La lideresa del pueblo maya K´iché, Aura Lolita Chávez Ixcaquic, participó del 34 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans en la Ciudad de La Plata. Su aporte, junto al de los feminismos comunitarios y originarios, resultan imprescindibles para la descolonización de nuestras prácticas.
Por Camila Parodi | Foto: Nadia Petrizzo
La sensación de novedad, resistencia y hasta la violencia ocurrida tras la modificación del nombre de los encuentros de mujeres, lesbianas, travestis y trans en el propio movimiento es una señal de alarma para los feminismos anticoloniales y anticapitalistas que se construyen desde los territorios. Y es que lo “plurinacional” y la necesidad de “descolonizar” no puede relegarse a la asignación de un nombre. Ya dimos una pisada fuerte: el Encuentro es Plurinacional pero, ahora, ¿cómo seguimos?.
Feminismos como los que habitan las hermanas de las comunidades originarias pueden echar luz sobre los nuevos -viejos- debates. En ese contexto, Marcha entrevistó a la lideresa y defensora de los territorios maya k´iché, Aura Lolita Chávez Ixcaquic, quién hace un año atrás ya nos decía: “que se una pueblo con movimiento feminista es para el sistema lo más odioso”. Si bien, pasó tan sólo un año, para ella pareciera que caminamos juntas hace mucho más, porque existen “en los feminismos un compromiso de abrazar todas las luchas”. Ante las resistencias a las liberaciones, un mensaje esperanzador vuelve a nosotras en la voz de Lolita: somos plurales y diversas. Y seguiremos en marcha hasta que todas seamos libres.
¿Qué potencialidades encuentran en la construcción de feminismos comunitarios que hoy las hacen enfocar su lucha desde esa perspectiva?
Asumimos que somos feministas comunitarias porque lo hemos tejido desde los territorios, desde la sanación y las redes de vida. Nuestras exigencias de justicia y los mecanismos propios de la protección que construimos tienen miradas plurales y diversas. Y es ese camino el que realmente nos ha sostenido, el hecho de que yo esté viva es porque hemos dado una respuesta desafiante a todo lo podrido y lo que está supuestamente tratando de que no existamos, nuestra respuesta es la vida, la formación, el diálogo de saberes como así también proceso de conciencia cósmica que está más allá de un Estado Nación.
Cuando te entrevistábamos hace un año, nos compartías la situación de persecución y hostilidad que te llevó al exilio… queríamos saber cómo continúa la situación de tu territorio hoy y cuáles son tus estrategias para mantener ese diálogo permanente con la comunidad.
Me encuentro en el proceso del caminar otros territorios. Es importante recordar que ese compromiso también se hizo desde asambleario, en el territorio, porque yo al principio no quería salir. No es justo que haya tantos hermanos y hermanas todavía desaparecidas de mi pueblo, estamos en busqueda de ellas y exigiendo justicia. Entonces no es justo que con todo lo que representa para nosotras que vivimos el genocidio volvamos a pasar el exilio, para mí era una situación de tortura psicológica. Por eso se hizo la asamblea donde se acordó que pueda sostener esta expresión de defensa territorial con mi comunidad pero que mi compromiso pueda ser caminar otros territorios donde se están viviendo otras invasiones de las transnacionales, invasiones imperiales y como así también las expresiones de violencias contra las mujeres y disidencias.
¿Qué está pasando ahora en los territorios y comunidades ubicadas en Guatemala?
Lo que está pasando en Guatemala ahora tiene que ver con que el Estado ha sido un referente muy fuerte de opresión. Las estructuras criminales continúan, por ejemplo, dentro de mi caso se hizo la investigación en relación a quienes estaban involucradas y ahora podemos decir hay redes ya no hablamos de una red de complicidades. En el juicio que intentamos que se logre, el peritaje que se hizo en la causa de la montaña sobre los seis ataques de asesinato que yo he tenido dan cuenta que hay estructuras criminales vinculadas al Estado pero también otras que vienen desde las micro-expresiones en las comunidades, otras fundamentalistas vinculadas a las religiones, también a las empresas y a las fuerzas armadas que están vinculadas a las tropas de la seguridad de los narcos y empresas. Esta investigación arroja que hay pactos que tienen estas estructuras y ha llegado a las diferentes expresiones del sistema, el Poder Ejecutivo lanza la presentación de programas de financiamiento a los operadores del crimen y esto está vinculado con los bancos. Por ejemplo, el Banco Mundial a iniciado una supuesta consulta en mi territorio a favor de las empresas Redmas y Reclus que están sostenidos por el paraguas de las Naciones Unidas y que en Guatemala lo sostiene USAID de los Estados Unidos y una expresión similar vinculada al Estado de Alemania.
Todo esto se está viendo porque siguen los incendios forestales, se dio en Guatemala de que se nos acusó de invasores en las montañas, desde mi salida hubo más persecuciones que tienen que ver con un problema que hay en Guatemala: no hay garantías legales de titularidad de la tierra de forma que nos acusan de invasores. Hay comunidades que fueron atacadas, no sólo hay personas que estamos saliendo sino comunidades enteras afectadas que tienen que salir del territorio. Lo que más se ataca ahora es en los territorios donde está lo biodiverso y donde hay comunidades que conviven en la montaña.
