Por Santiago Morales*
El jueves 27, pibes y pibas de sectores populares protagonizarán una simultánea jornada de lucha, en La plata y en Capital Federal, en la que le exigirán al gobierno que cese las políticas de hambre y que garantice sus derechos. Unas palabras previas al Niñetazo.
El saqueo brutal que significa la aplicación del programa de gobierno de Cambiemos y del FMI, muestra sus más atroces resultados en el deterioro de las condiciones de vida de los niños, niñas y adolescentes. La inflación, los despidos masivos, la pérdida del salario real de los y las trabajadoras, los tarifazos, los aumentos en el transporte público, la devaluación, el aumento exponencial de la deuda pública, entre otras cuestiones, hacen parte de una crisis económica, política y social que se traduce en menos derechos, y en más vulnerabilidad y violencia descargada sobre los chicos y chicas. Sin embargo, el día de mañana, jueves 27, pibes y pibas de sectores populares protagonizarán una simultánea jornada de lucha, en La plata y en Capital Federal, en la que le exigirán al gobierno que cese las políticas de hambre y que garantice sus derechos.
La niñez no es ajena a las políticas de saqueo y hambre porque es uno de los sectores sociales que más crudamente sufre sus consecuencias. Basta con advertir que del 2017 al 2018 se ha registrado un incremento de los niños y niñas con necesidades básicas insatisfechas: del 54 al 65 %. Y en el conurbano bonaerense esa cifra asciende al 75 %. Así, una de las características de los países más pobres del mundo se vuelve a advertir en Argentina: la mayoría de los pobres son niños y niñas y la mayoría de los niños y niñas son pobres.
La política represiva dirigida a niños y niñas se ha ido profundizado también. Es que un programa económico como éste no puede sostenerse sin ella. Para muestra, basta recordar que Facundo Ferreira, de 12 años, fue abatido por la espalda a manos de la Policía de Tucumán el 7 de marzo, por andar en una moto con un amigo. O el caso de Ismael Ramírez, de 13 años, niño del pueblo toba-qom que fue asesinado en el marco de una protesta por hambre, el 03 de septiembre, en la Provincia del Chaco.
Además, es alarmante el vaciamiento sostenido de las políticas públicas a la vez que se refuerzan las políticas de (in)seguridad. Expresión paradigmática de ello es la Decisión Administrativa 1605/18 del Poder Ejecutivo, del 10 de septiembre, que establece modificaciones al presupuesto 2018: se fijan reducciones presupuestarias a programas del Ministerio de Educación, Cultura, y de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, para reasignar esas partidas al Ministerio de Seguridad, entre otros destinos. Así, las políticas del gobierno nos encuentran con cada vez menos profesionales de la salud en los Hospitales y pauperización general de la cobertura de salud pública; con maestros y maestras estigmatizados y perseguidos por defender la educación pública, con cada vez menos mercadería (y de peor calidad) para los comedores escolares, y con torturas a quienes apuestan por seguir alimentando a los niños y niñas (como el caso de Corina De Bonis en Moreno); con nuevas canchas de césped sintético en barrios donde no están garantizadas las cloacas, la electricidad, el gas natural, el agua potable, la vivienda digna.
El vaciamiento de la política pública se refleja, también, en la inexistencia de un sistema de protección real de los derechos de niños, niñas y adolescentes. El abuso sexual en la infancia y los maltratos físicos y humillantes son dos formas de violencia adultista para las cuales el Estado no está teniendo capacidad de respuesta. En la gran mayoría de los casos, estas violaciones a los derechos de niños y niñas tienen lugar al interior de las familias, y tanto los niños y niñas como los o las adultas que quieran brindar o pedir ayuda, no tienen espacios a los que recurrir que les puedan brindar soluciones concretas. Sí tienen dónde pedir ayuda, pero más que escucha y contención no encuentran, porque es tan grande el desmembramiento de los equipos profesionales que acompañan e intervienen ante este tipo de vulneraciones, que la capacidad real de respuesta es prácticamente nula, a pesar del compromiso valioso de los y las trabajadoras que ocupan esas funciones.
