Marcha
    Facebook Twitter Instagram YouTube
    Facebook Twitter Instagram
    MarchaMarcha
    • Quienes somos
    • Sin Fronteras
      • Democracia
      • Derechos Humanos
      • Economia
      • Extractivismo
      • Migraciones
      • Política
      • Opinión
    • Feminismos
      • Derecho a Decidir
      • Violencias
      • Entrevistas
      • Librelocalab
      • Nuestra América
      • Trata y explotación sexual
      • Opinión
    • Especiales
      • ¿Quién defiende a lxs defensorxs?
      • #SomosMultitud
      • Defensoras. La vida en el centro
      • ¡Nosotres Sim!
    • Niñez
      • Crianzas
      • Derechos
      • Educación
      • Nuestramérica
    • Deportes
      • Opinión Deportes
      • Crónica
      • Pinceladas
      • Otras Yerbas
    • Culturas
      • Películas y series
      • Libros
      • Entrevistas
      • General
      • Especiales
      • Música
      • Teatro
      • Yo estuve ahí
    • Marcha 10 años
      • Ciencia y Tecnología
      • Economía
      • El País
      • Especiales
      • Opinión Nacionales
      • Policiales
    • Archivo Fotográfico
    Marcha
    Home»Sin categoría»Por qué colgarse con The Wire
    Sin categoría

    Por qué colgarse con The Wire

    27 enero, 20126 Mins Read
    Compartir
    Facebook Twitter LinkedIn Pinterest Email

    the wire

    Por Pedro Perucca. Veranito, vacaciones, tiempo un poco más libre. Ideal para mudarse durante cinco temporadas a un monoblock de los suburbios de Baltimore, estado de Maryland, y verse íntegra la multipremiada serie The Wire. Si el FBI nos lo permite, claro.

     

    Cualquier excusa es buena para volver a hablar de The Wire. Ahora aprovechemos la noticia de que las universidades de Harvard (EEUU) y Nanterre (Francia) han decidido tomarla como base para una serie de clases magistrales sobre problemáticas sociales urbanas en los EEUU, desde el tráfico de drogas y el rol de la policía hasta los problemas y desigualdades sociales derivados del pervivente racismo, apoyándose en su lúcida vivisección de las miserias de la política y de la justicia y en una mirada crítica que no perdona la corrupción y burocracia de ninguna de las instituciones presuntamente intocables del orden capitalista.

    Y está muy bien. Es más, tendría que ser de visionado obligatorio en todas las secundarias y universidades. Aunque no sea para organizar ninguna clase magistral. Para verla, nomás. Simplemente porque es una de las mejores series emitidas por la TV yanqui en la última década. Lo que no es poco decir en estos tiempos norteamericanos en que la inteligencia parece haber abandonado definitivamente Hollywood para instalarse en algunas series de televisión.

    El segundo círculo del infierno está reservado a los que saben que deben ver The Wire pero no encuentran el tiempo para hacerlo, el primero para quienes ni siquiera saben qué es. Para ellos y ellas, pobres almas condenadas, digamos que se trata de una serie emitida por HBO en cinco temporadas, entre 2002 y 2008. Ya un poco más difícil es contar de qué va la cosa. El título hace referencia a las escuchas telefónicas policiales (the wire significa, literalmente, el cable). En español le pusieron “La escucha” (y estuvo bien, porque “La pinchadura” era una pésima elección titulera). Y la primera temporada más o menos tiene que ver con eso ya que aborda las viscisitudes de un equipo de policías de la ciudad de Baltimore que trata de construir un caso contra un capo narco de la ciudad mediante una serie de escuchas telefónicas. Con esa excusa la serie nos muestra creíblemente (increíblemente para la TV que conocemos y criticamos) el mundo del tráfico en unos monoblocs de las afueras, la particular escala de valores barrial, la corrupción y las mentiras políticas, la débil humanidad de la justicia, la brutalidad y burocracia policiales.

