Por Cezary Novek
Una lectura sobre Recursos humanos, último libro de relatos de David Voloj.
Un gerente de una multinacional finge una enfermedad terminal para mitigar las exigencias materiales de su familia, un psicoanalista padece una extraña maldición que hace que sus pacientes se suiciden. Un gerente de recursos humanos se mantiene indolente ante la convivencia forzada con delincuentes en su propia vivienda en un barrio privado. Una pareja urde un plan minucioso para conseguir dinero fácil a costilla de una víctima, con resultados inesperados. Una pareja organiza su vida en torno al cuidado de una Tablet.
Con apenas cinco relatos, David Voloj pinta en Recursos urbanos (Comunicarte, 2018) un aguafuerte de la pequeña burguesía posmoderna, habitada por profesionales jóvenes que viven a créditos para sostener un status de cartón piedra y se desviven por lograr la aceptación del entorno al que buscan pertenecer.
Al igual que en sus libros anteriores de relatos –Letras modernas, Asuntos internos y Los suplentes– la herramienta de abordaje que utiliza Voloj para mostrar el absurdo de la existencia en el siglo XXI es el humor, tal vez la única forma de supervivencia. Y si es negro, mejor.
Los protagonistas de los cuentos de Recursos urbanos se mueven entre guiones sociales y mandatos que los mantienen atrapados pero en movimiento perpetuo como si fueran ratas en un laberinto: el afán por los logros materiales y por fingir y exhibir una vida de ocio y placeres son las dos caras del mismo trabajo, que es amoldarse a un status normativo –resaca de la modernidad– que dictaba que quien no progresa es haragán o incompetente.
Frente a ese desafío, imposible de lograr en las condiciones socioeconómicas actuales, caracterizadas por alta flexibilidad y precariedad laboral más un sinfín de variables impredecibles que impiden cualquier tipo de proyección, los personajes de Voloj optan por el simulacro, la inmolación, la evasión, la estafa o la resignación apática. Como muestra, vale citar el retrato que hace de una familia según el punto de vista de la hija adolescente: “Está molesta con los abuelos (que no la tienen en cuenta), con la tía (una irresponsable que no puede cuidar ni siquiera un perro), con la madre (una egoísta), con el bulldog francés (un monstruo asqueroso), con la nueva escuela (de chetos), con las nuevas profesoras (huecas), con las nuevas compañeras de curso (chetas y huecas) y, en particular, con el padre (que reúne la suma de cualidades antes descritas)”.
Breve, conciso y ameno, Recursos urbanos es un interesante capítulo más del proyecto narrativo de Voloj –o misión–, que se embarca cada vez más hondo en las aguas agitadas pero cordiales de la sátira social de la clase media a duras penas.
David Voloj
(Córdoba, 1980) Licenciado en Letras Modernas, docente y periodista cultural. Es profesor en los niveles primario, secundario y universitario. Colabora con diferentes medios como La Voz del Interior, Deodoro, Gaceta de crítica y cultura, Revista Rumbos, Lamujerdemivida y Perfil, entre otros. Ha publicado los libros de cuentos Letras modernas (Recovecos, 2008), Asuntos internos (Raíz de Dos, 2011), Zonas oscuras (Colección Leer es Futuro, Ministerio de Cultura Presidencia de la Nación) y Los suplentes (Raíz de Dos, 2014). Obtuvo distintos reconocimientos, entre los que se destacan la Mención en el Premio Luis de Tejeda 2007, el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes en 2009 y el Premio Relato Joven Alcobendas (Madrid). Sus cuentos han sido seleccionados para antologías de distintas editoriales de Argentina, México y España.