Por Diego Fina. Novak Djokovic venció a Rafael Nadal en la final del Masters por 6-3 y 6-4. De esta forma obtuvo su séptimo título y ahora buscará culminar un gran año con la obtención de la Copa Davis.
En la previa era arriesgado pronosticar un ganador, ya que tanto Djokovic como Nadal llegaban en un gran momento. Independientemente del resultado el español sabía que terminaría la temporada como número uno del mundo, relegando al serbio a la segunda posición. Pero de todas formas había mucho en juego, ya que Nole buscaba repetir el título obtenido el año pasado, en tanto que Rafa iba por la única corona grande que aún no consiguió (anteriormente ganó los cuatro Grand Slam, la Copa Davis y el oro olímpico).
También se esperaba un partido de alto vuelo tenístico y sin dudas que cumplieron con las expectativas desde el minuto inicial. El encuentro fue parejo e intenso, pero con una marcada superioridad para Djokovic, quien nunca le permitió a Nadal hacer su juego y lo dominó con un rendimiento brillante desde todas sus facetas. Nole ratificó porqué es el mejor de todos en tantas estadísticas: puntos ganados con el segundo y el primer saque, games de devolución ganados y títulos en canchas duras (sumó seis con este).
De entrada el serbio salió a hacerle sentir el rigor al mallorquín y le quebró el saque para ponerse 2 a 0 arriba. Sin embargo Rafa puso rápidamente las cosas en su lugar recuperando el quiebre y sosteniendo su servicio para quedar 3 a 3. Pero en su siguiente game y con Nole 4-3 arriba, el español volvería a entregar el servicio luego de lo que fue probablemente el mejor punto del partido, que terminó a favor del defensor del título luego de una clase de globo defensivo a la carrera y juego en la red. Esta vez sí no perdonaría para adjudicarse el primer set por 6 a 3 luego de un ace, en 43 minutos.
En el segundo parcial Nadal salió a jugar con una actitud más ofensiva pero se lo veía incomodo y errático, algo que se notaba en su bajo porcentaje de primeros saques. Su rival en cambio estaba inspirado, con un festival de saque, defensa, ataque, contragolpe, sobrepiques y contrapiernas. Y así fue como logró su primer quiebre del set en el tercer game tras una gran devolución, que luego ratificaría para liderar el marcador por 3 a 1. Esta ventaja le sería suficiente a Djokovic para lograr la victoria final con un categórico 6 a 4 en un logro muy meritorio debido a la jerarquía del rival, que finaliza el año como mejor del planeta con diez títulos en su haber.
Luego del espectáculo, el serbio no escatimó en elogios para con el español: “Considerando los resultados de Rafa desde que regresó de su lesión (en febrero), perder el número uno era inevitable porque él lo estaba ganando casi todo, jugó su mejor tenis este año y merece estar donde está”. A su vez se refirió con tranquilidad a lo que se viene: “Recuperar el número uno no es una prioridad para mí. Lo que debo hacer es mantenerme jugando bien y continuar construyendo mi juego de cara a la próxima temporada”.
Así es que Nole es otra vez maestro, adueñándose por tercera vez del título que se disputan nada menos que los mejores ocho del mundo de forma invicta y dejándole un mensaje a Rafa para el año que viene, donde intentará reconquistar ese número uno del mundo que tan bien le queda. Y como si fuera poco todavía tiene la posibilidad de obtener la Copa Davis con su país. Mientras tanto los amantes del tenis están agradecidos.