La diputada brasileña por el PSOL, Taliria Petrone, denunció públicamente las amenazas de muerte que recibe desde hace un año por su defensa a los Derechos Humanos.
Por Camila Parodi y Laura Salomé Canteros
Talíria Petrone conocida como diputada federal por el socialismo parlamentario y Libertad (PSOL) de Río de Janeiro, es una joven negra y feminista que llegó a la política partidaria tras ejercer como profesora de historia. Llegó al Congreso Nacional para respetar “la joven democracia brasileña” y fue electa con más de 100 mil votos al mismo tiempo que Jair Bolsonaro asume la presidencia de Brasil. Talíria Petrone lleva en su cuerpo y en su carrera política la defensa de los Derechos Humanos durante uno de los gobiernos más fascistas y machistas de toda la historia brasileña donde ser joven, mujer y negra es sinónimo de criminalización.
En abril pasado, tras investigar las denuncias formales de la congresista, la Policía Federal de Brasil descubrió en la deep web mensajes de amenaza de muerte contra Talíria Petrone. Al conocerse esta situación, se elevó a las autoridades nacionales y del estado de Río de Janeiro el pedido de garantizar seguridad para Talíria, lo que le fue garantizada la custodia pero solo a nivel nacional, en Brasilia. Tanto ella como el partido al que pertenece, PSOL, lo hicieron en al menos dos ocasiones. Y al no ser escuchada, decidió hacer pública la situación.
Desde su cuenta de Twitter, la legisladora afirmó: “recibo amenazas de muerte desde el año pasado. En abril, la Policía Federal obtuvo informaciones sobre un plan contra mí y desde entonces ando con escolta de la Policía Legislativa en Brasilia” pero denunció que en Río, “el gobierno ignora la seguridad de una parlamentaria elegida”. Informó que el primer pedido fue enviado por Rodrigo Maia (actual Presidente de la Cámara de Diputados), el 23 de abril. “Ante el silencio del gobernador, el alcalde envió un nuevo oficio reiterando la solicitud el 10 de mayo. La bancada del PSOL también envió. Hasta el momento, no tuvimos respuestas”.
Río de Janeiro es el estado más militarizado de Brasil. Donde no casualmente reside el presidente de la Nación, Jair Bolsonaro, y donde asesinaron a Marielle Franco, también del PSOL, el 14 de marzo de 2018. Por este mismo motivo, otro diputado del PSOL, Jean Wyllys, se encuentra exiliado.
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“Cuando la democracia da un paso atrás, sabemos qué cuerpos quedan por el camino”