En Barker, provincia de Buenos Aires, las y los trabajadores están amenazados por el cierre de la planta de Loma Negra. La empresa es una de las principales fuentes de trabajo para quienes habitan el pueblo que se encuentra en peligro de desaparición.
Por Vivian Palmbaum
Barker se ubica a 400 km de la ciudad de Buenos Aires y es una de las localidades del partido de Benito Juárez, provincia de Buenos Aires. Sus 7 mil habitantes están en alerta ante la amenaza de cierre de Loma Negra, su principal y casi única fuente de trabajo. La empresa, que se promociona en internet como “líder en la producción y comercialización de cemento en la Argentina”, propiedad de la multinacional brasileña Camargo Correa, sin embargo está haciendo peligrar el sustento de más de 350 familias.
Las y los trabajadores denuncian que los contratos no se están renovando y que existe una paralización intencional de la fábrica de parte de la empresa. “Esto ya nos sucedió en el 2001 y nos convertimos en un pueblo fantasma”, explicaba Martin Isasmendi, secretario general de la delegación Barker de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA). “Nuestra lucha es en defensa del pueblo entero”, agregó.
Alarma 2001
Sebastian Blanco es trabajador de la empresa Loma Negra y habitante de Barker. Lo entrevistamos para Marcha y relató que un poco después de mediados de marzo pasado le comunicaron al gremio, AOMA, que a cuatro empleados contratados no se les renovaba el contrato y que no iban a reponer los puestos de las personas que se iban jubilando. Esto encendió la alarma de las y los trabajadores, porque la situación se parecía bastante al 2001. “Por ahí parece exagerado que en 300 empleados quieran sacar a cuatro personas, pero nosotros venimos con una herida del 2001 que empezaron igual y de la noche a la mañana sacaron a 80 y la planta cerró”. Ese mismo viernes el gremio convocó con urgencia a una asamblea con todas y todos los trabajadores que decidió para el lunes el inicio de un paro por tiempo indeterminado.
Estuvieron diez días de paro, contaba Sebastián Blanco, “después de los primeros cuatro días sin respuesta la empresa y la Secretaría de Trabajo de Benito Juárez llamaron al gremio a una reunión y ahí nos comunicaron que no iban a reponer los puestos que faltaban y que iban a ir achichando personal”. La continuidad de la medida de fuerza motivó que se llamara a una reunión de conciliación en la Secretaría de Trabajo de la Nación, en Buenos Aires. En una primera audiencia con la Directora de Relaciones Laborales, a la que no asistieron ni el Secretario de Trabajo, ni el de la Producción, tampoco estuvieron representantes de la provincia, les plantearon que se reunieran de manera privada con la empresa, para poder empezar algún tipo de negociación y en allí mismo gestionaron el encuentro para pocas horas después.
“En esa conciliación sale que Barker no les interesa, que quieren cerrar”, expresa Blanco y explica que “después que volvimos del paro, nunca nos dieron tarea, estamos hace muchos días parados. Se paró el horno de Clinker y venimos a estar acá 8 horas sentados”. Ya se hicieron tres audiencias de conciliación, pero aún no se llega a una solución. En algunas participó Dante Sica, Ministro de Producción y Trabajo de la Nación, pero aún no se llega a una solución al conflicto, si bien hasta se acercaron propuestas desde el municipio de Barker para aportar a alguna solución.
El próximo lunes 29 es la fecha de una nueva audiencia de conciliación en la Secretaría de Trabajo de la Nación, donde continuará la instancia de negociación por la fuente de trabajo y de vida del pueblo. Mientras tanto, la empresa no está acatando la conciliación obligatoria, porque la fábrica está parada y Loma Negra mandaba policías adentro de la planta para amedrentar a las y los trabajadores.
No encuentran explicación a la decisión empresarial. Tal como afirmó Isasmendi a los medios locales, “hay menos despacho que el año pasado, pero sólo a nivel local, si uno mira las estadísticas del cemento a nivel nacional se mantienen en valores cercanos a lo que fue el 2015, año de récord histórico de venta de cemento, si bien se está un poco abajo son años buenos. En volumen se habla de 12 millones de toneladas anuales, son buenas cifras. No encontramos lógica a estas circunstancias ni nos dan respuestas respecto de esta decisión”. Lo cierto es que la empresa no ha presentado ningún Procedimiento Preventivo de Crisis que habilite el despido de las y los trabajadores de la planta de Barker, tal como lo establece la ley.
“Vino a comunicar eso, nos dejó esa bomba y se fue”.
La semana pasada estuvo Mariano Primavesi, del directorio del Loma Negra e hizo dos o tres charlas en cada turno, “llama a 7, 8 personas y les comenta que quien está dispuesto a trasladarse está abierto el traslado a otra planta del país, Olavarría es la más cercana, y el que se quiera jubilar o arreglar está en todo su derecho”. Con mucha angustia Sebastián Blanco nos relató: “nos comunicó que no va marchar el horno, no va marchar la fábrica y que la idea de ellos es que de 300 personas, la fábrica se quede con 20, 30 personas, como fue en el 2001”.
Las y los trabajadores relatan que el traslado implica el desmembramiento de las familias. Blanco contó que está pensando en la posibilidad del traslado, pero eso implicaría dejar de ver a sus hijos que viven en Barker. “Somos 300 familias que estamos a la espera, un pueblo de 6 mil habitantes que vivimos exclusivamente de Loma Negra y una penitenciaria, la UP 37, que se logró traer en el 2001 porque no había trabajo. Es una incertidumbre terrible para todos y todas nosotras”.
Barker es el lugar donde se ubicó el segundo horno de Loma Negra en el año 1950, cuando la empresa se estaba expandiendo y la fabrica de Olavarría ya no podía contener la producción de cemento. “Tenemos el apoyo de AOMA Nacional, están en alerta todas las plantas de Loma Negra del país, todas las seccionales y hemos recibido el apoyo de otros gremios, de las multisectoriales de la región, esto se está masificando”, explicó el Secretario General, Isasmendi y además contó que organizaron un fondo de lucha con la apertura de una cuenta en el Banco Nación, en donde reciben el aporte y la solidaridad de las y los trabajadores.
Todo el pueblo está movilizado para resistir esta decisión empresarial. Desde distintas partes del país vienen sumando su solidaridad frente a esta situación que afecta a las y los trabajadores de Barker pero también a sus habitantes en su conjunto.
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