En pleno domingo de superclásico una alerta recorre los medios de comunicación: el
gobierno publica un decreto de necesidad y urgencia en el Boletín Oficial. ¿Control de cambios? ¿cepo, cepito, corralito, corralón? ¿de qué hablamos cuando hablamos de control?
Por Ivan Barrera
El mediodía del domingo pronostica una linda tarde de sol, superclásico mediante, cerrando un fin de semana de descanso luego de una larga semana de crisis y turbulencias sociales, políticas y económicas.
En la antesala de un nuevo superclásico del fútbol masculino, los seguidores y las seguidoras preparan sus rituales habituales pre partido, mientras los noticieros muestran la más cruda fetichización de un partido de fútbol. Entre análisis de posibles formaciones, controles policiales, gestos de los jugadores y demás nimiedades de vital importancia, un cartel de urgente interrumpe las pantallas: el gobierno publicó un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) en el Boletín oficial.
¿Un DNU un domingo? ¿un domingo de superclásico? La gestión que desde el primer momento gobernó mediante este sistema no deja de renovarse y reperfilar su estilo. Las semanas que prosiguieron a las PASO fueron duras, turbulentas y agudizaron día a día la crisis económica y de gobernabilidad de una gestión en el ocaso de sus días. Los últimos días despertaron viejos fantasmas latentes: entre la disparada del dólar, la carta de despedida del exitoso Nicolás Dujovne y el anuncio del cuasi-default, la confianza de la población y los mercados en el equipo económico parece taladrar el suelo, al punto de generarse una cuasi corrida bancaria el viernes último.
El Banco Central desangra sus reservas a ritmos aún mayores de los que predominaron en esta gestión. Sólo en el último mes cayeron en más de 12 mil millones de dólares y el pronóstico indica que este es solo el comienzo. Por esa razón, desde Casa Rosada diagramaron un DNU que buscaría “generar estabilidad cambiaria y proteger a los ahorristas”.
El DNU anuncia tres puntos fuertes: control de cambios para el dólar ahorrista, liquidación de divisas para exportadores y la autorización de pagar impuestos con bonos. Las segundas medidas competen más a grandes empresas, pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de control de cambios? ¿Es un nuevo cepo? Bueno, es y no es.
Cepo es un término económico que no conoció el estrellato hasta que los medios hegemónicos decidieron bautizar de ese modo al control de cambios impuesto durante el kirchnerismo. En ese entonces, el dólar turista y ahorrista estaban muy restringidos a la capacidad monetaria que tenía cada persona o entidad declarada a la hora de hacerse con las divisas. Al asumir la nueva gestión, se deja sin efecto este control de cambios, se permite la compra de USD 2 millones mensuales y se festeja como el primer gran éxito de gestión.
Pero a partir de este domingo todo cambia. El DNU superclásico anuncia el retorno del control de cambios. ¿Qué significa esto? Entre septiembre y diciembre solo se podrá acceder a la compra de USD 10 mil mensuales. Sin lugar a dudas, este monto sigue siendo elevado entendiendo la merma del poder adquisitivo de los salarios y la corrida cambiaria que llevó el dólar a $60. Sin embargo, ante la incertidumbre de los mercados y la constante posibilidad de una nueva corrida, el gobierno decretó que era necesario y urgente lanzar esta restricción un domingo.
Entonces, ¿puedo comprar dólares? Sí, hasta 10 mil sin pedir autorización al Banco Central. ¿Voy a poder retirar mis dólares? También, el flamante control de cambios hasta el momento no atenta contra los ahorros que efectivamente se encuentran en los bancos.
El DNU también especifica controles sobre las empresas. A las nombradas anteriormente, se le suma que ninguna empresa va a poder hacerse de dólares de forma especulativa. Es decir, para las operaciones corrientes de importaciones y pagos, no necesitarán ninguna autorización, pero no podrán anticiparse a futuras devaluaciones ahorrando en divisas.
Estas medidas buscan cerrar los grifos donde se suelen escapar los dólares. Principalmente su busca cortar con los dólares debajo del colchón de familias y empresas, así como también obliga a traer los dólares que las exportadoras mantienen en el exterior. Estas medidas están son un complemento de las anunciadas el jueves pasado por Hernán
Lacunza respecto al reperfilamiento (o cese de pago) de una parte de la deuda. El objetivo es retrasar lo máximo posible un posible default con los grandes tenedores de deuda y apaciguar las aguas en el mercado cambiario.
¿Es suficiente esta medida? El gobierno viene haciendo esfuerzos inconmensurables para ganar la confianza de los mercados, aún a costa de que todos los costos los cargue el pueblo, al cual parece haber resignado luego de las magníficas medidas anunciadas luego de las PASO. La eficacia del control dependerá del buen humor de los grandes jugadores y de la credibilidad que conlleva un DNU decretado un domingo y sin una presentación formal por parte de las autoridades. De todos modos, si no llega a funcionar, en un mes hay un nuevo superclásico.