Por Manuel López Mateo Foto Bel Camaiti
La Asociación Madres de Plaza de Mayo visitó la Universidad Nacional de Moreno (UNM). Dejaron su pañuelo, hablaron en defensa de la educación pública y pidieron justicia por las víctimas de la explosión de la Escuela 49.
El pasado 15 de agosto, las Madres de Plaza de Mayo visitaron la Universidad Nacional de Moreno (UNM) para entregar baldosas pintadas con pañuelos que habían sido removidas de Plaza de Mayo. La iniciativa surgió en respuesta a la decisión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de alterar la histórica plaza, de donde las Madres rescataron las baldosas sobre las que marcharon durante 42 años, alrededor de la Pirámide, para donarlas a instituciones educativas y culturales.
La UNM es una de las Universidades del Bicentenario, creada en 2010 donde antiguamente funcionó el Instituto de Menores “Mercedes de Lasala y Riglos” (Bte Mitre 1891, Paso del Rey, Moreno). Hoy estudian allí 15 mil jóvenes de las clases populares de la zona oeste y más del 90% son la primera generación en su familia que puede acceder a estudios superiores.
El lugar fue señalado como “Sitio de la Memoria” porque durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica tras el secuestro, desaparición y/o asesinato de sus padres el instituto de menores había alojado a las hijas e hijos.
Una vez más, y con estos símbolos, se resignifica el lugar donde las y los estudiantes concurren a diario, porque albergará la memoria colectiva, de las rondas de las Madres, miles de jueves en la Plaza, donde aún siguen reclamo por la Memoria, la Verdad y la Justicia para sus hijos e hijas desaparecidas.
En una emotiva ceremonia con la presencia de estudiantes, profesores, autoridades y organismos locales de derechos humanos, se descubrió el panel de baldosas, a un lado del mástil. Hebe de Bonafini, presidenta de Madres de Plaza de Mayo, expresó “cada vez que entregamos un pañuelo a alguien que se lo merece lo hacemos en nombre de nuestros hijos (e hijas). No lo hacemos en nuestro nombre sino en nombre de ellos, porque este pañuelo nació por ellos, para ellos y ahora es de todos ustedes”.
Asimismo Bonafini recordó el origen de los pañuelos blancos como símbolo de lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia, pintados por el pueblo; “el primer pañuelo fue un pañal, ese que todas las madres tenemos guardado. En un momento muy difícil, de mucha bronca y persecución, cuando estaba por llegar el gobierno constitucional de Alfonsín queríamos dejar algo la plaza. Vinieron un montón de pibes con pinceles, cal, moldes y pintaron unos pañuelos por ocurrencia de ellos, no de nosotras. Hoy siguen estando ahí porque los volvimos a pintar y ahora también están en todas las plazas del país”.
En defensa de la educación pública
La jornada continuó con una charla entre las Madres y la comunidad universitaria, sobre la coyuntura que atraviesa la educación pública, la política y los derechos humanos. El rector Hugo Andrade agradeció a las Madres por su presencia y el regalo, al que consideró importante para fortalecer el compromiso de la casa de estudios con la reconstrucción de la memoria histórica, la verdad y la justicia. Ellas rescataron la importancia de una Universidad que en el borde del conurbano contribuye a la emancipación del pueblo y la transformación de un territorio con muchas necesidades y carencias.
Una de las Madres, Carmen Arias, comentó; “yo estudié de grande y sé que la enseñanza y el estudio nos hace fuertes y nos abre la cabeza. “Chicos no aflojen, sigan luchando para que las universidades sigan siendo del pueblo y para que todo el mundo tenga el derecho a estudiar”. En esa línea, otra de las Madres, Rosa Camarotti expresó: “estoy orgullosa de la universidad nueva y deseo que sigan luchando con mucha fuerza. Estoy orgullosa que haya más universidades en el conurbano”.
El rector explicó el contexto de recorte presupuestario que atraviesan las universidades y se refirió a la paritaria docente; “la Argentina vive un momento muy especial donde el derecho a la educación superior está en discusión, donde se disputa el presupuesto universitario y se congela el salario de las y los trabajadores de las universidades públicas. Eso pone en riesgo este proyecto de universidad que tiene que seguir creciendo para las futuras generaciones y para contribuir al desarrollo de la región. Esta es una universidad nueva que necesita de la voluntad y la decisión del Estado para que siga creciendo”.
El rector Andrade también recordó a las víctimas, por la explosión reciente de gas, en una escuela de Moreno, y expresó: “vivimos momentos que no solo afectan a la universidad sino a todos los niveles educativos, porque para los gobernantes parece que está en duda el derecho a la educación pública. Moreno es el testimonio de un tristísimo hecho con dos trabajadores en la Escuela 49”.
Hebe de Bonafini comenzó fue enfática en su intervención cuando refirió que: “para las Madres este gobierno fue nuestro enemigo desde el principio, porque no quiere a nuestra clase, porque odia a los pobres, a los mapuches y está regalando al país. Estos atorrantes están robando el país”. Continuó alentando a las y los jóvenes a defender la educación “es responsabilidad de los jóvenes defender espacios, como esta universidad pública, en un lugar del conurbano donde hay tanto para hacer.”
Luego les aconsejó “nunca se callen, discutan todo lo que tenemos que discutir. Protesten con propuestas, pero si tenemos ganas que putear, ¡puteemos!. Es mucho peor hablar del hambre y de dos compañeros que murieron porque las escuelas no están como corresponde. Eso es mala palabra, la explosión en una escuela donde dos personas que laburaban perdieron su vida. La justicia es no quedarnos callados, no tengamos miedo. Digamos lo que hay que decir. Tendría que haber 40 mil personas en la carpa docente para defender las escuelas”, concluyó la titular de las Madres.