Por Miranda González* / Foto: Caro De Luca
A dos meses de la decisión política del Senado de la Nación de votar en contra de nuestros derechos y rechazar la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, seguimos luchando. También por la Educación Sexual Integral (ESI) en todas las escuelas del país.
Soy parte de la Red de Docentes por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Una red que nos encuentra en casi todas las provincias del país, desde el nivel inicial hasta el superior, incluyendo la universidad, y en modalidades como especial y contexto de encierro. Una red que lucha por el derecho al aborto, pero en general por todos los derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos.
Lo que no avanza retrocede, así pasa si no avanzamos con la Educación Sexual Integral (ESI), si no la profundizamos y le damos lugar a planteos reaccionarios. La Ley 26.150 fue el producto de luchas, pero su texto hoy nos queda chico. Fue desbordada por un sujeto que la ley pensó pasivo, el estudiantado, un sujeto que demostró que no sólo exige la implementación de la ESI, sino que tiene un rol activo en la construcción crítica de conocimiento en torno a la ESI y los derechos sexuales.
Si bien concebir a la ESI como derecho es posible por la existencia de una Ley, que reconoce a niñxs y adolescentes, como sujetos plenos de derecho; en la práctica esto sigue negándose y, por eso, grupos fundamentalistas pueden salir con afirmaciones que parecen indicar que se sienten dueños de sus hijxs. Lejos de ello, lxs niños y adolescentes deben contar con adultxs que cumplamos con el deber de protegerlos, acompañarlos y garantizar sus derechos. Pero además, la 26.150 también fue desbordada por un movimiento que, si bien la gestó, fue excluida de ésta por las concesiones que se hicieron a espacios confesionales: el feminismo.
Por eso, seguimos sosteniendo que los derechos se consiguen luchando, y vamos a luchar por que se vote y apruebe en el Congreso el proyecto que incorpora en el Artículo 1 la perspectiva laica y científica de la ESI; que elimina las arbitrariedades institucionales a las que da lugar el vigente Artículo 5; que establece el “orden público” de la Ley, para terminar con la discrecionalidad de las jurisdicciones respecto de su aplicación y contenidos; y que incluye en el Artículo 2, las leyes en relación a los derechos sexuales sancionadas con posteridad, como la Ley de Identidad de Género y Matrimonio Igualitario.
Asímismo, como celebramos estos grandes progresos que el Proyecto propone en materia de ESI, creemos importante seguir conversando sobre la incorporación de ciertas cuestiones que consideramos imprescindibles: la incorporación en el Artículo 2 del fallo F.A.L. de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el Protocolo I.L.E. para la Interrupción Legal de los Embarazos; que se incorpore la formación gratuita, permanente, en servicio a docentes, personal no docente y equipos de conducción. También es crucial exigir la supervisión desde el Estado y el monitoreo desde la sociedad de la implementación de la ESI en todas las modalidades y de gestiones educativas. Y, por supuesto, la incorporación explícita de la perspectiva de géneros y disidencias en la definición integral de la sexualidad.
Necesitamos que el Proyecto de modificación de la ESI se vote a la brevedad. Porque la implementación efectiva para decidir, en bienestar, con libertad, placer y desde el ejercicio de los derechos es parte constitutiva de nuestra Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
La sociedad, lxs niñxs y adolescentes la han hecho suya…la ESI es un derecho y ¡no lo entregamos, lo profundizamos! Por eso también decimos: ¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir!
*Integrante de la Red de Docentes por el Derecho al Aborto en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito