Por Claudia Korol
La revolución de las mujeres atraviesa todos los continentes, ilumina todos los cielos, y tiene sus estrellas más brillantes en Kurdistán. Las mujeres kurdas están reinventando los modos de resistir, creando nuevos mundos. Rojava. Jin War. Jineolojy, son sólo algunos de los nombres de los territorios de vida y de los pensamientos rebeldes que se están levantando, en medio de las amenazas, la guerra, los ataques devastadores, las prisiones.
Escribo estas palabras no con la intención de generar entusiasmos pasajeros en tiempos de oscuridad, sino para compartir que quienes nos sentimos convocadas como protagonistas de una revolución -feminista internacionalista, plurinacional, mundial-, no podemos dejar de asumir como propia la lucha de las mujeres de Kurdistán. Asumirla como propia es sabernos y sentirnos sin fronteras, desconocer a los Estados asesinos, reivindicar la libertad para las compañeras presas y para todos los presos políticos, exigir justicia para las y los asesinados, bombardeados/as, expulsados/as de sus territorios por el gobierno criminal de Erdogan, y otros gobiernos de la región, con el apoyo de Estados Unidos y Europa. Afrin es solo una de las poblaciones en resistencia. Necesitamos conocer todos los nombres de los pueblos que siguen siendo bombardeados y atacados, y grabarlos en nuestros corazones como una deuda pendiente: la de su libertad.
Sakine, Leyla, Fidan
El 9 de enero se cumplen seis años del crimen de Sakine Cansiz, Leyla Saylemez y Fidan Dögan, tres mujeres kurdas asesinadas en Paris por un agente del servicio de inteligencia turco, el MIT. Tres revolucionarias, tres compañeras que desarrollaban la diplomacia feminista y popular, en aquella ciudad que se envanece al presentarse como “centro de la civilización”. Su crimen todavía está impune.
Sakine Cansiz era una mujer extraordinaria. Fundadora del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán), fue una de las compañeras que abrieron las puertas a la incorporación de las mujeres en las organizaciones revolucionarias, y luego dieron un paso más organizando a las mujeres en su propio movimiento, el Movimiento de Mujeres de Kurdistán. También es ejemplo de resistencia en las prisiones a las torturas y el maltrato con los que el fascismo espera quebrar los sueños de quienes luchan para cambiar al mundo. Leyla y Fidan eran dos jóvenes luchadoras internacionalistas, que formaron equipo con otras compañeras, en la voluntad de denunciar al terrorismo de ISIS, y a las dictaduras que le dieron cobijo.
Hoy 9 de enero las militantes kurdas serán recordadas en distintos lugares del mundo. En Buenos Aires, la Plaza Francia será intervenida en su memoria, una iniciativa organizada por el Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán.
Por Leyla Güven, y todos/los presos/as políticos/as kurdos/as
En la actividad que se realizará en Plaza Francia, se expresará también la solidaridad y la exigencia de libertad para Leyla Güven, diputada del HDP (Partido Democrático Popular) de Turquía, quien hoy cumple 63 días de huelga de hambre en el penal de Diyarbakir, donde está siendo condenada por sus declaraciones en las que denunció el ataque fascista en Afrin. A pesar de que un tribunal determinó su libertad, la misma no fue efectivizada.
Leyla Güven fue alcaldesa de Kücük Dikili, en Adana, luego de Viransehi, en URFA. La compañera es creativa, tiene una gran capacidad política, y su huelga de hambre no es producto de la impotencia, sino de la decisión de llevar adelante una nueva medida de lucha para denunciar los modos de aislamiento con los que se pretende ahogar la revolución de Kurdistán y asediar sus territorios libres.
Su salud ya está en deterioro debido a la huelga de hambre que inició el 7 de noviembre de 2018 para exigir el fin del régimen de aislamiento de Öcalan, líder del pueblo kurdo, de quien no hay informaciones desde la última reunión que pudo mantener con sus abogados en 2011, y con su familia en septiembre de 2016. La huelga, que ha sido seguida por más de 100 presas y presos en docenas de prisiones, es también por la abolición del aislamiento impuesto al pueblo de Turquía a través de la violenta persecución de opositores y a opositoras.
Jin, Jiyan, Azadi (Mujer, Vida, Libertad)
Las vidas de Sakine Cansiz, Leyla Saylemez, Fidan Dögan, Leyla Güven, son un ejemplo de integridad, en un mundo en el que el patriarcado capitalista promueve el individualismo, el sálvese quien pueda, el consumismo, la comodidad o la adaptación. Hoy nuestros gritos colectivos reclamarán justicia para las mujeres asesinadas, presas, perseguidas, y libertad para su pueblo. Desde el sur del mundo, enviaremos nuestra energía para que así sea.