Por Vivian Fernandes /
Junto a María, tuve que recodar otros nombres nuevos, compañeros de viaje que observaba mientras repetía sus nombres mentalmente, obsesivamente. No quería ser yo quien arruinara el plan.
Cuando arribamos, una señora saludo con una sonrisa. Ella no estaba sola, la acompañaba otro señor, ambos se presentaron. Así como yo no era María, ella no era Yaneth; pero la sonrisa junto al abrazo creó un lazo de confianza. Sentí como si ella fuera un familiar, quien sabe una tía.
El grupo partió en camioneta por las calles de Cali, atravesando diversos barrios. En cada uno de estos, Yaneth hacia algún comentario sobre comidas y bebidas de la región. El tiempo corría y no tendríamos tiempo de compartir un café.
Después de media hora, Yaneth y el conductor se despiden, y otro hombre toma el volante. Recorrimos durante algunas horas rutas zigzagueantes, moviéndonos de un lado a otro de manera incesante.
Intentaba entender hacia donde nos dirigíamos, observando las señales de la carretera; había estado observando los mapas el día anterior; solo sabía que nos dirigíamos al pacífico.
Luego de unos cientos de kilómetros recorridos, llegamos a un pequeño poblado, adentrándonos unas cuadras en él. Agradecí no haber desayunado, ya que las curvas en el recorrido me habían dejado un poco mareada; sabiendo, además, que nos esperaban un par de horas en lancha.
Una joven con un piercing en la ceja parecía ser nuestra guía de viaje, nos preguntó si queríamos jugo, yogurt, comer algo. Todos estábamos bien. Subimos a la lancha, bancos de madera, exceso de pasajeros y equipaje.
Muchas botellas de agua en una bolsa, algunas frutas, y nuevas personas sonriendo en nuestra dirección. Pocas veces me sentí tan perdida e, incompresiblemente, tan segura. No tuve necesidad de preguntar nada a nadie, apenas seguir las instrucciones y sumergirme.
El viento se sentía fuerte en la cara, y remolinaba el pelo. Cada vez que la lancha galopaba en el rio – parte de la Cuenca del Río San Juan-, era como si pasáramos por una calle destruida. La humedad ambiente ya se sentía en la piel; alrededor, una espesa vegetación se perdía en el río, crecido por la época.
En las márgenes, y junto a nosotros en la lancha, los rostros negros e indígenas componían un nutrido abanico de tonalidades. Casi no había “blancos”, salvo por nosotros, únicos con cara de extranjeros en aquella embarcación.
El paisaje terminaba de componerse con las casas flotando en el rio, sostenidas por columnas de madera. Cruzábamos canoas y botes, conducidas por niños, hombres, mujeres y ancianos, en muchos casos acompañados de sus perros. Yo no lograba quitar la mirada de todo lo que sucedía alrededor, hasta que me dormí, ayudada por el balanceo de la lancha.
Llegamos a destino, o casi. Bajamos de la lancha y junto con nosotros descendieron otras personas. Ahora cobraba sentido la reserva de lugares para la lancha realizada durante el viaje en camioneta.
Un pueblo medio fantasma nos recibía. Por tratarse de la hora del almuerzo, imagine que los moradores estaban comiendo o durmiendo la siesta, ya que el calor era intenso.
“¿Qué número calza usted?” Con esa pregunta entendí que mis zapatillas deportivas no serían suficientes para seguir el camino, y me entregaron unas botas negras de caña alta, las usadas para el trabajo en el campo.
Pensé que iríamos a recorrer un largo camino a pie a través de un riachuelo, muy por el contrario; embarcamos en otro bote, esta vez más pequeño. En esta instancia comenzamos a presentarnos, con nuestras identidades de ocasión.
Con la ansiedad en aumento, intentaba relajarme mirando el escenario circundante. De pronto, una lancha veloz con jóvenes vestidos con ropa militar, fusiles y brazaletes rojinegros con las letras ELN grabadas, rasgo el paisaje.
En ese momento, mire a Gustavo, a Jorge y a los demás, y reímos. Lo que siempre sabíamos, pero nunca expresamos, se materializó: estábamos en territorio del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la mayor guerrilla en actividad en América Latina, creada en 1964.
1962
Fundação da Brigada José Antonio Galán (BJAG) por estudantes colombianos que estudavam em Cuba através de um programa de bolsas do governo revolucionário cubano. Período de lutas estudantis na Colômbia.
