Tras los resultados de la elección del domingo, la cotización del dólar pasó de $46 el viernes a llegar a rozar los $65 el lunes. La devaluación neta aún no se sabe con exactitud cuál es pero se ubica entre el 20 y el 40% en sólo dos días. El gobierno sólo atino a echarles la culpa a los y las votantes. Qué pasó y que podemos esperar los próximos días en materia económica.
Por Francisco Cantamutto | Foto Disculpen la molestia
El resultado de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo fue sorprendente para todos los y las analistas y las consultoras, que mostraron grandes márgenes de error. Aún más lejos estuvieron las estimaciones de los operadores del gobierno, que fogonearon un clima de supuesta paridad.
La ventaja obtenida por la fuerza del Frente de Todos, que parece casi irremontable de cara a los comicios de octubre y que pondrían a Alberto Fernández al mando del Poder Ejecutivo, fue una verdadera sorpresa. Esta situación se magnifica si vemos la semana pasada, cuando los mercados bursátiles cerraron no sólo con un dólar y tasa de interés estables, a fuerza de intervenciones del Banco Central, sino que incluso hubieron leves alzas y recuperaciones ligadas a algunos operadores del mercado que entendían que, basándose en las encuestas, el gobierno iba a salir con un saldo positivo de las elecciones.
Si esto lo hicieron estratégicamente o por un error de diagnóstico es imposible de saber. Lo cierto es que estas expectativas se vieron defraudadas por los resultados del domingo y el lunes fueron devoradas por los mercados. Londres y Nueva York abrieron con las acciones de la bolsa argentina a la baja, cayendo hasta un 65%, especialmente en bancos y empresas ligadas a energía y servicios públicos, y una caída de los bonos del Estado argentino, que llegaron a casi al 20% de su valor. No fue la excepción el mercado local, que no sólo tuvo acciones y bonos a la baja, sino una elevada inestabilidad asociada al valor del dólar.
La cotización, dependiendo de qué banco hablemos, pasó de $46 el viernes a llegar a rozar los $65 el lunes. La devaluación neta aun no sabemos cuál es pero se ubica entre el 20 y el 40% en sólo dos días. El antecedente más cercano a una devaluación de este tipo hay que buscarlo con la salida del gobierno anterior y la llegada de Cambiemos, que propuso unificar el dólar oficial con el “blue” y generó una caída semejante.
Lo cierto es que para muchos bancos y casas de cambio no hubo posibilidad de cerrar operaciones porque no hubo ofertas disponibles para tener un valor de referencia. Esto hizo que el tipo de cambio tuviera una enorme variabilidad y dispersión entre distintas entidades y a lo largo de las jornadas, con intervenciones erráticas del Banco Central que no convalida un único valor, estable y creíble.
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Un solo programa, varias velocidades
Desde que el gobierno asumió hemos insistido que ha tenido un solo programa: el ajuste que comanda la reforma neoliberal. Ese programa admitía una primera fase gradual, vinculada al nivel de resistencia de los sectores populares que. A partir del arreglo con el FMI, buscó acelerarse infructuosamente. Por supuesto que acá los tiempos ya estaban jugados y el gobierno trató de insistir en un mismo programa que, tal como lo dijo el propio presidente, en caso de ganar, “continuaremos pero más rápido”.
La votación del día domingo expresó un claro rechazo por parte del pueblo argentino a ese programa de ajuste, con la elección mayoritaria de un candidato que expresa un programa de freno las medidas del gobierno de Cambiemos y una posible recuperación que deberá ser negociada con los poderes fácticos.
Luego de la tremenda derrota del domingo, inesperada por lo abultada, la falta de respuestas durante el día lunes hizo que no hubiera un valor de referencia durante toda la jornada bursátil. Como si esto no fuera suficiente, en la conferencia de prensa que hicieron el lunes por la tarde el gobierno insistió con que la culpa la tenían tanto la “pesada herencia” como el gobierno por venir. Es decir, el kirchnerismo en ambos casos. No mostró ningún tipo de propuesta para lo inmediato.
Esto permite anticipar la idea de que el gobierno sigue atrapado en sus propias definiciones ideológicas sobre la libertad de mercado. Al ser incapaz de estructurar una definición desde el Estado nacional que se refiera a cuál va a ser el rumbo de la economía, vamos a seguir surcando momentos de elevada inestabilidad que van a pulverizar nuestro poder adquisitivo, de por sí ya vapuleado por las políticas de los últimos tres años y medio. No podemos esperar ningún tipo de respuesta por parte del macrismo que, de seguir atenazado a esta lógica, pone en jaque su propia persistencia.
La conferencia de prensa fue una autentica extorsión a la democracia y a todos nosotros y nosotras como pueblo, culpándonos por tomar decisiones que no son las que los mercados esperan. Esto, de alguna manera, deja en claro que para Macri la democracia es un bien prescindible, un lujo que se pueden costear solo aquellos que expresan las acciones poderosas de los mercados.
Al momento de escribir esta nota aun no es claro cuál va a ser la estrategia del gobierno para estabilizar el valor de la moneda de referencia pero sí es claro que muchos de los principales formadores de precios han detenido la toma de pedidos por no poder poner un precio a su mercadería, lo cual va a profundizar la recesión. No hay que descartar que, como algunos analistas han propuesto, esta devaluación tras las PASO sea una forma del gobierno de corregir el valor de cambio que se había apreciado por la intervención del Banco Central en los meses anteriores, culpando a la oposición de esta devaluación.
De paso, permitiría al gobierno utilizar la excusa extorsiva de que la culpa es de los y las votantes que eligieron una fórmula que no es afín a los designios del mercado. De esta manera, el gobierno dejó en claro que tiene una compresión de la democracia limitada a los deseos de un grupo de operadores del mercado.
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