Continuará mañana en Mercedes el juicio contra Yanina Farías. Activistas y organizaciones exigen absolución y libertad para ella y justicia por Xiomara. La radio abierta en las puertas del Tribunal volvió a pedir además que el fiscal desista de imputar a la joven, encerrada y enjuiciada injustamente.
Por Laura Salomé Canteros @laurasalome / Foto: Comisión por la Libertad de Yanina Farías
El pasado miércoles 17 -y previo a un fin de semana largo-, la que hubiera sido la tercera jornada del juicio contra Yanina Farías, la joven de 30 años acusada de no defender a su niña de los golpes de su ex, fue suspendida. Una muestra más de la inoperancia y crueldad de parte de quienes integran el poder judicial. Una forma más de consolidar y perpetuar, desde las instituciones, las violencias machistas sobre los cuerpos y subjetividades de las mujeres jóvenes y pobres.
Yanina Farías está detenida y encerrada sin condena desde el 6 de agosto de 2017. Enfrenta la acusación de “homicidio agravado por el vínculo por omisión” ya que se la acusa de mala madre y no haber defendido a Xiomara de dos años, de los golpes de Alfredo Leguizamón. El proceso comenzó el 29 de marzo y se suma, desde las instituciones, a la larga lista de violencias contra Yanina, quien además de haber padecido las agresiones de Leguizamón sufre el femicidio vinculado de su niña y el alejamiento de sus otros dos niños, de once y seis años, a quienes no ve desde que fue detenida.
Sin embargo, a pesar de la sorpresiva cancelación de la audiencia, fue un día en que las activstas que la acompañan y no la dejan sola, aprovecharon para fortalecer a la joven, quien recibió emocionada el abrazo amoroso y sostenido de sus niños. “Quiero ver a mi mamá, sáquenla ya”, contaron las activistas que decía uno de los niños de Yanina Farías.
“Se necesita una labor interdisciplinaria”, afirmó Alejandro Bois, abogado de Yanina Farías, “porque lo de Xiomara es un femicidio vinculado”. “Yanina debería ser querellante”, afirmó, sin embargo dijo que “de alguna manera se está escuchando nuestra voz”. “Vamos haciendo camino y se va a hacer justicia por Xiomara. Yanina pronto va a estar en libertad”.
“Vamos a estar en todas las jornadas que sean necesarias para reconstruir la verdad histórica que vivió Yanina”, afirmó Bois, convencido de los aportes al proceso de familiares, vecinos/as, psicólogos/as. “Que el Tribunal entienda lo que es la violencia de género, que entienda lo que es su retraso madrativo (de Yanina) y que opere en consecuencia, que libere a Yanina y condene a Leguizamón por el femicidio de Xiomara”, finalizó.
Afuera, la radio abierta se nutría de voces para un “yo te creo hermana” conurbano, donde el amor era regla y la tiranía del sistema para enjuiciar y encerrar sin condena a las mujeres jóvenes y pobres que habitan los barrios, una excepción que se va a derribar junto al heteropatriarcado capitalista. “A una víctima de la violencia de género la reconocemos charlando dos palabras”, decían, “sin ningún título y pateando el barrio nos damos cuenta, porque tenemos perspectiva de género, empatía”. Aludiendo claramente a la falta de capacitación y perspectiva en el enjuiciamiento de Yanina.
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La demanda es clara de parte de las activistas y de organizaciones por los derechos de las personas con discapacidad y organismos de Derechos Humanos como REDI, CELS y CPM que acompañan el juicio: que se respete el contexto de violencias machistas ejercidas por Alfredo Leguizamón al momento de juzgar el hecho del que se acusa a Yanina Farías; que se tenga en cuenta su biografía de derechos vulnerados sistemáticamente y su condición de discapacidad.
El enjuiciamiento es ya una especie de condena: Yanina Farías sigue afrontando las consecuencias de las condiciones de detención en las cárceles argentinas; debe transitar el juicio frente a quien la violentaba y que se muestra amenazante; ve expuesta a la falta de credibilidad su palabra sobre lo que aconteció en el momento del hecho y debe escuchar además cómo los peritos forenses detallan cómo murió su niña, producto de los golpes que ella también recibía.
“Yanina es madre de dos varones que al momento del hecho, tenían 7 y 4 años y de Xiomara, que tenía 2 años y medio. Vivía con su hermana Maira en San Miguel. Yanina cuidaba a sus hijos, sus sobrinos y a otros chicos del barrio ya que sus vecinas confiaban en ella y era muy buena con los chicos, según declaró una testigo y también una de sus hermanas: ‘Ella nos cuidaba a todos’. Además, vendía productos de limpieza”, contó Verónica González, periodista integrante de REDI, una organización que lucha por los derechos de las personas con discapacidad y que acompaña a Yanina en el debate oral.
El 7 de agosto de 2017, según relato de uno de sus niños, Yanina Farías estaba cambiándole los pañales a Xiomara, la nena lloraba y Leguizamón comenzó a pegarle. La golpiza fue brutal y la niña murió en la madrugada del día siguiente en el Hospital Garrahan. Al momento del fallecimiento, Yanina ya estaba detenida acusada del hecho.
La jornada pasada, el fiscal de la causa, Guillermo Altube, confirmó que iba a ampliar la imputación contra Leguizamón a “homicidio con alevosía” y a bajar la imputación contra Yanina Farías a la de “abandono de persona”. En la frustrada jornada se confirmó además que no se realizará prueba testimonial de parte del niño mayor de Yanina Farías, procedimiento que estaba previsto vía cámara gesell ya que él también es una víctima de las violencias.
Tras la suspensión de la que hubiera sido la última jornada y ante el traslado de Leguizamón a su lugar de detención, se escuchó uno de los clásicos cantos feministas: “yo sabía que a los femicidas los cuida la policía”. El juicio continuará entonces mañana, martes 23 de abril, en los Tribunales de Mercedes, provincia de Buenos Aires. El Tribunal Oral en lo Criminal 4 está integrado por Fabián Brahim, Viviana Guerrieri y Miriam Rodríguez. El fiscal que está querellando es Guillermo Altube.
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