1963
Membros da BJAG exploram várias regiões colombianas para selecionar a área de assentamento do grupo guerrilheiro.
1964
Realização da 1a Marcha Guerrilheira do ELN, no dia 4 de julho, em direção ao seu acampamento inicial, que gerou a tomada do município de Simacota, Departamento de Santander do Sul. Esta ficou conhecida como a data de fundação do ELN.
1965
Tomada de Simacota, em 7 de janeiro. É publicado o Manifesto e o Programa do ELN. Em outubro, o sacerdote Camilo Torres se incorpora ao ELN, vindo do movimento Frente Unido.
1966
Camilo Torres faz um chamado para a luta revolucionária ao povo colombiano. Meses depois, o sacerdote cai em combate.
1967
O ELN realiza o sequestro de um avião da Avianca com 46 pessoas, que é levado a Cuba.
1968
Problema internos no ELN, com duração de anos, que terminam com conflitos e fuzilamento de combatentes.
1969
Os sacerdotes espanhóis Manuel Pérez, Domingo Laĩn e José Antonio Jiménez Comín chegam à guerrilha.
1971
O ELN promove um atentando contra o General Álvaro Valencia Tovar, quem esteve à frente da operação na qual caiu Camilo Torres.
1972
Tomada de várias cidades pelo ELN.
1973
Operação Anorí com 33 mil homens do Exército colombiano contra 100 guerrilheiros. Maior operação militar da história da Colômbia. Após a ação, há vários desertores do ELN, o que coloca a guerrilha em uma grave crise.
1974
Primeira Assembleia Nacional do ELN, a “Assembleia de Anacoreto”.
1976
Avança o processo de reorganização do ELN com a criação de frentes guerrilheiras e da Direção Nacional, com responsáveis dessas frentes, que também conformam suas redes urbanas.
1977
Racha no ELN com a criação do setor chamado “Replanteamiento”, que propõe cessar a luta armada.
1981
O ELN impulsiona as Jornadas Camilistas e Comuneras no país.
1984
Lançada a Campanha Nacional político-militar pela Soberania e a Defesa dos Recursos Naturais pelo ELN, que também realiza a campanha “Camilo Vive”, com ações de massas e de propaganda armada, além de articulações internacionais.
1986
Primeiro Congresso do ELN, com definição de tática, estratégia e política de massas. Manuel Pérez e Nicolás Rodríguez são os novos porta-vozes da organização.
1987
Criação da Coordenação Guerrilheira Simón Bolívar, com distintos grupos guerrilheiros, como as FARC. O ELN desenvolve a campanha “Desperta Colômbia, estão roubando o petróleo”.
1989
Em meio à forte repressão contra líderes sociais nos anos anteriores, o governo declara os ilegais os protestos e militariza o país. Segundo Congresso “Poder Popular e Novo Governo” do ELN.
199
Participação na Assembleia Nacional Constituinte.
1996
3o Congresso do ELN, sob o lema “Somos Revolução, Construímos Poder e Triunfaremos”, com a concepção do poder popular como estratégia.
1997
Boicote eleitoral promovido pelo ELN e uma greve armada em dez departamentos.
1998
Falecimento do comandante Manuel Pérez.
2000
Para retomar o início formal dos diálogos, o governo restabelece o status político do ELN. Grande operação militar do Estado que gera mais de 70 combates com baixas em ambos os lados.
2004
No governo do presidente de extrema direita, Álvaro Uribe, desata-se a maior perseguição contra dirigentes sociais. Tentativa de negociação entre governo e ELN.
2005
O ELN denuncia que a desmobilização de paramilitares anunciada pelo governo é uma farsa.
2006
4o Congresso do ELN, que criou uma Proposta de Nação, Paz e Equidade.
2007
O ELN foca em contribuir na reconstrução do movimento popular.
2012
Eleito em 2010, o governo de Juan Manuel Santos anuncia diálogos de paz com as FARC, o que seria o foco de seu mandato.
2014
Começam os diálogos de paz, ainda não públicos, entre ELN e governo de Santos, tendo como sede o Equador.
2015
5o Congresso “ELN 50 anos – Raízes, Lutas e Esperança Junto ao Povo”, com o maior número de delegados eleitos nas frentes urbanas, rurais, especializadas e da frente internacional.
2016
ELN e governo anunciam o início da fase pública dos diálogos de paz, que contém seis pontos: Participação da sociedade; Democracia para a paz; Vítimas; Transformações para a paz; Segurança para a paz e abandono de armas; Garantias para o exercício da ação política. Assinatura de acordo de paz entre FARC e governo.
