Un paseo por el Mercado Barrial Itinerante del Frente Popular Darío Santillán de la regional Córdoba en su séptima edición.
Por Fernando Vanoli (*)
Si la periferia existe, este sábado invistió el corazón del centro y lo llenó de trabajo autogestivo, digno y solidario. Esa es la consigna del Mercado Barrial Itinerante, del Frente Popular Darío Santillán de la regional Córdoba.
El mercado es una feria popular que se realiza una vez por mes, esta fue su séptima edición. Es itinerante por que no siempre está en el centro: también recorre las barriadas populares, alternando entre el centro histórico y distintos barrios, los segundos sábados de cada mes. Fue pensando como un intento por recuperar el sentido comunitario de los espacios de intercambio y, sobre todo, disputar el sentido de la palabra mercado desde abajo, en épocas donde la opresión financiera arremete precarizando la vida.
El tiempo de la autogestión
Bajo la mirada de la estatua de Jerónimo Luis de Cabrera (quien le da nombre a la plaza por la –colonial– fundación de la ciudad) se expande la feria, entorpeciendo el paso de algunos turistas que lo quieren fotografiar. Allí se despliegan unos 90 puestos, que representan espacios productivos y cooperativos de más de 40 barrios de Córdoba y llenan de vitalidad la plaza a espaldas de la catedral. En su mayoría mujeres, le ponen el cuerpo y se organizan para garantizar que este mercado funcione.
Este espacio nació luego de muchos años de esfuerzos colectivos en torno al trabajo digno. Ese proceso que implica constantemente dar la lucha en la calle, también significa la formación y, sobre todo, la recuperación de saberes de nuestros pueblos: desde las prácticas ancestrales al cuidado de las huertas, hasta las historias de fábricas recuperadas que recorren nuestro país.
A partir de eso, surge la necesidad de constituir un lugar que haga visible ese trabajo, pero que además ponga en circulación el intercambio para la construcción de esa otra economía que supone sostenernos desde relaciones no capitalistas. Como cuentan las compañeras, esas relaciones, permiten autonomía para tomar decisiones sobre el tiempo que le dedican al trabajo, sobre que quieren producir, que precio quieren poner, y también, a quien se lo quieren vender. En otras palabras, ampliar el margen de posibilidades para decidir en que queremos trabajar. También remarcan el crecimiento como compañeras, entre quienes comparten el día a día en los barrios, porque la solidaridad es un aprendizaje que también se da en el marco del trabajo cooperativo.
Mientras las verduras sin agrotóxicos, los dulces, los libros, los tejidos y todos los productos artesanales se ordenan, se venden y se intercambian, la radio abierta llena el ambiente de música desde temprano hasta la hora del desarme de los tablones.
Son momentos también de contra-cultura, la radio recibe visitas de luchas hermanas, esta vez fueron las compañeras del barrio San Antonio, que luchan contra la contaminación de la fábrica de Porta Hnos., instalada en su barrio, atentando contra la vida de quienes allí residen. La música en vivo tuvo lugar cerca del cierre, con Chango Santiago, y sus chacareras que agitaron algunos cuerpos para bailar. Un espacio para fraternizar con la sociedad en general, con los vecinos y vecinas que transitan el centro cordobés. Abre la posibilidad de generar un diálogo directo, y tal vez, de contagiar un poco de estas resistencias creativas, de quienes luchan y producen.
Este mercado subvierte el orden del espacio, y recrea el tiempo de la autogestión. Es reflejo de muchas luchas que, desde el Frente Popular Darío Santillán, damos en las calles y en los barrios reivindicando y exigiendo nuestros derechos. Por eso, también, es acción política para visibilizar el trabajo y potencial de construir otros mundos posibles. Ante el sentido común que nos grita: ¡vayan a trabajar!, con estas ferias les decimos: acá estamos, trabajando. Pero también deseando y disfrutando: porque el trabajo sin patrón y de economías anti capitalistas, que puja por otros mundos, produce encuentros y combustiona alegría y energía militante para sostener la lucha cotidiana.
(*) Integrante del FPDS Córdoba