    Y luego la serie explota al mundo, a los múltiples mundos que conviven y se superponen en una ciudad occidental moderna. Si en la primer temporada más o menos se ajusta al escenario típico de la serie “policial”, en las cuatro siguientes se abrirá a los mundos del puerto de la ciudad (containers, sueños proletarios, sindicalismo obrero y contrabando, promesas políticas incumplidas), de la alta política (corrupción, vínculos con el narcotráfico, roscas con la policía, promesas políticas incumplidas), de las instituciones educativas (límites de la contención de la escuela en relación con los jóvenes marginales, abnegación docente, promesas políticas incumplidas) y de los medios de comunicación (redacciones, presiones y mordazas para los periodistas, mentiras y manipulaciones al servicio del poder, promesas políticas incumplidas).

    Mario Vargas Llosa, uno más del club de fans, en sendos artículos en El País y la Nación, sostiene que luego de la experiencia The Wire uno sale “reconciliado con la fauna humana” y la compara sin pudor con “una de esas grandes novelas decimonónicas -las de Dickens o de Dumas-” porque “tiene la densidad, la diversidad, la ambición totalizadora y las sorpresas e imponderables que en las buenas novelas parecen reproducir la vida misma (en verdad, no es así, pues la vida que muestran es la que inventan), algo que no he visto nunca en una serie televisiva, a las que suele caracterizar la superficialidad y el esquematismo”.

    Uno de los secretos detrás de la descojonante eficacia de The Wire tal vez tenga que ver con que se nota que sus autores son gente que realmente conoce el paño y sabe de lo que está hablando. David Simon, además de escritor, fue muchos años periodista en el Baltimore Sun y Ed Burns fue detective de homicidios y narcóticos en la ciudad.  Burns luego también escribió la multielogiada y multipremiada serie Generation Kill.

    Otra clave es el impresionante nivel de todas las actuaciones. Por su misma estructura compleja, The Wire no es ese tipo de series donde el carisma de uno o dos actores principales puede justificar un casting más desparejo porque para poder abordar esa multiplicidad de mundos de los que hablábamos la serie necesita de muchos personajes interesantes, creíbles, centrales. Y la verosimilitud conseguida no sólo se basa en el inusualmente alto nivel actoral de todo el elenco sino también en que se apeló a actores no profesionales que pudieran darle una voz auténtica a esos sectores marginales que usualmente aparecen desfigurados y caricaturizados tanto en el cine como en la TV. Algunos de ellos hoy están presos por tráfico, de hecho.

    Por último, para mencionar solamente tres de los puntos más altos de un producto lleno de puntos altos también en cuanto a guiones, fotografía y edición, además la serie alardea de un buen gusto musical enorme ya desde los títulos inciales. Todas las temporadas abren con diferentes versiones del preocupante Way down in the hole, un tema de Tom Waits del disco Frank wild years, de 1987.

    Y, como si esto fuera poco y en una excepcional oferta de principios de año, The Wire además nos puede servir de link con algunas otras series notables. Siguiendo la carrera de algunos de sus actores podremos encontrarnos con que Wendell Pierce y Clark Peters (Bunk y Lester Freamon, parte del equipo de detectives de la serie) siguieron con Treme (jazz de New Orleans y antibushismo radical post Katrina, con John Goodman y Melisa Leo -¿qué más se le puede pedir a la vida?-, con una primer temporada excepcional y una segunda bastante más pobre) y con que Edris Elba (el mafioso elegante “Stringer” Bell) ahora está trabajando en gran policial inglés Luther. Y habrá que ver The Hour tan sólo porque allí vuelve a aparecer Dominic West, quien en The Wire supo componer al losser y brillante detective Jimmy McNulty, uno de los personajes más interesantes, queribles y complejos que se hayan visto en la pantalla chica.

    Lamentablemente, The Wire duró apenas 60 capítulos.

    También te puede interesar

    8M en Argentina: un pacto feminista contra un gobierno asesino

    7 marzo, 20243 Mins Read

    Balotaje 2023: todes con Massa contra Milei y la casta del PRO

    9 noviembre, 20235 Mins Read

    Argentina: Esta no es una elección más

    19 octubre, 20233 Mins Read
    Podcast

    Marcha Noticias

    Domicilio legal: Llerena 2579, Código postal 1427
    Dirección de correo electrónico: marchanoticias.org@gmail.com

    Registro de Propiedad intelectual RL-2021-78108500-APN-DNDA#MJ

    Ciudad Autónoma de Buenos Aires
    ARCHIVO
    MARCHA_ARCHIVO
    Descargar
    Manual
    Facebook Twitter Instagram YouTube

    Enter para buscar. Esc para cancelar.