2017
Instalação da mesa formal de diálogo entre ELN e governo no Equador.
2018
Suspensão dos diálogos de paz. Após esse fato, o ELN realiza uma greve armada para retomada dos diálogos. Incerteza da continuidade dos diálogos com a chegada à presidência, em agosto, do herdeiro político de Uribe, Iván Duque, de extrema direita.
*Fonte: Livro “Camilistas – Vigencia de una tradición revolucionaria de Nuestra América”
Pregunte a uno de los compañeros de viaje si aún era el Valle del Cauca. El me explico que por la distancia recorrida ya estábamos en el departamento colombiano del Chocó. Y kilómetros más arriba podríamos encontrarnos con la frontera con Panamá.
Luego de unos minutos, apagaron el motor de la lancha, y fuimos aproximándonos hacia una casa. Miro para arriba, un joven indígena, con corte de cabello moderno, uniforme militar con brazalete del ELN y un fúsil en la mano nos sigue con los ojos. Santiago comenta sonriendo: “Algunos años atrás no se permitía ese corte de cabello”.
Saltamos de la embarcación, subimos una pequeña loma de barro y fuimos invitados a entrar en la casa donde vivía un matrimonio de abuelos, su pequeño nieto y unos tantos niños y niñas.
Fue el momento de dar las buenas tardes, algunos apretones de manos y sonrisas, y de vuelta al bote. Los diversos cambios en los medios de transporte parecían tener un objetivo: confundirnos; y principalmente, dejar la menor cantidad de pistas posibles.
Luego de un corto trayecto la pequeña embarcación arribaba a nuevo destino. Allí nos recibía un hombre alto, con uniforme militar junto a una bandera roja y negra del ELN extendida. Se presentaba como el Comandante Uriel.
Nos encontramos con decenas de hombres y mujeres, la mayoría jóvenes, con sus fusiles en mano. Uno por uno, y apretones de manos de por medio repetía: “Un gusto, María”. Parecía que la nueva personalidad me invadía.
Una galería amplia bordeaba la casa, en la esquina de esta me recosté y sonreí por dentro. Mirando la selva que nos rodeaba, y las personas que nos recibían, pensé en lo que me esperaba por conocer.
Luego de los saludos, nos convidaron con jugo de avena y nos invitaron a formar una ronda. Círculos de palabra entre medio de fusiles, una escena que se repetiría en los próximos días.
Entre todos, nos presentamos. Yo, María, de Brasil, junto con los compañeros argentinos que me acompañaban, y varios muchachos –guerrilleros y guerrilleras de todas partes de Colombia. Negros, indígenas, blancos, rostros de la región y de otros departamentos del país.
Mi objetivo era conocer más sobre ELN y hacer entrevistas, fue así que me presente. Luego del círculo, me invitaron a conversar con Lucía, una joven y hermosa mujer que tenía un acento y manera de hablar tipo urbano, había escogido el campo, la guerrilla; como su lugar de militancia.
Solo las dos, sin grabadora y con un cuaderno de notas como apoyo, así comenzamos la charla. Ella me explicaba dónde estábamos: El Frente de Guerra Occidental – Omar Gómez del ELN.
Estamos en Chocó
En el occidente colombiano se encuentra el departamento del Chocó, único que posee salida hacia el océano Pacifico– hacia donde desemboca el Rio San Juan – y hacia el Atlántico, al Mar del Caribe. Es la región más empobrecida de Colombia y su población está formada por comunidades negras e indígenas en su mayoría.
Con más de 500 mil habitantes, Chocó posee un 82% de su población conformada por afro-colombianos, es decir, 9 de cada 10 personas son negras, de acuerdo con Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Según el organismo gubernamental, en su último relevamiento de 2011, Chocó es el departamento colombiano con el índice más alto de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), alcanzando el 79,19% de su población, frente al 27,78% de la media nacional. Dentro de este marco de personas consideradas pobres, el índice de miseria llega al 32,24%.
Otro estudio realizado por la Defensoría del Pueblo, del año 2014, titulado “Crisis Humanitaria en el Chocó”, apunta graves problemas de desnutrición infantil, insalubridad pública, falta de asistencia de salud, precariedad en la cobertura y en la cualidad de la educación e impactos en el ecosistema.
