Por Mario Hernández
En marzo de 2006, un incendio en un taller clandestino ubicado en la calle Luis Viale terminó con la vida de 6 personas, cinco de ellas menores de edad. Marcha dialogó con Jerónimo, miembro de la Campaña Justicia Por las Víctimas del Taller Textil de Viale, sobre el avance de la causa en la Justicia.
Ya habían sido condenados a 13 años de prisión los encargados del taller, por reducción a la servidumbre de las 64 personas que vivían en el lugar. Allí se produjo un incendio, donde el 30 de marzo murieron 5 niños y una joven embarazada de 25 años. Esa condena llegó luego de más de 10 años.
Ahora ha avanzado la causa sobre los dueños de las marcas.
Esto fue por indicación del mismo juzgado que condenó a los encargados del taller. A partir de lo mal que venía la causa y lo que se tardó en condenar a los procesados hicimos una campaña de Justicia por las víctimas de Luis Viale y desde allí pedíamos que se juzgue a los encargados del taller, que se haga el juicio, se los condene y además se vincule a los dueños de la marca que son incluso más responsables que los encargados porque eran los beneficiarios últimos de esta cadena de explotación.
Como suele ocurrir, las marcas son las principales beneficiarias, por más que los encargados de los talleres sean los que aplican en forma directa la explotación, lo hacen muchas veces porque las marcas no pagan lo suficiente como para que ellos puedan pagar los salarios que corresponden.
No quiero con esto justificar a los encargados, que también son responsables, pero no son los principales beneficiarios ni los principales responsables. Entonces el Tribunal Nº 5 de la Ciudad, cuando condenó a los encargados del taller, instruyó a la justicia a sortear la causa y a seguir investigando la responsabilidad de los dueños del taller y de la marca.
La particularidad de este caso es que los dueños de las marcas para las que trabajaba el taller eran tres y los dueños del taller son los mismos, el taller trabajaba exclusivamente para ellos, que tienen la fábrica a la vuelta de Luis Viale al 1200. Además eran los dueños de la propiedad donde funcionaba el taller e iban a visitarlo, como consta en las declaraciones de los testigos, incluso en las de los imputados, en el juicio que se hizo y en el que se condenó a los encargados.
Los mismos encargados decían que los dueños iban al taller a ver cómo estaban las cosas. La vinculación es muy directa. Si en este juicio no se logra condenar a las marcas, va a ser muy difícil que en los demás casos se haga. Por eso es un juicio clave. Además de ser junto con la causa Páez, la muerte de dos chicos en abril de 2015, los casos más graves, que llevaron a la muerte de personas.
Tengo entendido que se tomó declaración indagatoria a los acusados, que son Alberto Fischberg y Jaime Geiler.
Así es, se les tomó declaración indagatoria a mediados de marzo. No sabemos aún porque las indagatorias son procesos muy secretos, ni siquiera la querella sabe si en efecto declararon o reclamaron su derecho a no declarar.
La importancia de estas indagaciones era que a partir de ahí y con las pruebas que presentó la querella y la fiscal Betina Botta, que ha hecho un trabajo muy pobre y muy lento y no le puso la dedicación al caso que merecía ni mucho menos, el juez Alberto Baños va a decidir si procesa a los dueños de las marcas, si dice que todavía no hay suficientes pruebas y pide más o si directamente los sobresee. Podría llegarse al sobreseimiento, lo cual sería muy grave.
¿Hay alguna otra novedad sobre la causa?
No. Porque está en manos del juez Baños y de la fiscal Botta, que no han hecho absolutamente nada. El juez Baños dijo hace un año que no llamaba a indagatoria porque no encontraba a uno de los acusados. Lo encontramos nosotros por internet. En distintas páginas web encontramos información sobre sus direcciones y a partir de eso el juez pidió al Banco en el que el acusado tenía una cuenta, que le informara el domicilio y finalmente lo encontró. Tuvimos que activar nosotros para apoyar a la querella y que finalmente tomen indagatoria. Tardaron dos años en hacerlo.
Entiendo que la justicia está sobrepasada, es muy conocido que las fiscalías tienen muy pocos recursos, pero lo cierto es que la fiscal ha hecho un trabajo muy pobre. Es la misma que en su momento investigó a los dueños de la marca y no presentó las pruebas que le proveyó la querella. Recordemos que después del incendio se investigó la posible responsabilidad de los dueños de las marcas y este mismo juez, Alberto Baños, los sobreseyó; entonces se continuó con la investigación sobre los encargados del taller.
Ahora, cuando se sorteó la causa volvió a caer en el mismo juzgado con esta misma fiscal y vuelven a hacer un trabajo que indicaría que va a terminar en un sobreseimiento, a menos que haya suficiente presión de parte de la campaña. Los medios de comunicación tienen que dedicarle a este caso el tiempo que merece. Es un caso testigo y clave, que va a sentar jurisprudencia para los juicios contra las más de 100 marcas denunciadas que hay por explotación de migrantes en talleres clandestinos.
Entre ellas la marca de nuestra primera dama, Juliana Awada.
Las tres marcas de este caso no son conocidas pero en el caso de Awada están Cheeky junto con las otras dos marcas que tiene que son Como quieres que te quiera y una más (Pâtisserie). Hay una lista muy larga de marcas que está en la página web de La Alameda que fue la encargada de la mayoría de las denuncias y también hay otras tantas hechas por la AFIP en los últimos años. Está Adidas incluso que después limpió su cadena productiva. Pero está lleno de marcas de ropa de moda de mujer. Recomendaría que miren la lista en la página de La Alameda porque habría que evitar comprar esas marcas.