Por Nadia Fink (desde General Roca)
Finalizaron las audiencias testimoniales en el Juicio oral y público por la responsabilidad de los siete policías implicados en la desaparición y homicidio de Daniel Solano. Conversamos con Leandro Aparicio, uno de los abogados querellantes.
Las audiencias contra los siete policías comenzaron el 22 de febrero en los Tribunales de General Roca, provincia de Río Negro, ayer hubo indagatorias y la semana que viene serán los alegatos.
Daniel Solano era el trabajador que había llegado desde su Salta natal por tercer año consecutivo a trabajar en la cosecha de manzanas para Agrocosecha, una falsa cooperativa que tercerizaba su trabajo para la multinacional Univeg Expofrut en Lamarque, Río Negro. Daniel había reclamado por el mísero pago del viernes y el sábado siguiente, 5 de noviembre de 2011, al menos siete policías lo sacaron del boliche Macuba, lo golpearon, y lo llevaron inconsciente en dos autos.
El 19 de octubre de 2012, la Cámara Criminal Tercera de General Roca los había procesado con prisiones preventivas: a Sandro Berthe, Pablo Bender y Juan Francisco Barrera por “vejaciones, privación ilegal de la libertad y homicidio agravado”; a Pablo Albarrán Cárcamo, Pablo Alberto Quidel y Diego Vicente, como partícipes primarios de “privación ilegal de la libertad y homicidio agravado” y al oficial inspector Héctor César Martínez en carácter de partícipe secundario de los delitos de “vejaciones, privación ilegal de la libertad y homicidio agravado”. Sin embargo, estuvieron detenidos menos de cuatro años y hoy continúan en actividad y portando armas.
En el camino, su padre, Gualberto Solano, llegó a los pocos días y se quedó soportando el frío y esperando por una justicia que le fue esquiva: murió el 3 de abril pasado.
En la localidad de General Roca (Fiske Menuco, como la llaman sus habitantes), conversamos con Leandro Aparicio, uno de los abogados que lleva adelante la causa, sobre las novedades de las audiencias y las expectativas en que el poder judicial esté a la altura de las circunstancias.
–¿Qué balance hacen después de todos estos meses de audiencias?
Entiendo que ya hemos puesto toda la carne al asador; habló el 95% de los testigos que han visto específicamente la sacada de Daniel del boliche hasta la camioneta, que eso es invariablemente lo que nos han dicho que tenemos que hacer referencia al objeto del juicio. Al revés que la Cenicienta, que termina a las 12 de la noche, nosotros empezamos después de las 12 de la noche para la Fiscalía y para el Juzgado; o sea que nosotros no podemos mirar para atrás: no podemos mirar para AgroCosecha, para las gamelas ni para ExpoFrut, tampoco el encubrimiento policial: en este juicio únicamente se ventila que en el homicidio están imputados esos siete policías, las otras causas están todas paralizadas.
Con lo que pudimos filmar en las audiencias, podemos tener una instancia internacional en la comisión para probar lo que está pasando acá, una cosa que no sólo diga y que quede muerta en un expediente. Así que por un lado estamos satisfechos de que se haya probado y ratificado lo que se dijo en primera instancia, por lo que se permitió detener en 2012 a estas siete personas, que sólo estuvieron detenidas tres años y medio, y que, no olvidemos, son policías, tienen armas y cobran sueldo.
–¿Cuáles consideran que fueron los testimonios más relevantes?
–El de Susana Solano, hermana de Daniel, fue muy importante, porque ella relata el rol de la empresa, de los patrones de Daniel, que la trajeron a ella desde Córdoba, que le dieron la plata, que le pusieron los abogados, hasta que llegó Sergio Heredia (el otro abogado, oriundo de Salta) y se pudrió todo: los echaron de la casa y no les dieron más apoyo.
Pudimos ver el rol de Martínez, que comandaba la brigada que investigó al principio, que estuvo detenido y está imputado y que sacó a Daniel del boliche, que le decía a Susana: “Todas las pruebas que te lleguen a dar me las tenés que dar a mí”.
El día que vinieron a declarar desde Salta Maira y Romina, primas de Daniel, fue también muy fuerte porque Barrera, otro de los imputados, las miró, se les burló, y al fotógrafo y periodista Gustavo Figueroa lo amenazó de muerte.
La satisfacción que tenemos es que probamos todo. Llegamos hasta donde pudimos con el cuerpo, el Jagüel (donde según testigos habían arrojado el cuerpo de Daniel) fue adulterado: tenemos los dos videos de agosto de 2015 y luego de 2018 y un pozo que estaba tapado, atado con alambre, pero no podía entrar nadie, estaba totalmente alterado… así que nos queda seguir insistiendo con eso. En la última conversación que tuvimos, el padre de Cristian (Bonin), Gualberto, Sergio y yo, nos dividimos en comisiones. Gualberto dijo que no quería venir acá, le dolía mucho venir al juicio, tener a estos tipos en frente, ver sus caras. Entonces él y Cristian se iban a hacer cargo del Jagüel y nosotros íbamos a estar acá en el juicio. No se pudo dar, fue muy duro que se muera Gualberto en el camino.
–¿Cómo sigue el Juicio y qué planes tienen a futuro como querella?
–Quedan los alegatos, que van a ser largos, pueden durar 3 o 5 días. Tampoco sabemos cuánto tiempo nos darán para hablar por día. Y después de esta sentencia, quedan las otras causas que ya veremos la estrategia. Por lo pronto lo que vamos a hacer después va a ser el tema del Jagüel, vaciarlo. Y después tenemos ya los resortes para denunciar a la provincia de Río Negro, aunque hagan cosas para desgastarnos.