El documento destaca también que niños, adolescentes, mujeres y ancianos, así como las comunidades negras e indígenas, además de las personas en situación carcelaria, están en situación de vulnerabilidad. “Chocó sigue siendo uno de los lugares del país donde la garantía efectiva de los derechos humanos de la población es más limitada”.
Los datos solo refuerzan el escenario visible para quien recorre la bahía del Río San Juan, y así lo plantea Lucía en nuestra conversación.
El departamento del Chocó, sin embargo, es rico – comentaba Lucia – con gran cantidad de recursos naturales: oro, plata, bosques, petróleo; además de gran cantidad de ríos y salida para ambos océanos. Aquí se encuentran los intereses del Estado colombiano y de las empresas nacionales y transnacionales, explicó.
“El Estado va hacia donde las transnacionales se mueven ”, afirmó Lucía, enumerando una serie de proyectos mineros y de infraestructura de transporte ya en marcha o con previsión de implementación en la región, como los que conectan a Colombia con Panamá.
Con base en estos intereses empresariales, las poblaciones son engañadas constantemente para que salgan de su territorio, o peor, son forzadas a abandonarlo por medio de la violencia, los desplazamiento, es decir, salida a la fuerza de los territorios.
Además de la actuación del Ejército colombiano, Lucía mencionó el papel desempeñado por los paramilitares, que también dominan el narcotráfico, con las salidas de drogas para América Central a través de la región del Pacífico colombiano.
En la política institucional regional, la guerrillera expreso que “no importa el partido, el dinero es lo que mueve”, destacando que, en su visión, Chocó es el “departamento donde hay más corrupción en el país”. Para ella, de manera general, allí quien gobierna es del sector conservador.
¿Y el ELN en ese contexto? Lucía explicó que la actuación de la guerrilla acaba siendo un factor de resistencia para el avance de las multinacionales y su explotación de la población y de la naturaleza. Eso acaba incomodando al Estado colombiano, que incide en el conflicto por medio del Ejército.
De los 30 municipios del Chocó, el ELN está presente en casi todos, conto luego Lucía. El accionar guerrillero se concentra en el trabajo de formación política y organización de las comunidades, además de la fuerza armada. La articulación guerrillera se da también con organizaciones de la sociedad civil y comunitaria, y con sectores de la Iglesia Católica ligados a la Teología de la Liberación.
Sobre la forma de financiamiento de la guerrilla, Lucía cuenta que se cobran “impuestos a las actividades económicas, por ejemplo, impuesto a los que compran y transportan madera, minería y hojas de coca; pero nunca a quien produce, no tiene sentido”, explica, argumentando que están allí para defender las comunidades y actuar junto con ellas.
La guerra en la comunicación
En el interior de la guerrilla, las fotos y vídeos son permitidos solo en algunas situaciones y siempre cubriendo los rostros de los guerrilleros. De los visitantes se espera respeto y compresión de los límites de seguridad establecidos.
Con estos criterios, Gustavo y Jorge toman fotos de los guerrilleros en formaciones y simulaciones de actividades de entrenamiento y combate.
Desde el último período, a mediados de 2017, el Frente de Guerra Occidental – Omar Gómez del ELN decidió avanzar en una nueva estrategia de actuación, la comunicacional. Se abrieron cuentas en las redes sociales además de un blog propio, a través de los cuales promueven el dialogo directo con la población colombiana y de otros países.
Entre comunicados, fotos de actividades con las comunidades y artes gráficas de fechas históricas, mensajes de lucha y denuncias, postean mensajes con frecuencia, directamente de la guerrilla, y de la “estética guerrillera” que defienden en sus producciones.
Lucía explicó que evaluaron la importancia de personificar algunas páginas para mostrar que había personas construyendo la guerrilla y crear identidad a partir del carácter humano. Por esto, el Comandante Uriel se encuentra en páginas y perfiles de Twitter e Instagram, en Vimeo y en un blog, además de su sitio web oficial del ELN.
Otras páginas en Facebook y Youtube intentaron se creadas, pero “cinco minutos después de la creación, ellos borraban las cuentas, sin explicar por qué”, relató.
Aun con bajo nivel de llegada, las cuentas son una apuesta a incidir en el pueblo que se encuentra distante del accionar guerrillero. Para eso, un contacto de WhatsApp y un e-mail del Comandante Uriel son los canales directos de conversación con los interesados en conocer más sobre este Frente de Guerra del ELN.
