Cezary Novek se suma a la nutrida lista de autoras y autores del género de terror en la literatura. En esta ocasión con el libro de cuentos “Configuración de una voz propia” de Editorial Contamusa.
Estamos en una época en la que el terror aparece una vez por semana en los estrenos de cine. Los films, tanto Hollywoodenses como asiáticos, intentan reflotar el género que casi parecía terminado en la década pasada. Directores españoles y argentinos suman a las listas del género Terror sus producciones. Muchas de las novelas de Stephen King, que ya habían sido traspuestas al cine entre los ’70 y ’80, se han reversionado para el deleite de un público -en el cual me encuentro- que disfruta del sobresalto, pero que exige calidad. La literatura nos brindó grandes maestros del género: Poe, Sheridan Le Fannu, Maupasant, W. H. Hodgson , Lovecraft, Rosmary Jackson , y la lista continúa. Todos ellos crearon historias, en donde la ambientación, los personajes y la trama influencian a quienes desarrollan el horror en sus cuentos. Actualmente, Argentina tiene varios exponentes que trabajan con este género. Mariana Enríquez, Samantha Schweblin son las representantes que sobresalen a la hora de leer historias que lindan el terror con lo fantástico. En sus obras lo sobrenatural, las atmósferas opresivas y el extrañamiento logran cautivar al lector y lo sumergen en mundos en los que el espanto, la crueldad y la incomodidad invaden y contaminan todo. Otra autora que trabaja con lo terrorífico es Silvana Audi. En su libro Del mismo lado de la crueldad nos ofrece nueve cuentos en los que el suspenso, la magia, lo fantasmal ingresan en la vida cotidiana de los personajes. Celso Lunghi, Juan Terranova y Luciano Lamberti son otros exponentes del género en nuestro país. El último en sumarse a este nuevo grupo de escritores jóvenes que renuevan las historias tétricas es Cesary Novek, con Configuración del silencio. El libro editado por Contamusa contiene doce cuentos breves de un terror particular, propio, original. Son relatos breves que nos sumergen en el miedo, la fantasía, la pesadilla. Los personajes de su universo se encuentran en un ámbito familiar, conocido para ellos, pero a medida que avanza la trama, una atmósfera oscura, densa, abrumadora los envuelve y los atrapa. Hay dos elementos que señalan la aparición de lo extraño en los cuentos de Cesary: uno es la presencia de un olor fétido como señal de que lo maléfico o antinatural se acerca. El otro elemento recurrente es el agua, ya sea por su presencia o ausencia, es señal de la inserción de otro mundo. Cesary Novek logra que el mal se vuelva corpóreo, tangible y eso produce una atmósfera más terrorífica. En varios de los cuentos como “Marcelo otra vez”, “Comidos”, “Lo que haría un héroe” y “La versión potable” la infancia o su recuerdo no conforman un espacio idealizado de juegos y calidez, sino que otorgan el lugar para que el mal se encarne, obligando a los personajes a enfrentarse con temores dormidos.
Uno de los cuentos que más llamaron mi atención es “Los juguetes esperan”. Allí, el autor se atreve a tocar uno de los temas más sensibles: la muerte de un bebé. Es destacable la manera en la que maneja el tema para lograr un cuento original y pesadillesco. Otros elementos que le permiten instaurar el horror en sus relatos son la aparición de rituales, metamorfosis, seres extraños, la magia, el canibalismo, junto con una naturaleza que se torna agresiva y letal.
Sumado al buen manejo de los tópicos del género terror, es indispensable destacar la variación en las técnicas narrativas de las que hace uso el autor, ya que sus cuentos pueden ir de un narrador protagonista a uno omnisciente, pasando por un narrador testigo-confesional. El uso de los diálogos potencia la verosimilitud de los hechos narrados, porque el lenguaje que se utiliza es el nuestro, el español rioplatense. Eso provoca que los lectores nos sintamos parte de ese universo que Novek elabora. La atracción es ineludible. Los doce cuentos de Configuración del silencio ejercen una fascinación tal que impiden que el lector abandone la lectura de estas páginas. La potencia de la narración de Cesary Novek no se encuentra solo en lo que las palabras dicen, sino que la fuerza y el terror se alojan además en lo que las palabras callan.