Por Gerardo Szalkowicz. En las últimas semanas surgieron iniciativas institucionales que promueven la despenalización de la marihuana en casi una decena de países de la región. Primera parte del panorama sobre un debate que se multiplica y que, con Uruguay a la cabeza, vaticina grandes avances legislativos.
Dentro de poco, Uruguay se convertirá en el primer país en que el Estado asuma la regulación de la producción y distribución de la marihuana. Con apoyo de sectores muy divergentes política e ideológicamente (incluso por el secretario general de la OEA), el clamor por la despenalización en América Latina y el Caribe viene tomando fuerza en los últimos años y se multiplicó por estos días en varios rincones del continente. Aquí, un pantallazo de estas novedades en los avances contra las políticas prohibicionistas.
En México, puntapié inicial
El jueves pasado, por primera vez en la historia de México se inició un debate público para discutir la despenalización de la marihuana. Legisladores, especialistas internacionales y organismos de Derechos Humanos participaron del foro tricameral “De la prohibición a la regulación: nuevos enfoques en política de drogas”, realizado en la Cámara de Diputados, el Senado y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
El evento, convocado principalmente por legisladores del Partido de la Revolución Democrática (PRD), se dio en el marco de un creciente debate en la sociedad mexicana sobre las políticas públicas para enfrentar la violencia del crimen organizado. Sobre todo tras el desastre social heredado de la “guerra contra las drogas” emprendida por el ex presidente Felipe Calderón que dejó, en un sexenio, unos 80 mil muertos, 20 mil desaparecidos y 250 mil desplazados.
Ethan Nadelmann, de la organización Drug Policy Alliance, expresó que “necesitamos considerar las lecciones de las políticas prohibicionistas. Además, no existe evidencia concreta en ningún país de que la descriminalización aumente el consumo”. Por su parte, Fernando Belaunzarán Méndez, diputado por el PRD, argumentó: “No existe un solo caso de muerte por sobredosis de marihuana, en cambio sí sabemos de las miles y miles de muertes que provoca el alcohol o el cigarro”. En tanto, Steve Rolles, de la Transform Drug Policy Foundation, expuso que “con la legalización se controlan los mercados y se le quita el control al crimen organizado”.
Días atrás, 67 artistas e intelectuales mexicanos lanzaron una carta pública en la que sostienen: “México ha pagado un alto costo por aplicar la política del prohibicionismo, la despenalización de la marihuana sería un gran avance”. La firman, entre otros, Marta Lamas, Javier Sicilia, Gael García Bernal, el ex canciller Jorge Castañeda y Juan Villoro.
En las próximas semanas, el PRD presentará una iniciativa integral que se prevé sea debatida en 2014 y que, aunque con escasas chances de ser aprobada en el congreso nacional, todo indica que tendrá luz verde en el legislativo del Distrito Federal, donde el PRD tiene mayoría.
El debate sobre el tema en México está influenciado, además, por los cambios que está habiendo en su vecino del norte, donde 20 Estados ya legalizaron la marihuana (18 para uso medicinal y dos para recreación).
De Guatemala a Guatemejor
En Guatemala, el que lleva la voz cantante a favor de la despenalización del cannabis es su propio presidente, el ex general conservador Otto Pérez Molina. Tal cual había hecho en su discurso ante la ONU en 2012, su mensaje del jueves pasado en una nueva Asamblea General tuvo como epicentro la propuesta de “buscar nuevas rutas para combatir al narcotráfico”.
Pérez Molina indicó que los 50 años transcurridos desde la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 “son tiempo suficiente para evaluar que no obtuvimos los resultados que esperamos”.
“Se tiene que hacer un cambio en el paradigma”, afirmó y llamó a “que se dejen de aplicar políticas de prohibicionismo que han sido prácticas fallidas en los últimos años”.
El mandatario aprovechó para reunirse en Nueva York con José Mujica y consultarle sobre la iniciativa uruguaya. Además, comentó que en 2016 la ONU realizará una asamblea para discutir cambios al protocolo sobre la lucha contra las drogas.
Puerto Rico libre
En la sociedad puertorriqueña, el debate se instaló a partir del proyecto de ley presentado recientemente por el senador oficialista Miguel Pereira (ex fiscal federal y ex jefe de Policía), que propone despenalizar la posesión de hasta una onza (28 gramos) de marihuana a mayores de 21 años.
La discusión parlamentaria comenzó el 17 de septiembre y busca enmendar la Ley de Sustancias Controladas, de 1971, que establece penas de hasta cinco mil dólares de multa y tres años de prisión para quien “posea alguna sustancia controlada”.
“Dejémonos de hipocresías -expresó Pereira durante las audiencias públicas-. La ilegalidad actual de la marihuana es un permiso de facto al enriquecimiento del narcotraficante sin ningún beneficio al Estado ni a la ciudadanía. Mientras el Estado se rehúse a reconocer que la clandestinidad es el alimento, estamos de alguna forma siendo cómplices”.
La iniciativa despertó el apoyo en diversos ámbitos, sobre todo universitario y empresarial, pero tiene entre sus principales detractores al gobernador de la isla, Alejandro García Padilla, quien en pocas palabras le bajó el pulgar: “Ese proyecto no va”.