo sin patrón, tomar las decisiones en espacios asamblearios donde todos y todas pueden tomar la palabra y generar desde allí nuevas lógicas de organización.
Hoy en día, son más de cincuenta personas que trabajan dentro del espacio, divididos en distintos sectores de trabajo como el productivo de cocina y pizzería “Lo de Olga”, la herrería “Miguel A. Roscigna”, la imprenta “del Olga”, entre otras.
En suma, también existen la biblioteca “H.G. Oesterheld” y la biblioteca popular para niños y niñas.
Con la noción de construir un espacio donde se puedan plasmar las voces de distintos sectores pocas veces visibilizados, se construyó una radio comunitaria. De esta manera “Radionauta 106.3” nace en el 2011 y hoy en día es un medio que deja en evidencia el trabajo colectivo en vías a una comunicación popular. En las transmisiones realizadas durante los festejos de los diez años, Pancho, uno de los militantes del Frente Popular Darío Santillan CN que estuvo desde los comienzos del Olga, comentó que “estos diez años del olga no se construyeron sin el apoyo de los vecinos y las vecinas, de las organizaciones hermanas; porque tranquilamente hoy podría haber sido un engranaje más del negocio inmobiliario”. En suma, agregó la necesidad de tener en claro e identificar la importancia de resistir ante estos conglomerados económicos: “No solo estamos resistiendo por una cultura popular, por los derechos humanos, por el trabajo autogestionado que acá se construye, si no también peleando contra un enemigo poderoso”.
En la actualidad el Olga continúa planteando la necesidad urgente de lograr la expropiación definitiva del espacio. El reclamo recae directamente al gobernador Scioli que aún hace oído sordo a la problemática concreta. Ya pasaron diez años que mostraron, y de alguna manera, justificaron la apropiación del espacio como motorizador de la cultura local y regional.
El Olga de festejos
El jueves por la noche comenzaron los festejos por los diez años del Olga Vázquez. Con un cronograma colmado de actividades culturales y sociales, el Olga salió a la calle. Las actividades comenzaron con una milonga en la avenida 60, a cargo del taller de tango.
El viernes empezó con una feria de productivos que se autogestionan dentro del Olga, y continuó con una transmisión especial en la calle de Radionauta. También se realizó una charla sobre “Cultura y Poder Popular” donde se expusieron distintas experiencias y miradas cotidianas de organización.
Por la noche la música en vivo estuvo a cargo de “Cajale Cazazo” y “Brancaleone”, nombre que lleva el auditorio central del lugar, ya que los integrantes de la banda participaron en la construcción y restauración del mismo.
El sábado por la tarde continuaron las muestras de talleres y actividades que se llevaron a cabo durante el año; el ya tradicional taller de folclore, abrió paso al cantautor Pato Molina, para luego dejar el escenario a “La Mansa Locura” y culminar la noche a todo color con las “Kumbia Queers”.