A dos años de la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado por parte de las Fuerzas Represivas del Gobierno de Macri y, en pleno debate electoral, miles se convocaron en la Plaza de Mayo para acompañar a las y los familiares mostrando un límite claro contra el macrismo.
Por Redacción Marcha / Foto: Alejandra Malcorra
A diez días de las elecciones primarias, P.A.S.O, gran parte de los movimientos y partidos políticos volvieron a ocupar esas calles que, durante los últimos tres años de macrismo fue espacio político de disputa. Por fuera de las acciones propias de la agenda feminista, la Plaza de Mayo no desbordaba desde el paro del 30 de abril y luego de la histórica marcha del 24 de marzo. En año electoral, las tensiones existentes se fueron negociando por otros medios que no necesariamente utilizan a la calle como espacio político. Mientras nos íbamos enterando –e indignando- por las distintas hostilidades cotidianas, vimos cómo las mismas se fueron resolviendo desde las redes sociales y especulaciones electorales.
Pero, ¿quién logró convocar a las y los miles que ocuparon la Plaza durante la tarde de ayer? Fueron las y los familiares, nuestras Madres, Santiago. Una historia de impunidad que no cierra para ninguna de las banderas políticas que se oponen al macrismo. Un activista anarquista que defendía, junto al pueblo mapuche, los territorios políticos y ancestrales de la Pu Lof Cushamen. Santiago, asesinado por las fuerzas represivas del macrismo es hoy la figura que (nos) convoca y obliga a salir. Santiago, demuestra que este pueblo tiene memoria y que más allá de la coyunturas hay paradigmas con los que nadie se puede meter. La palabra autorizada de familiares y organismos de Derechos Humanos en tiempos electorales sentaron, durantes estos años, los límites del “hasta donde” al macrismo.
Así lo advirtió Sergio Maldonado desde el escenario, ante el aplauso de las miles de personas que se acercaron a Plaza de Mayo, y en el que no será el último reclamo por justicia para Santiago su hermano: “El 1 de agosto del año que viene nos volveremos a ver acá mismo. No habrá justicia hasta que sepamos dónde están todos los desaparecidos en democracia. Basta de represión, de gatillo fácil, de femicidios y travesticidios. No necesitamos el Servicio Cívico Voluntario, los pibes necesitan salud y educación. Santiago, anarquista, luchador, caminante solitario, fue un ser libre y solidario. Santiago no especulaba con las fechas electorales para ser solidario. Sobre todo fue y seguirá siendo mi hermano. No al cierre de la causa, basta de impunidad”.
Santiago Maldonado es un grito de denuncia. Al lado de las Madres, con un pañuelo verde y el puño en alto. “Santiago estuvo desaparecido 78 días para amedrentar, aleccionar y para que la muerte se naturalice en manos de sus fuerzas”, dijo Sergio Maldonado: “El 25 de noviembre, mientras se velaba el cuerpo de Santiago la Prefectura asesinaba a Rafael Nahuel. Al ver que acá hay un montón de gente que viene a apoyar, que sigue manifestándose, y necesita que se resuelva lo de Santiago porque dejarlo impune naturaliza, deja un patrón que la impunidad sea lo que nos gane”.
Y es que Santiago nos propone una lucha atemporal que no se limita a la división de años por periodos electorales. La coyuntura, para él, se ponía en juego cuando había que defenderse de algún desalojo. Estar donde había que estar sin cálculos electorales. Quizás por eso la Plaza volvió a ser epicentro de lucha. Santiago como un nuevo símbolo de unidad de quienes gritan(amos) que las y los desaparecidos son 30 mil, que a Luciano Arruga lo mató la policía de Daniel Scioli y que a Santiago Maldonado lo desapareció y asesinó la Gendarmería de Patricia Bullrich.
Foto: Emiliana Miguelez
Un entramado estatal para garantizar la impunidad
“Desde el Estado se está haciendo todo lo posible en sus distintos estamentos, no solo para que la causa sea archivada, sino también por conseguir que la Gendarmería sea reivindicada”, declaró Myriam Bregman a Marcha. “Las leyes están hechas para los poderosos, para que a la cárcel vayan los pobres y los ricos queden impunes por sus crímenes contra el pueblo”, agregó, “y este caso en particular no escapa de esa lógica”.