Es tan profundo y abrumador el deterioro de las condiciones de vida de los niños, niñas y adolescentes de los sectores populares, que un conjunto de ellos y ellas iniciaron un proceso de organización para salir a la calle y gritar: ¡basta! Porque la niñez no es ajena a las políticas de saqueo y hambre: ante ellas crece la organización. Estos chicos y chicas, acompañados por adultos comprometidos con la lucha por sus derechos, buscan interpelar a la sociedad adulta para que, al menos, registremos su padecimiento. Nos invitan a reconocerlos no sólo como seres sufrientes, sino también como actores sociales protagonistas de las historias y luchas que les toca transitar.
Un 27 de septiembre de luchas de pibes y pibas
Dos colectivos de organizaciones realizarán una simultánea jornada de reclamo mañana jueves 27 de septiembre, Día Nacional de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. Se trata, por un lado, de la convocatoria al “Niñetazo – Lxs pibxs exigimos”, que tendrá lugar frente al Congreso Nacional. Niñetazo es un término inventado por los chicos y chicas que promueven la jornada, y cada letra aloja el significado de otra palabra: “Les pibes exigimos revolucióN, Identidad, compaÑerismo, Educación, Trabajo, Amor, niñeZ y respetO”. En el marco de la actividad, habrá una kermesse temática, bandas de música, y proclamas en primera persona por parte de los chicos y chicas. “Los pibes y las pibas de distintos barrios y de distintas organizaciones decidimos hacer el Niñetazo para usarlo como espacio de denuncia contra todo tipo de violencia contra nosotros y nosotras (los niños, niñas y adolescentes), como por ejemplo el hambre que están pasando un montón de compañeros y compañeras, la falta de viviendas dignas, la falta de recursos para la educación, para la salud”, explicó María Guadalupe de 17 años, integrante de la Asamblea REVELDE de Villa Soldati, una de las organizaciones convocantes. “Vamos a hacer juegos, a través de los cuales los chicos y las chicas que vengan van a poder conocer cuáles son sus derechos y si se cumplen o no”, subrayó. Y agregó “los pibes y las pibas exigimos que nos escuchen, para que termine el adultocentrismo”. La kermesse tendrá lugar de 15 a 17 horas, seguida por el acto central.
Por otro lado, en la Ciudad de La Plata tendrá lugar la Marcha “El Hambre Es un Crimen”. Nucleados en la Asamblea de Organizaciones de Niñez de La Plata, Berisso y Ensenada, los niños, niñas y adolescentes, junto a los adultos que los acompañen, partirán a las 14 horas de Plaza Moreno para marchar, entre murgas, circo y danzas, hacia la Plaza San Martín, denunciando que el hambre es un crimen. En diálogo con los voceros y voceras de la marcha, explicaron que “marchamos para defender los derechos de les niñes que hoy están pasando por situación de calle. Marchamos por la educación y el mantenimiento en las escuelas. Marchamos porque las ambulancias no llegan a los barrios más humildes por causa de los prejuicios, por la violación de los derechos, por la falta de recursos en los comedores (que no dan abasto), por la limpieza en las salitas, porque muchos comedores escolares cerraron”. Son las voces de Mati y Rocío de Casa Joven; Rocío y Agustín de Organización Barrial Bombas Pequeñitas; Mili, Pedro y Valen de Murga Los Remolinos de Punta Lara; Camilo y Violeta de la APDH; Silvana, Milagros del Hogar del Padre Cajade, Marcos de la UES; Leandro, Lucía y Celeste del Teatro El Galpón. “Le pedimos al gobierno que deje de darse vuelta y que mire lo que está pasando, y mande los suficientes productos y dinero para mantener todas las instituciones que hacen que los pibes y las pibas puedan tener un plato de comida todos los días”, expresaron.
La niñez no es ajena a las políticas de saqueo y hambre. Así como son ellos y ellas quienes padecen las consecuencias en sus propios cuerpos, son -a la vez- quienes, junto a adultos que los acompañan, empiezan a protagonizar, poco a poco y cada vez más organizados, las luchas para resistir al avasallamiento de sus derechos. Ahora bien, los chicos y las chicas no podrán solas. Y los adultos y adultas sin ellos, ¿podemos? Como reflexionara Mario Benedetti, los y las jóvenes tienen algunas responsabilidades indelegables: no dejar que les maten el amor / recuperar el habla y la utopía / ser jóvenes sin prisa y con memoria / situarse en una historia que es la suya.
* Sociólogo y educador popular. Integrante de La Miguelito Pepe.