¿Y cómo ataca eso contra la vida de las y los defensores de los territorios?
La modalidad se ha modificado ya no envían orden de captura a una persona sino a toda una comunidad, hay orden de captura para comunidades enteras de 200 o 500 defensoras. Y lo otro es que hay Estado de Sitio, tras el llamado “Acuerdo de paz” en el que el Estado no iba a entrar a nuestros territorios se implementó un toque de queda donde se veda el derecho a reunión, movilización, libre expresión y el ejército a través de la orden del mando superior que es Jimmy Morales. De esta manera las fuerzas pueden realizar los interrogatorios a través de expresiones muy violentas como torturas. Luego están las injusticias, como el caso de las niñas calcinadas el 8 de marzo de 2017, hay un retardo malicioso en la justicia porque las audiencias de presentación de evidencias se están dilatando y las familias están desprotegidas y muy expuestas a las redes vinculadas a la trata que las atacan.
Encontramos una matriz de opresión que se repite sobre los cuerpos de las defensoras en muchas partes ¿qué significa ese ataque?
Cuando nos hemos juntado en distintos territorios de Abya Yala y hacemos los análisis de los perpetuadores de los incidentes, de los tipos de ataques, vemos que son parámetros recurrentes. Pero que, sin embargo, existe por otro lado un odio perverso que se genera desde los fundamentalismos que lleva construir una imagen diferente atacandonos a nosotras. Es como atacar el espíritu de la defensa territorial, nos mapearon como nosotras lo hacemos, nos tienen en la mira y vemos cómo los asesinatos, violaciones y encarcelamientos están en todos lo territorios.
Cuando he llegado a Perú, México, Colombia o mismo Argentina con el pueblo mapuche, veo que los pueblos que estamos defendiendo en todos lados estamos expuestos a los asesinatos impunes, hermanas en las cárceles con expedientes que en su mayoría se caen por su mismo peso ya que no tienen respaldo pero que sí nos tipifican como criminales. Es eso lo que después es usado desde los medios para señalarnos como peligrosas y eso que es lo que le llega a la sociedad, se oculta la raíz del problema y la propuesta emancipadora, no se desmantela la estructura criminal. Considero que se necesitan análisis locales de las estructuras neoliberales macro para comprender esa matriz y cómo repercute en el cotidiano.
¿Qué puentes o cruces encuentras entre los Feminismos Comunitarios de los que haces parte con los encuentros y debates que se están realizando en Argentina? ¿Cómo resuena nuestro encuentro en otros territorios?
Lo que está pasando aquí es un esfuerzo bastante esperanzador y profundamente desafiante a los sistemas de opresión pero también es algo que se teje desde los territorios donde las disidencias están viviendo y generando esa vida, desde una historia invisibilizada, desde un trabajo comunitario plural y diverso. Está floreciendo la historia, memoria y sangre de las ancestras con la juventud. Yo veo después del encuentro del año pasado a este un camino muy profundo, como que de 1 año caminamos 20 años una cuenta larga se da porque hay un compromiso de los feminismos que nos han abrazado, que no es un feminismo de privilegios ni de una sola mirada sino los feminismos que se abrazan con otras agendas, de la salud, la educación, contra todas las exclusiones que están en todos los lugares donde el neoliberalismo ha marcado la muerte.
En contraposición a esa muerte ¿porqué es importante para ustedes hablar de un feminismo desde el goce y el placer?
Este proceso viene de una asamblea, al accionar en la práctica y cotidianeidad del K´iche vemos que hay leyes, de esas que impuso el patriarcado pre-colonial y como así también el patriarcado occidental donde nuestros cuerpos siempre fueron botín de guerra. En Guatemala se realizó la práctica de la mutilación y había sido ocultada, nosotras tejimos los saberes desde nuestra propia necesidad de emancipación por los dolores que el genocidio implantó en en nuestros cuerpos y territorios.
Por eso reivindicamos el clítoris, no como un proceso aislado, sino en el marco de la asamblea popular de las mujeres pero también lo llevamos a la asamblea de pueblo y comunidad donde dijimos que queremos liberar el territorio pero también declararnos territorios libres de violencia. La liberación del clítoris es un posicionamiento politico y estrategico porque goce y placer es algo que se nos ha vedado de nuestros cuerpos y vida. Siempre sirvió para el otro, para que nosotras no tengamos sentimientos ni lo que genera felicidad como que no pudiéramos caminar, es una esclavitud en nuestro propio cuerpo. Cuando nosotras reivindicamos el clitoris es porque trascendimos y liberamos la esclavitud desde nuestro ser. Porque a veces llevamos el opresor en nuestros cuerpos y ese opresor que llevamos a dentro mucho nos regresa la ley del miedo y del terror en el cuerpo para que sirvamos como mozas colonas, para la servidumbre. Como que nuestro cuerpo es de otro rango como nos nombró el Banco Mundial, no se nos olvida, no borramos de nuestra memoria como caracterizó a gente en Guatemala: “la gente rescatable o no rescatable”. El pueblo K´iché está dentro de lo no rescatable, cuando nosotras sentimos gozo y placer es realmente muy inspirador porque es tener una semilla digna, libre y con justicia. ¡Que así sea!