“La decisión del juez Gustavo Lleral de cerrar la causa de desaparición forzada y muerte de Santiago (Maldonado) no resiste ningún análisis técnico ni lógico”, afirmó María del Carmen Verdú, abogada e integrante de CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) a Marcha. “En ningún momento se analizó algo tan básico y central como que la desaparición se produce en el marco de un operativo de Gendarmería”, agregó, analizando que es una forma de operar histórica que tienen jueces y fiscales para “desresponsabilizar al aparato estatal”. “Es una vieja maniobra, pero no por vieja menos efectiva. Por eso una de las consignas central de hoy es ´No al cierre de la causa´”.
“El caso de Santiago es fundamentalmente representativo de una modalidad que, si bien no empezó con él, ni empezó con Jorge Julio López, ni con Luciano Arruga, tenemos más de 200 desaparecidos y desaparecidas en democracia en manos de las fuerzas de seguridad”, contextualizó Verdú, quien realizó hincapié en que la represión que mató a Santiago fue “en el marco de un operativo represivo a un conflicto social tan paradigmático y central como es la reivindicación de los territorios ancestrales de los pueblos originarios, especialmente en la Patagonia y en la Pu Lof Cushamen que venía sufriendo desde antes este tipo de embates”.
“En las principales represiones la Gendarmería tuvo un rol protagónico, participando directamente o como apoyo de otra fuerza nacional o provincial”, declaró Myriam Bregman, abogada de Derechos Humanos. “La Gendarmería es una fuerza que durante toda la dictadura fue armada por y subordinada al Ejército. Es una fuerza completamente militarizada, con el viejo espionaje como hemos denunciado en el Proyecto X. Es una fuerza que cumple o sustituye el rol que cumplían las fuerzas armadas en otro momento en la seguridad interna”, agregó. Recordamos además que fueron las fuerzas armadas quienes en época de dictadura estuvieron subordinadas a los grandes intereses económicos que hoy nuevamente están al frente del gobierno por la vía electoral y que nunca fueron juzgados.
En campaña electoral: macrismo y represión explícitos
“Solo con mucha movilización se logró que esta causa se abra”, dijo Bregman, analizando los contextos que no le ganan a la organización: “solo con movilización y lucha de la familia se logró instaurar que Santiago estaba desaparecido, que sufrió una desaparición forzada y que, para que esa causa avance, vamos a seguir movilizados”.
“El período electoral marca su impronta en todas las causas vinculadas a las luchas sociales y políticas”, analizó Verdú. “Por ejemplo, en el caso de Daniel Ruiz, preso desde septiembre del año pasado por participar de las movilizaciones contra la reforma previsional, ya debería haberse hecho su juicio; sin embargo, el Tribunal viene dilatándolo porque precisamente no es un juicio que quieran hacer en campaña electoral”. Y agregó: “tenes preso a Daniel Ruiz por tirar una cañita voladora y tenes en libertad a policías imputados de homicidio calificado, como (Giuliano) Fattori, autor del fusilamiento de Leo Sotelo”, un pibe de 19 años asesinado en 2016 en Burzaco.
Foto: Emiliana Miguelez
Santiago vive
El Brujo, el Lechuga, el Ardilla o el Viquingo. Así lo conocían a Santiago Maldonado sus compañeros y compañeras en las distintas luchas a las que se acercó. Luchó contra la injusticia sin fronteras y por eso hoy, además de resignificar una fecha que nos es triste, celebramos que Santiago se transformó en un símbolo de respeto. Lejos de las especulaciones políticas y electorales. El se solidarizó con los presos por los saqueos de Bariloche, luchó en las asambleas y barricadas de Chiloé, cortó la ruta 40 por la liberación de Facundo Jones Huala, entre tantas acciones solidarias contra la vulneración de derechos.
“Es parte de una muy buena tradición de nuestro pueblo no permitir que estos crímenes queden impunes”, dijo Bregman, ”porque es un pibe, porque las víctimas las pone el pueblo, porque son jóvenes, como Maxi y Darío, todos pibes y pibas que siempre salieron a luchar y que sufrieron las políticas represivas”. Para Verdú, “la desaparición forzada de Santiago logró algo que hace mucho tiempo no concretábamos, la movilización unitaria de todos los sectores vinculados a la defensa de los Derechos Humanos”.
Por eso y por más, Santiago vive en la lucha. Porque lxs brujxs no mueren.
Foto: Leo Crovetto