El politólogo y periodista, profesor de la Universidad de São Paulo (USP), André Singer, fue vocero del primer gobierno del ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores, PT), entre 2003 y 2007 y Secretario de Prensa del Palacio do Planalto [sede de la presidencia] entre 2005 y 2007.
En entrevista exclusiva con Brasil de Fato, Singer habla sobre la disputa por la presidencia, el escenario de polarización en el período preelectoral en Brasil y el papel del ex presidente Lula en el proceso democrático, incluso imposibilitado de disputar las elecciones. A continuación, fragmentos de la entrevista:
Algunos candidatos que no están bien posicionados en los sondeos de intención de voto, condenan la polarización política y defienden el voto útil como salida a esta situación. ¿Cómo analiza este argumento?
Hay que analizar la cuestión de la polarización desde puntos de vista determinados. Claro que a los candidatos no les interesa porque están intentando encontrar un lugar que pasaría por deshacer esta polarización. Pero puede generar consecuencias negativas si hay una radicalización destructiva.
Ahora, por otro lado, si se debate nacionalmente el rechazo a una solución autoritaria que en este momento representa Bolsonaro, puede haber un resultado positivo. Por ejemplo, a través del voto democrático contra la amenaza a la democracia, que sigue creciendo desde 2016, cuando ocurrió el golpe parlamentario [que destituyó la presidenta Dilma Rousseff]. Entonces si la polarización es positiva o negativa va a depender del resultado final.
También se teme un posible un golpe de Estado en caso de que el PT vuelva al poder. ¿Cómo lo analiza?
En realidad, en lo que se refiere a este asunto, hay mucha desinformación. Pienso que a lo largo de los últimos meses hubo señales preocupantes porque están surgiendo movimientos oriundos de las Fuerzas Armadas, una participación en política que no está autorizada por la Constitución y que tiene su peso en el ambiente político.
Ahora, si eso puede resultar en un golpe, pienso que no. Es evidente que en mi análisis cuenta mi deseo de que eso no ocurra y pienso que nosotros no tenemos información suficiente para afirmar que sea realmente una probabilidad. Pero, por otro lado, no podemos ignorar esas señales que están apareciendo, de un movimiento que no existía poco tiempo atrás y que realmente produce determinadas preocupaciones por la posibilidad real de una interrupción de la democracia.
Pese a la prohibición de la candidatura del ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, ¿qué papel juega en esta disputa electoral?
Es un papel de grandeza, porque Lula logró el hecho político de sobrevivir como el principal líder popular del país, incluso desde la cárcel. Él eligió una estrategia arriesgada para enfrentar esta situación, porque insistió en su candidatura cuando estaba claro que sería poco viable desde el punto de vista jurídico, era una estrategia arriesgada, pero hasta el presente momento presenta resultados. Como dijo [Karl] Marx, la práctica es el único criterio de verdad. Entonces resulta que el ex presidente Lula está colocando a su candidato en la segunda vuelta. Lo que digo tiene como base los sondeos, que presentan resultados en este momento, claro que las cosas pueden cambiar y yo, como politólogo, tengo que decirlo. Pero en este momento, los sondeos señalan que Fernando Haddad disputará la segunda vuelta. Entonces, si se confirma, hay que reconocer que el ex mandatario adoptó una estrategia exitosa, que pone a su candidato como un personaje central del periodo que vamos a vivir adelante.
En caso de que se confirmen las simulaciones de una segunda vuelta, habría una disputa entre rechazos. Por un lado, el antifascismo. Por otro, el antipetismo [el rechazo al Partido de los Trabajadores] que venció a Fernando Haddad en la primera vuelta de las elecciones municipales de São Paulo en 2016. ¿Eso ha cambiado? ¿Cómo analiza esta disputa entre rechazos?
Pienso que sí hubo un cambio que tiene que ver con el fracaso del gobierno Temer, lo que produjo una frustración muy grande en el pueblo que deseaba una mejora en la economía, el desempleo alcanzó niveles insostenibles para la población de menores ingresos en Brasil. Y también para el conjunto de trabajadores, pues el desempleo disminuye las condiciones de lucha por mejores sueldos. Por ello, los números actuales demuestran, por ejemplo, que subió la preferencia por el Partido de los Trabajadores (PT), con índices próximos a aquellos de diez años antes, cuando el PT lideraba el índice de aprobación. Entonces hay un cambio en el ambiente político.
Sin embargo, no se debe descartar esa posible guerra de rechazos en una posible segunda vuelta entre Jair Bolsonaro y Fernando Haddad, porque habrá un ambiente muy polarizado. Se cultivó un odio contra el PT en el último periodo y eso va a manifestarse en la segunda vuelta. Claro que ante una expresión de odio siempre hay alguna reacción, entonces pienso que en la izquierda, las banderas democráticas y la conducta democrática están muy seguras, algo muy positivo. Desde el punto de vista de la izquierda, habrá que reafirmar el compromiso con la democracia para que quede muy claro que la radicalización y las amenazas al proceso democrático vienen de la derecha. Pienso que se puede diluir este ambiente cargado que en realidad no interesa a nadie.