Por medio de WhatsApp los guerrilleros promueven un ciclo de debates y estudios con los interesados, con envíos constantes de textos formativos, los llamados Colectivos Virtuales de Estudio y Trabajo. Además de los textos, ellos incentivan que las personas actúen en la difusión de estas informaciones y acciones, como collage de imágenes y apoyo al ELN en las redes sociales.
A partir de ese primer contacto formativo, ellos buscan, en algún futuro, invitar a los participantes interesados a visitar los territorios. No solo colombianos buscan el contacto con la guerrilla, según contaron, también extranjeros.
Una apertura mayor para que periodistas nacionales y extranjeros visiten los campamentos de la guerrilla ya se inició. Se contabilizan cerca de 20 medios de comunicación que visitaron los diferentes frentes de guerra del ELN en este último período.
No todos los que buscan a la guerrilla son invitados, primero es necesario transitar un camino de diálogos y evaluaciones sobre las intenciones y la línea editorial de cada agencia. Es preciso un mínimo grado de confianza, también para preguntas respondidas por e-mail o envío de vídeos.
Interrogados sobre el balance de esta cobertura de la prensa, ellos evalúan que, en general, son honestos: aunque no apoyen la guerrilla, no buscan difamarlos. Así mismo ha habido casos de “manipulación de las entrevistas, cortando las declaraciones y dando un sentido diferente a lo que fue dicho”, como contó Lucía, pero ese es un riesgo que ellos están dispuestos a correr, como tantos otros.
Pregunto cómo manejan la seguridad digital en la clandestinidad de la guerrilla. Comandante Uriel y Lucía son los más involucrados en esta tarea, explican que por conocimiento autodidacta y con la ayuda de ingenieros de confianza, buscan formas de establecer una comunicación segura, criptografías, llaves de seguridad y conexión de internet satelital.
Muchos por ahí poseen celulares y, de vez en cuando, se los ve tomando alguna foto o simplemente mirando la pantalla. Para el manejo de las redes sociales, los celulares son otros, según ellos, cambiadolos constantemente y conectados solo en situaciones especificas. Quien posee computadoras, realiza la mayoría de los trabajos offline y apenas se conecta en la hora de enviar o recibir información.
La televisión está presente en diversos hogares, con trasmisión satelital. Compartimos junto con la familia que nos alojo en las noches, el noticiero de la emisora hegemónica del país, una especie de Noticiero Nacional como de Rede Globo (Noticiero Brasileño).
En una mirada rapida, se podría decir que cada diez noticias, siete son sobre temas relacionados a las guerrillas o los Diálogos de Paz, sea con el ELN o de los acuerdos con las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), actual partido de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.
Juventud Guerrillera
Sin reloj y los celulares apagados, las conversaciones detienen el tiempo. En una especie de almuerzo y cena en el mismo plato – arroz y gallina, base local de alimentación- vimos la noche caer.
Y si la oscuridad llega, el día finaliza, al menos para nosotros, los guardias nocturnos se organizan. En un juego de luces de linternas, los jóvenes guerrilleros toman mochilas, fusiles, apilan sillas y terminan de limpiar platos, cubiertos y vasos – lavados en la rivera del río.
Para desplazarse hasta el lugar donde iríamos a dormir, era necesario tomar una canoa estrecha, apenas dos personas por asiento, con un motor pequeño y no muy ruidoso. Mantenerse en calma en la oscuridad, en el barranco, hasta la lancha y dentro de ella fue el mayor desafío que enfrentaba hasta aquí.
De repente, el motor se detuvo, en medio del río; con una linterna encendida, para no llamar la atención, los guerrilleros comenzaron a moverse para llegar al motor y ver cuál era el desperfecto. A cada paso que daban, la canoa se inclinaba para un lado, y era necesario equilibrar el peso para el otro. Algo casi intuitivo, ya que no podíamos conversar o hacer mayores ruidos.
El ruido del motor corto el silencio de la noche en aquel bosque húmedo. Ahora con el viento nuevamente en mi rostro, pude observar el majestuoso cielo estrellado y el contorno de las sombras de la vegetación. A mi lado aparece Venus, un perro criollo medio amarillento por el barro, una de las mascotas de los frentes guerrilleros, siempre sentada en los asientos delanteros de la canoa, como se estuviese disfrutando de la brisa de la noche.
Nuevamente la tranquilidad me invadió, con la inocencia de quien desconoce los peligros de estar en una zona de conflicto armado. Me iba acostumbrando a estar entre jóvenes en ropa de fajina, fusiles en las manos y cintas roji-negras.