Por Agustín Bontempo / @agusbontempo
Ediciones La Llamarada presenta su nuevo título “Miguel Hernández. Un ruiseñor en la batalla”, de Mariano Garrido, que además es docente. La presentación se realizará hoy a las 18.30 hs en el Anfiteatro de ATE Nacional, en Avenida Belgrano N.º 2527, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El evento contará con la presencia de Vicente Zito Lema, poeta, periodista y abogado y de Hernán Boeykens, docente y escritor. Marcha dialogó con el autor.
“Ante nuestros ojos, en nuestras manos, este hermoso libro; simbolizando la brega sin fin entre la luz y las tinieblas de las que nos habla, siglo tras siglo, la poesía. Otra vez la ceremonia de compartir el pan y el vino, la mirada en los ojos, el llamado, el deseo, ese amor único y definitivo que despierta la poesía y el arte en su conjunto, para enfrentar las terribles injusticias del mundo, para incitarnos a gritar sin miedo nuestro no a la muerte, y ganar la partida siempre abierta en cada uno de los dramas de la historia”.
Vicente Zito Lema.
La historia la escriben los que ganan, no es ningún secreto. Pero sabemos que hay otra historia, la de los derrotados o, mejor dicho, las y los que demoran la victoria. En ese sendero se ubica Miguel Hernández, poeta, dramaturgo y feroz enemigo del dictador español, Francisco Franco.
El ruiseñor de la batalla nació el 30 de octubre de 1910 y vivió solo 31 años, apagando un fuego indispensable para nuestra humanidad, pero luego de haber compartido las mejores y más preciadas obras y experiencias para que todas y todos aquellos que sueñan con el mundo más justo posible, puedan retomar. Enfrentó al franquismo con la pluma y la acción política, combinando así las armas necesarias para enfrentar a un enemigo letal.
En esta obra de Mariano Garrido, Miguel Hernández vuelve para que podamos encontrar en su sensibilidad algunos aportes necesarios para la coyuntura que nos rodea. Según Vicente Zito Lema, que prologa la obra, “La aparición de este libro, hermoso y necesario, el esfuerzo militante de sus editores, el trabajo intelectual de Garrido, la poesía y las prácticas de vida de Miguel Hernández nos da fuerzas para no detenernos y superar las contradicciones de nuestros días, para animarnos a sostener que seguiremos dando respuesta a los que imponen la cultura consagrada en aquella terrible proclama del franquismo: ¡Viva la muerte!”
-¿Quién fue, para vos, Miguel Hernández?
-Miguel Hernández fue un poeta excepcional, cuya sensibilidad y profundo humanismo se combinaron con una poesía que desde el punto de vista estético estuvo a la altura de su talla como persona. Fue un niño campesino y con escasa escolaridad formal, luego autodidacta; fue un joven influenciado por la iglesia, de la cual luego renegó; y fue, también, un revolucionario. En mi historia personal, además, puedo agregar que sus libros de poemas me marcaron profundamente. Sus versos de amor, llenos de barro. Sus poemas de guerra cargados de heroísmo y de búsqueda de justicia… sus escritos franquean fácilmente los sentimientos de quien lo lee o de quien lo escucha. Fue un poeta capaz de conmover a Neruda, o al refinado Juan Ramón Jiménez, pero también a sus compañeros y compañeras soldados cuando recitaba en los frentes de batalla durante la Guerra Civil Española: campesinos, obreros, muchos de ellos analfabetos.
-¿Cómo fue el proceso de creación de este libro? ¿Qué te imaginaste cuando lo pensaste y qué te fuiste cruzando en el camino?
-Este libro empezó hace una década, a propuesta de un camarada, Néstor Kohan. Él, generosamente, me instó a escribirlo y yo acepté, con más inseguridades que certezas, en ese entonces. La idea original era parecida a la actual en cuanto a la estructura del libro: introducción con una biografía, escritos sobre su obra, y una selección de sus propios textos. Vale decir, un material que se propusiera acercar a quien no hubiera leído a Hernández a que lo haga, pero que pudiese aportar algo a quien ya lo conociera. Ese eje permaneció. Pero el contenido fue cambiando. La editorial original que iba a publicar el trabajo nunca lo publicó (tampoco le publicó textos al propio Néstor, mucho más valiosos que los míos… no me quejo. Ambos terminamos mal con esa gente). Creo que fue mejor así. El libro fue nutriéndose. Creo que esta versión supera ampliamente a la primera, de hace casi una década. Y además, hoy se publica como proyecto enteramente militante.
-¿Cuál es la importancia de recuperar su obra literaria, casi 80 años después?
-Su obra merece ser recuperada. Por su valor estético y por su increíble vigencia. Algunos males que aquejaban al mundo hace casi un siglo, se parecen lamentablemente mucho a otros actuales: imposible no pensar en su “niño yuntero”, al ver a los pibes y pibas en la calle, durmiendo a la intemperie. Lo mismo pasa con su poesía amorosa, que también es actual; en algunos casos desde los aspectos estilísticos, en todos desde lo vital y genuino de su planteo. Por otro lado, la memoria histórica de un conflicto como la Guerra Civil Española, que por idiosincrasia (y por inmigración directa) a nosotros y nosotras nos toca tan de lleno, es indisoluble a su figura. Hernández es, con Machado y Lorca, probablemente una de las mejores plumas españolas del siglo XX. Los tres, excelsos poetas. Los tres, víctimas del franquismo. Lorca, fusilado miserablemente por falangistas apenas comenzada la guerra. Antonio Machado, desterrado y muerto de pena en el exilio a poco de cruzar los Pirineos. Hernández, asesinado sutilmente al dejarlo morir de tuberculosis sin atención médica en la cárcel de los vencedores.
-Hernández representó la conjunción de la teoría y la práctica, ¿Cómo se representa eso hoy?
-Me encantaría poder contestar esa pregunta. Intentaré… Creo que hay una gran cantidad de expresiones, hoy, donde la poesía o el arte van unidas a una visión de mundo que no es la hegemónica. Pero creo que como pocas veces, esos artistas y poetas ocupan lugares periféricos. Así como en el arte y la cultura popular, o el propio arte callejero, con expresiones variadas y diversas, florecen expresiones que tratan de suturar esa ruptura entre arte y vida, entre poesía y lucha cotidiana, en la academia o el mercado editorial (incluido el circuito “alternativo”), hay un inmenso número de esnobs, de escritores que cultivan la “ingeniosidad” del rebusque y el hermetismo, de la autosatisfacción por la vía del reconocimiento entre pares de una minoría selecta, o de la cultura masiva en términos meramente comerciales.
-¿Qué objetivos persigue tu obra?
-Los objetivos del libro son modestos. Acercar a la obra de Hernández a quienes no la hayan descubierto aún, por un lado; por otro, recuperar algunos escritos o facetas poco conocidas de la vida de este gigante que, en menos de diez años de escritura, dada su prematura muerte en las cárceles del franquismo, realizó un aporte tan inmenso.