Mientras los pañuelos inundaban las ciudades argentinas, otra incontrolable ola verde sucedía en el corazón de la city porteña. El dólar derrumba todo techo y en su envión se llevó puesto al presidente del Banco Central. Nuevo rol para Luis Caputo, nuevos poderes para el superministro Nicolás Dujovne.
El dólar sube y es cada vez menos noticia. Lo que sí es noticia es el elevado número que alcanza, y cómo en su envión es capaz de derribar toda primicia oficialista en cada vez menos tiempo. La divisa aumenta su valor al ritmo que cae la confianza de los mercados en los encargados de llevar adelante la política económica y financiera.
Una nueva historia se escribe en este capítulo de la argentina devaluada. Una historia con muchos personajes: El dólar, Federico Sturzenegger, Luis Caputo, Nicolás Dujovne y el pueblo.
El dólar
Este viernes el dólar toco un nuevo techo. Llegó a venderse a 28,8 pesos, sumando una devaluación del 78% en lo que va del año. La vertiginosa Argentina cambiemita en dos años y medio logró devaluar la moneda por el monto que el kirchenirsmo en 11 años de gobierno: 200%.
El acuerdo con el FMI prometía ser un tanque de oxígeno para la credibilidad del equipo económico, pero la praxis derrumbó rápidamente a esta teoría. Los mercados locales e internacionales no confían en que la política económica y financiera que está llevando a cabo el gobierno sea sostenible en el corto plazo y lo demuestran con todas sus fuerzas con el ritmo devaluatorio del dólar.
Lejos queda aquel 7 de junio donde Federico Sturzenegger junto a Nicolás Dujovne anunciaban de forma triunfal el acuerdo con el FMI, como una señal de confianza del mundo para con la economía argentina. Desde aquel momento, el dólar se derrumbó un 11%.
¿Cómo se explica este cimbronazo? El mismísimo ex presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger había admitido en mayo que el dólar a $25 era insostenible. Luego del supuesto shock de confianza que el FMI habría dado a los mercados sobre la economía argentina y ante el expreso pedido por parte del organismo de sincerar el mercado, se anunció un proceso donde el BCRA dejaría de intervenir la moneda y dejaría que ésta flote libremente. Sin embargo, luego de dejar flotar el dólar y observarse una inminente suba, el BCRA intervino el mercado, para luego volver a dejarlo flotar, para luego intervenirlo nuevamente. En un mensaje de descontrol total y falta de criterios, los mercados perdieron la pizca de confianza que les quedaba y esto se tradujo en un desplome de bonos soberanos y de acciones en Wall Street.
Federico Sturzenegger
El mejor equipo de los últimos 50 años sufre una nueva baja. A los entrañables Alfonso Prat Gay y Carlos Melconian se le suma la de Federico Sturzenegger. El jueves, entre aborto legal y Rusia 2018, dejó de ser el presidente del BCRA. Luego del cimbronazo verde demostró no contar con la cintura necesaria para controlar el dólar y, en un intento desesperado de recuperar confianza en los inversionistas, le anunciaron que debía dejar su lugar.
Quien supo ser secretario de política económica de Cavallo entre marzo y noviembre de 2001 y mano derecha de Mauricio Macri desde 2008, pasando por el sillón del Banco Ciudad y por una banca de diputados entre 2013 y 2015, se aleja, al menos temporalmente, del equipo económico. Atrás queda la foto con Nicolás Dujovne anunciando el acuerdo con el FMI y el rumbo exitoso que tomaría la economía argentina.
Luis Caputo
El ministro offshore, lejos de ser cuestionado por mantener sus activos en el extranjero, aparecer en los Panamá Papers por tener cuentas en paraísos fiscales y ser accionista de fondos buitre. Dejó el ministerio de Finanzas para incorporarse como el reemplazante de Sturzenegger en el BCRA.
En su primer día en el sillón grande del banco central, luego de una conferencia de prensa brindada por Nicolás Dujovne donde básicamente no se anunció ninguna medida innovadora para contener el shock del dólar, demostró que nada cambió. El dólar continuó con su ritmo alcista hasta alcanzar el techo de 28.8 pesos por dólar.
Nicolás Dujovne
Del mejor equipo económico en 50 años a un superministro en solo dos meses. El tristemente célebre Nicolás Dujovne, a quien se le conoció esta semana que pasa el invierno en un pobre terreno baldío, reafirmó esta semana su rol de superministro.
Hace solo un mes, luego de esquivar con relativo éxito el megavencimiento de LEBACs, fue designado con poderes para suplantar las decisiones económicas que llevaban a cabo el jefe de gabinete Marcos Peña y sus vicejefes. En ese plazo tuvo el privilegio de llevar a cabo todas las negociaciones con el fondo.
Desde el jueves pasado, a sus superpoderes, debemos sumarle la absorción del ministerio de Finanzas que Caputo dejó vacante. El último superministro con el que contó la economía argentina fue Domingo Cavallo, allá por los faustos años 2000.
En un capítulo no tan aparte, esta semana el superministro deberá enfrentar un nuevo reto. El martes vencen LEBACs por un monto de 530 mil millones de pesos. Mientras espera por el tanque de oxigeno del FMI, el tesoro emitió una flamante deuda por 4 mil millones de dólares y licitó nuevos LEBACs por una tasa que llegó a ofrecerse al 50%
El pueblo
Entre cimbronazos, cambios, superpoderes y deuda con el 50% de ganancia, los trabajadores y las trabajadoras vemos pasar por fuera cómo se esfuma nuestro poder de compra. El salario, las jubilaciones y los planes sociales, medidos en dólares, rinden hoy 3 veces menos que a niveles del inicio de la gestión cambiemita. La inflación, que acumula 100% durante el gobierno actual y lleva acumulado 12% este año, llegaría a niveles superiores al 30% a partir de esta devaluación constante. Las tarifas, lejos de aquella ley de contingencia vetada que las devolvía a niveles de 2017, seguirían un ritmo similar, dado que se continúa importando gas natural.
La devaluación, que se presenta como un problema, tiene su cara positiva para quienes están del otro lado de la reja que divide la casa rosada de la plaza de mayo. Al devaluarse la moneda y caer el monto de los salarios, las jubilaciones y los planes sociales medidos en dólares, cada vez que el gobierno toma deuda externa, ésta rinde más para pagarlos.
Los y las trabajadoras, activas o desocupadas, los y las jubiladas y todo aquel que llega a fin de mes con un plato de comida gracias a algún plan social, somos la variable directa de ajuste. La que soporta sobre sus espaldas la devaluación, la inflación y el aumento de tarifas.